–¡Mi señora, mi señora!– las sirvientas se aproximaron una a una en la puerta para verla. Mientras Sarém le recogía su hermoso cabello blanco en unas trenzas alrededor de la cabeza con algunos adornos en metal, una de ellas se acercó con una caja. Aurora ya se había familiarizado con la mayoría de ellas, y una hermandad y confianza se había forjado de manera natural.–¿Qué sucede? ¿Otra vez están con los chismes?– preguntó ella con una pequeña sonrisa.
–Ha llegado un regalo para usted, dijeron que era de parte del Príncipe– dijo la sirvienta y Aurora las miró.
–Ponlo sobre la cama, deprisa– dijo Sarém y así lo hicieron. Aurora se levanto con lentitud y luego de que todas le dieran paso se acercó a la caja y la abrió. Primero vio una nota encima de un papel de envoltura muy fino. Tomó la carta en sus manos y la leyó.
"Para honrar nuestra promesa".
–Mikhail
La sonrisa de Aurora no pudo evitar enamorar a las demás chicas en la habitación.
<<Definitivamente es un hombre de pocas palabras, puso su nombre de pila también. Supongo que ahora me dejará llamarlo así>> pensó ella.
–¿Qué dice? Vamos, mi señora. Diga algo. Nos tiene con los nervios de punta– dijo alguna sirvienta.
–¿Para que? ¿Para que sigan chismeando?– bromeó y todas se quejaron. Aurora separó la envoltura y dejó la carta a un lado para sostener un bellísimo vestido gris con adornos en cristal en la espalda descubierta. Parecía muy sencillo, pero era definitivamente el vestido más bello que había visto en su vida. La tela era de la ceda más suave y fina. Una obra maestra.
–Es algo escandaloso y bellísimo– dijo otra.
–Lo es– dijo Aurora terminando de sacarlo de su caja.
–Hasta yo podría sonrojarme de tener un hombre que me regalara semejante vestido.
–Yo creo que escogió bien, tiene buen gusto.
–¿Sería correcto que lo llevara esta noche?– preguntó Aurora sin dejar de verlo. No estaba segura de hacerlo, era muy sensual para un simple banquete. Temía hacer el ridículo frente a todos. Tal vez no era el vestido apropiado para ser la primera vez presentada en sociedad, pero si no se lo ponía no quería darle a entender al Principe que lo estaba rechazando. Después de todo...era un regalo para honrar la promesa que se habían hecho. Un pacto es un pacto.
–Por supuesto que sí, dejará a todas esas doncellas muertas de la envidia.
–Y a los hombres también.
–Entonces, creo que tal vez podría...–contestó Aurora y las demás gritaron de emoción– Señoritas, por favor no griten. Solo es un vestido.
–No solo es un vestido, escuché una vez que cuando un hombre le regala un vestido a una mujer es porque quiere aprobación para comenzar a cortejarla de una manera romántica. Si se pone el vestido, le estará dando una respuesta segura al principe– dijo Sarém y las mejillas de Aurora se sonrojaron levemente. Para ser una jovencita de casi 16 años sabía bastante de romance.
–¿Donde escuchaste eso?– le preguntó ella.
–Lo oí de una modista que le dijo a mi prima y luego que le dijo a mi tía que luego me dijo a mí. Es un poco confuso, pero tiene que ser verdad si viene de la propia modista. ¿No lo creen?
–Tiene sentido– dijo la sirvienta anterior.
Aurora no creía que Mikhail tuviera esas intenciones, pero no lo sabría si no se lo ponía. Además, no es que tuviera tantas opciones. Al final del día ambos serían marido y mujer. Siendo su prometida debía ser normal que le regalara ese tipo de cosas.
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Reino de sombra -Libro 1: Reinos Oscuros (COMPLETADO)
Teen FictionConvertirse en princesa en el reino de Ferona no es el típico cuento de hadas de cualquier chica. Es una completa pesadilla. Cada año todas las mujeres jóvenes y solteras del reino son seleccionadas al azar para participar en "la vista" donde escoge...