XVII. "No hay perdón para esta pelea"
La mano de Remus sobre su cadera era lo suficientemente cálida para hacerlo olvidar lo helada que estaba la sala de Menesteres a pesar de la chimenea que crepitaba no muy lejos de ellos, tambien era un constante recordatorio de lo que llevaban haciendo toda la tarde.
Soltando un suspiro de puro anhelo que se convirtió rápidamente en vaho, miro a Remus que tenia la vista gacha hacia sus pies tratando de coordinarlos adecuadamente, debido a que la proximidad del baile de inverno los había obligado a practicar su pasos o principalmente en volverse el catedrático del Gryffindor, que no había estado muy dispuesto a demostrar su nula habilidad de baile frente a la profesora McGonagall que estaba encargada de que sus alumnos no avergonzaran a la escuela el día de navidad.
Entre risas apenas había logrado que el más alto no tropezara con sus propios pies para empezar a encontrar un tímido ritmo que seguir, aunque aún demasiado tenso en sus movimientos para que lo dejaría ir tan pronto de su práctica, mientras tanto Sirius había pasado todo el tiempo observándolos desde uno de los sillones color escarlata cercanos, recargado sobre su mano en su mejilla y tratando de ocultarles el desagradable moretón que adornaba su rostro y se negaba a sanar alegando que debía ser un hecho público el que James se estuviera volviendo un idiota.
En cambio, el resto de los golpes acertados en su cuerpo si habían sido curados más por la presión ejercida entre el licántropo y él, que por el gusto del pelinegro, negado a satisfacer a James que paseaba por el castillo junto a Serena en condiciones similares, un reto de quien cedía primero a curarse y que llevaba a ambos a un berrinche sobre su amistad que indirectamente lo involucraba por su plan de volver a Sirius de nuevo un heredero honorable de la casa Black.
Volviendo a suspirar, ahora de resignación por las acciones de Sirius, recargo su rostro en el pecho del Gryffindor mientras era sostenido en un abrazo para caminar de una extraña manera hasta dejarse caer a un lado del ojigris y refunfuñar.
—¡Deja de actuar como un niño y permíteme aplicarte una pomada para la herida!
En respuesta Sirius sacudió su melena rizada en negativa y riendo se dejo caer sobre ellos uniéndose al abrazo, ahora que tenia mas confianza en tocarlo y mandar indirectas demasiados obvias a Remus, para confirmar sus sentimientos hasta que el chico decidiera que hacer con ellos, su tacto sobre ambos era ilimitado luciendo como un infante al que se le acaba de regalar un preciado juguete, tocando todo lo que más podía cuando se ocultaban en la sala de Menesteres o en el caso del de cicatrices en los corredores con el mirando desde lejos para guardar las apariencias.
—Estoy bien así, esto le dará una lección a James para creerle a su mejor amigo sobre su tonta novia— dijo a la vez que se dedicaba a oler su cabello, replicando conductas de un perro, como sabia era su forma animaga.
Alejándolo con su mano en un inútil intento se refugio más en el cuerpo de Remus que solo los observaba con parsimonia, el estado al que había llegado tras estar tratando de descubrí como podían funcionar los tres en una relación. Picando con uno de sus dedos la bonita nariz de Sirius hasta que se canso lo dejo recargarse cerca de su cuello aun aspirando su aroma en tanto él decía.
—Te ves horrible de esa manera, así no conseguirás con quien ir al baile.
—Todos en el castillo quieren ir conmigo, un moretón no cambia nada— contradijo y sacando a relucir un puchero infantil se acurruco aun más sobre el si era posible, sacándole un poco el aire por la diferencia demasiado obvia de pesos.
Empujando a Sirius para que no lo aplastara por completo, se logró acomodar y luego comenzó a acariciar los rulos oscuros de Sirius con suavidad y acoto —Con tantos chicos guapos de Durmstrang y tu en esas canciones no hay mucho que elegir.
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Come a Little Closer
FanficSerena Snape tiene una vida perfecta, donde su padre, amigos y todo Hogwarts la aman y admiran por salir con James Potter y acostarse con Sirius Black en algunas ocasiones. Al menos hasta que Dumbledore anuncia el torneo de los tres magos, que trae...