Reino de sombra -Libro 1: Reinos Oscuros (COMPLETADO)

Capítulo 16: Posibles enemigos

<<Mía>> Esa palabra tenía más peso en aquellos momentos de lo que antes lo pudo haber tenido. La idea de que Mikhail la reclamara como suya no le parecía una idea descabellada ni mucho menos repugnante a Aurora. En cada minuto que pasaba a su lado podía confirmar una y otra vez lo que su cabeza le negaba constantemente, se sentía atraída hacia él. Y no como dos amigos de la infancia que desean estar siempre juntos. Era otro tipo de sentimiento. Algo más carnal y voraz. Lo veía como a un hombre. Un hombre que evidentemente estaba igualmente interesado en ella. Aurora deseaba a Mikhail de una manera irracional que no tenía nada que ver con el pensamiento o la razón. Sus palabras la envolvían y su voz la atrapaba como un pequeño pájaro al escuchar un dulce cántico. Antes de llegar al palacio había tenido algunos hombres pisándole los talones con frases ordinarias y promesas vacías intentando conquistarla. Pero sabía que ninguno de ellos era suficiente y no la ayudarían a alcanzar su propósito. Algo para lo que su padre la estuvo preparando toda su vida. Nunca nada era suficiente hasta que llegó Mikhail. Mirándola con tanto deseo que se olvidaba de respirar. Tenía a su lado un hombre oscuro que le ofrecía pasión, aventura e incluso peligro. Como también honestidad, cariño y protección. Alguien que la hacía arder con tan solo palabras. Las emociones eran fuertes y algo que jamás imaginó que sentiría por un hombre, lo sentía por el príncipe de Ferona.

Con dos dedos, Mikhail desarrugó la falda de Aurora sobre sus piernas. Presionándolos contra su piel blanda y lisa a propósito.

–Basta–dijo ella–No hagas eso.

–¿Hacer qué?

–Mirarme como lo estás haciendo.

–¿Y de qué manera es esa?– preguntó curioso.

–De la única manera en la que solo un hombre puede mirar a una mujer. Me hace sentir...vulnerable. Y no me gusta– se quejó.

–Lamento decepcionarte, mo ghealach, pero no puedo mirarte de otra manera– admitió él forzándose a si mismo a apartar la vista de sus esbeltas piernas–No cuando también me miras de la misma forma– se levantó y Aurora abrió la boca con indignación.

–Eso no es verdad– se levantó y lo enfrentó subiendo la barbilla.

–Oh, claro que lo es. Lo veo claramente, tienes el rostro de una mujer que se siente deseada. Con ganas de que te arranquen ese vestido y posean tu cuerpo como arcilla mojada, deseando que esa extraña sensación entre tus piernas se convierta en nada más que agua hirviente con la esperanza de que dure lo suficiente para hacerte enloquecer– Aurora se quedó perpleja y Mikhail colocó la mano en su pequeña mejilla para rozar su pulgar sobre sus labios. Se inclinó y pasó la punta de la nariz por su cuello haciéndola estremecer. Una corriente eléctrica pasó de ese punto hacia todo su cuerpo. Mikhail deslizó los dedos dentro de su cabello para sostenerle la nuca. Aurora cerró los ojos...disfrutando de la atractiva sensación que le daba el tibio aliento del príncipe en su cuello–Estoy dispuesto a darte todo lo que quieras si me lo pides. Sin preguntas y sin reproches. Así que cuando llegue el día en que quieras tenerme de verdad asegúrate de ser honesta contigo misma porque una vez me lo pidas no habrá vuelta atrás. Te daré tanto placer que querrás quedarte, no minutos, ni horas, si no días encerrada conmigo en la misma habitación pidiéndome que no me detenga– la boca de Mikhail subió por el mentón de Aurora hasta llegar a tocar sus labios, pero sin besarla.

Era un juego en el que el León incitaba a su presa a caer en la trampa. Pero en esta ocasión la presa...moría por ser devorada. Él se alejaba y ella se acercaba. Convirtiéndose casi en una danza de tentación.

–Hablas de vulnerabilidad, pero todavía no te das cuenta de lo que causas en mi.

–¿Q-qué es lo que causo en ti?–preguntó ella casi sin aliento y el Príncipe pasó su brazo por la espalda de Aurora, acercándola. Y posó un suave, tierno y electrizante beso en su frente.