Al otro lado

2. Los ojos rojos

Llegó la noche y nos fuimos a dormir. Elena y yo hablamos para relajarnos ya que al haber al día siguiente clase, no nos podíamos tomar los tradicionales chupitos de tequila de los jueves.

Nos dormimos.

Yo, otra vez, me desperté por culpa de las pesadillas. Cuando abro los ojos, me doy cuenta de que Elena está despierta, está mirándome. Voy a hablarle pero me tapa la boca con la mano, y lo escucho.

Es un crujido de las tablas del suelo y escuchamos una respiración jadeante. Cuando de repente suena un sonoro golpe contra el armario, nos ponemos a gritar. Nos incorporamos y vemos la sombra de la otra noche, es semitransparente, de colores negros, azules y blancos y cuando una farola que estaba fundida parpadea, alcanzamos a ver con nitidez sus ojos rojos, con las pupilas dilatadas.

Seguimos gritando cuando la puerta se abre de golpe, se vuelve a apagar la farola y Lucas, con su bate de béisbol en mano y Ali detrás, enciende la luz.

Nos preguntan qué ha pasado, pero sólo somos capaces de emitir un entrecortado balbuceo y  me doy cuenta de que estaba conteniendo el aire. Y de que no puedo respirar.

Una presión me oprime el cuello y siento dolor en el pecho.

—¡Le está dando un ataque de ansiedad!

Len me habla y hace por tranquilizarme, y un rato después tras mucho esfuerzo respiro con una cierta normalidad.

Son las  cinco de la mañana y estamos sentados todos en el salón, tomando una taza de chocolate caliente que Alison ha preparado, dice que es una tradición americana o algo parecido.

—Os dais cuenta de que no podemos seguir así.—empieza Ali.

Lenny y yo no articulamos palabra.

—Le estabais gritando a la nada. Eso no es normal.

—Nosotras vimos algo.

—Bueno Elena pues dinos el qué.

Elena se queda callada centrando la mirada en su taza.

Entonces Lucas sugiere algo.

—A ver, si es cierto que visteis algo que nosotros no y vuelve a aparecer lo que quiera que vierais, pondremos una cámara.

—Sí, estilo Paranormal Activity, ¿tú estás tonto?

—A lo mejor no es tan descabellado Len.—defiende Ali.

—Es invadir la privacidad de una persona.

—Sí pero como es mi habitación puedo decidir sobre ello. ¿Tienes una GoPro?—miro a Lucas con decisión.

—Tengo.

—Bien, pues mañana a la noche pondremos la cámara. Ahora todo el mundo a la cama.—decide Ali—Mel, duerme en el cuarto de Elena.

—No me lo digas dos veces.—me revuelvo el pelo con nerviosismo.

—Pero mañana es jueves, mañana no se duerme.—dice Len.

—Bueno pues el viernes.

—Vale.

Dicho esto Elena y yo nos tumbamos en su cama, a pesar de que no pegamos ojo el resto de la noche. Tampoco hablamos, sólo estábamos en silencio con las mantas hasta el cuello.