VI. "Conociéndonos"
Bajo su rostro hasta estar a la altura de los labios de Sirius y lo beso agresivamente, de forma en que sus bocas y dientes chocaron lo suficiente para ser doloroso, pero no para que la sacara de su regazo donde llevaba demasiado tiempo, o al menos es como se sentía desde que ambos se habían escabullido a esa vieja aula en desuso para tocarse un rato y olvidar el constante recordatorio de que era la novia de su mejor amigo.
Disfrutando de todo lo que podían uno del otro, sin repercusiones ni compromisos, como lo llevaban haciendo desde hace años a las espaldas de James y del mundo, sentía que toda la experiencia que bien podría ser burda era una más excitante por el simple hecho de que James podía descubrirlos con tan solo abrir el mapa del Merodeador y ver sus nombres demasiados juntos. Casi riendo de la euforia que le daba todo el asunto, incluso más que acostarse con el ojigris, se dio cuenta entre amargada y risueña que el poder que ejercía sobre todos siempre le sería más excitante que las manos de su amigo recorriendo sus muslos, impulsándola hacia arriba para volver a unirse únicamente carnalmente, porque los dos estaban igual de atrofiados sentimentalmente.
Pero dejando todos esos pensamientos de lado, sujeto la nuca de Sirius que estaba sudorosa y se impulso para volver a besarlo mientras llegaba a su culminación, y en medio de la brumosa del placer, mordió el labio inferior de Sirius y lo hizo sangrar obteniendo un ceño fruncido de su parte antes de que la apartara de si tumbándolos en el suelo para darse un momento de descanso y que su temperatura disminuyera.
Permaneciendo en ese sitio, uno al lado del otro, escucharon sus respiraciones ligeramente aceleradas hasta que se cansó de solo mirar el techo y volteo a mirarlo curiosa. Tocándose la herida con molesta, hoy Sirius parecía incluso más irritable que otros días y a pesar del orgasmo que le acaba de dar no lucia como alguien quien fuera ser bueno con los demás después de salir de esa sucia aula.
Aburrida por ello, se levanto de volviendo a acomodar su ropa interior y playera, para luego alisar su falda lo mejor que le fue posible y subirse las medias que de alguna manera habían llegado hasta sus tobillos.
—No llores Sirius, fue apenas una mordida— dijo burlándose de la sangre que escurría ahora por su mentón, que a su parecer lo hacía ver más atractivo, rompiendo esa barrera que siempre había tenido de niño rebelde, inquebrantable y cruel, a la vez otorgándole un momento de debilidad de parte del único a su alrededor que no había logrado romper o manipular, dándole poder como tanto deseaba.
—Estas demasiado feliz Serena y dudo que sea por esa niña de Slytherin que lastimaste ayer o por lo que acabamos de hacer, así que cuéntame ¿Qué te tiene así? — respondió Sirius en cambio, también colocándose su ropa regada por la habitación e ignorando el desastre que escurría de su labio por mucho que le molestara como podía ver en cada uno de sus gestos.
—Puede que sea la magnífica calificación que obtuve en mi ensayo de transfiguración y seguir siendo una de las favoritas de la profesora McGonagall, me llena de ego, además, ¿viste la portada del Profeta?, James se ve maravilloso como el campeón que será.
—Demasiado confiada en tu novio, pero eso no es todo, te pone feliz ver la miseria de Remus al tener tantos deberes, no las calificaciones que viene con eso. Es por Severus, ¿verdad?, ya lo tienes como tu próxima presa, ¿Qué tramas Serena?
—Si te digo ahora no será divertido cuando lo logre, pero te prometo que es de lo mejor que he planeado, no puedo esperar para ver la desesperación de mi hermanito.
—Pareciera que te alimentas de eso linda, aunque no dudo que así sea, Tal vez con Prince en tu radar puedas dejar un rato a Remus y Peter, de vez en cuando merecen un descanso.
ESTÁS LEYENDO
Come a Little Closer
FanficSerena Snape tiene una vida perfecta, donde su padre, amigos y todo Hogwarts la aman y admiran por salir con James Potter y acostarse con Sirius Black en algunas ocasiones. Al menos hasta que Dumbledore anuncia el torneo de los tres magos, que trae...