—Yo es que no entiendo cómo ha podido pasar, ¿quién le haría algo así a Enzo y a Clara?
Llevamos ya un rato intentando que Berto cese en sus preguntas, fingiendo que no sabemos nada y que no nos hacemos una idea de qué ha podido pasar.
Lo dejamos en casa sano y salvo y subimos las escaleras que llevan hacia mi casa.
—Pobre, ojalá explicarle todo—confiesa Elena.
—Ni de coña, no vamos a meterlo en esto también. Ya nos vale con tres errores, Len —espeto bruscamente.
—¿A quién llamas tú error?—replica Lucas.
—Dime que no te sentirías mejor si no supieras nada del tema.
Ante su silencio contesto:
—Ya me parecía a mí.
—Es que me sabe fatal fingir Mel—suspira Elena a mi lado.
—No fingiremos más. Nos relacionaremos lo mínimo con el resto de personas, sólo nosotros cinco. Así evitaremos que nadie más que nos importe muera.
Me dan la razón y seguimos el resto del camino en silencio.
Cuando entramos en mi habitación un escalofrío recorre mi espina dorsal y me doy cuenta de que hemos cometido un error, otro más.
Los libros gastados, el bote con hierbas y el saco no están.
—¿Alguien ha guardado los...
Se me cortan las palabras cuando todos niegan con la cabeza.
Len y yo nos miramos, recordando el suceso de la biblioteca.
—¿Qué pasa?—pregunta Ali.
—Ayer, antes de la fiesta, Mel y yo nos colamos en el ayuntamiento —empieza Len.
—¡¿Qué?! ¿Cómo? —exclaman Ali y Lucas casi al unísono.
Hugo mientras, se mantiene expectante.
—Cogimos las llaves en mi casa, mamá es la alcaldesa —entonces Len niega con la cabeza— Pero esa no es la cuestión. Estábamos buscando información sobre el día en que nacimos, para arrojar algo de luz a esta puta locura. Entonces, cuando encontramos lo que buscábamos, alguien entró y nos escondimos...
—Escuchamos un grito de frustración y los cajones y papeles caerse al suelo —continúo por ella— Alguien, que está vivito y coleando sabe de esta situación. Y que ahora desaparezca lo que encontramos en la casa de nuestros abuelos...
—Quiere decir que...—inquiere Hugo.
—La persona que nos sigue el rastro es de nuestra familia —remata Len.
Elena y yo nos miramos con auténtico pavor.
—¿Alguien de nuestra familia? ¡No nos harían daño! —exclamo irritada.
—Tenemos que preguntarle a abuela si alguien más lo sabe —sugiere Elena.
—Nadie más debería saberlo, somos las únicas que portamos el don.
—¿Estáis seguras? —pregunta Lucas.
—La carta de nuestro abuelo decía eso —recalca Elena.
—Pero ambas tenéis hermanos —recuerda Hugo con las manos en la cabeza.
Elena y yo nos miramos.
—No creo que Martina lo tenga, se lo notaría.
—Yo diría que con Manu pasa lo mismo...pero tenemos que asegurarnos.
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Al otro lado
Mystery / ThrillerNo recuerdo en qué momento mi vida se convirtió en un caos absoluto. Imagino que siempre lo ha sido. Pensé que con el tiempo, a medida que me iba haciendo mayor, podría tener una vida normal, llena de cosas normales. En cambio, no lo ha sido. Descon...