XXVIII. "El huevo de oro"

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XXVIII. "El huevo de oro"

Alzándose en la punta de sus pies se estiro lo suficiente para tomar el libro de herbología que necesitaba, al alcanzarlo por fin, le sacudió el polvo que tenía almacenando sorprendida de que estuviera tan sucio a pesar de que los exámenes T.I.M.O hubieran ocurrido hace apenas a una semana, pero sin centrarse demasiado en que los alumnos menores vieran el termino de enero como una bendición, siguió con lo suyo.

Caminando rumbo a la mesa donde James la esperaba revisando otros libros, leyó de forma superficial el contenido del que tenía en sus manos hasta toparse con lo que buscaba. Recordaba que al año pasado la maestra de herbología, Pomona, les había dado una conferencia completa sobre las branquialgas, justamente para poder presentar su T.I.M.O adecuadamente, más que nada aquellos que necesitaban de su materia para las carreras que estaban eligiendo.

Y yendo a la página indicada, encontró lo que buscaba rápidamente, justo lo que James necesitaba para la segunda prueba; una planta para poder respirar bajo el agua, dado que después de haber tirado el huevo al agua esa noche hace tres semanas en el baño de prefectos, habían escuchado la canción atentamente varias veces hasta memorizarla y luego estar las siguientes semanas descifrando que quería decir, todo en los tiempos libres que James tenía.

Para ese instante, por fin habían llegado a la conclusión de que la siguiente prueba se llevaría a cabo en el Lago Negro y con ello James tendría que poder estar bajo del agua durante una hora y recuperar lo que le hubieran quitado, así que arrebatándole el libro que estaba leyendo puso frente suyo el que ella cargaba en la página específica, señalándole lo que quería que leyera y tamborileando pacientemente los dedos en la mesa espero que su novio leyera todo y cuando termino de hacerlo, dijo.

—¿Crees que haya algunas en el invernadero de herbología o que el profesor Slughorn tenga?

Sopesando con quien tendrían más opciones, decidió que debían ir con la profesora Sprout debido a su carácter más flexible, a comparación con el profesor de pociones, del que ahora mismo no era su favorita si recordaba perfectamente lo sucedido en el baile de invierno y que lo obligara a mentir para salvar su propio cuello por negligente en consecuencia.

—Tal vez los invernaderos.

Moviéndose después de eso, James y ella recogieron los demás libros que habían estado ocupando, regresándolos a su lugar para evitar que Madame Pince los castigara por el desorden y salieron casi de inmediato rumbo a los invernaderos esperando que la maestra de herbología estuviera ahí cuidando sus plantas.

Sino encontraban a la maestra dentro del invernadero, sabían que sería un problema hacerlo después, dado que ninguno de los dos había seguido en esa materia para su sexto año, más que nada porque James tenía decidido que sería un auror y ella esperaba trabajar en algo referente al Ministerio sino hacia su vida dirigida a permanecer en casa.

Y, sin embargo, esperaba no enviar a James con el profesor Slughorn, quien podía decidir soltar la lengua y contar exactamente que había sucedido en la confrontación, a pesar de que sería más fácil porque su novio aun cursaba pociones como requisito para el examen de admisión para ser auror.

Llegando a su destino, asomaron el rostro tímidamente al recinto encontrándolo vacío y James desanimado por eso la jalo dispuesto a regresar a la sala común para pasar algo de tiempo juntos, el poco que tenía. Negando llevo su dedo a sus labios dándole la señal de que se mantuviera en silencio y lo jalo para entrar al lugar esperando que no fueran sorprendidos ni por la maestra, ni por alguno de sus Huff que siempre paseaban por ahí.

Caminando por el pasillo, miro a las diferentes plantas que había alrededor, incluidas las odiosas mandrágoras, hasta que se topó con un pequeño estanque y acercándose reconoció de inmediato las branquialgas.

Come a Little CloserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora