Capítulo 13: Ofensa a la princesa

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A medida que Aurora se alejaba de la condesa de Wezz, un hombre no muy lejos de ella se abrió paso para detenerla. Iba demasiado borracho como para darse cuenta de que estaba a punto de ponerle las manos encima a la princesa de Ferona.

–Pero que hermosa criatura– balbuceó dando pasos torpes alrededor de Aurora– El cabello no me gusta para nada...pero esos pechos son los mejores que...he visto– el conde de Wezz dio un tirón brusco a una de las tiras en cristal del vestido partiéndolo en pequeños pedazos. La reacción fue instantánea. Aurora sostuvo la parte delantera de su vestido totalmente sorprendida.

De inmediato, Mikhail se aproximó entre la multitud y lo tomó con violencia del cuello. Levantándolo en las puntas de sus pies y lo lanzó a una fuente en el centro del salón. El silencio se hizo aterrador. Los músculos del príncipe se tensaron y su furia lo hizo ver mucho más imponente, alto y sombrío de lo normal. El agua empapó de pies a cabeza al conde haciéndolo entrar en razón y un pequeño corte en la frente comenzó a sangrarle a causa de la caída. Sus sentidos se dispararon cuando vio al príncipe caminar a paso firme hasta él.

–¿¡Cómo te atreves a tocarla?!– la voz del príncipe se percibió por todo el salón casi como un graznido. Fuerte y claro.

–¡No, no!... –intentó decir, pero Mikhail lo tomó de la camisa y lo sacó del agua con fuerza–Le prometo que fue un malentendido. ¡Un malentendido!

–¡De rodillas!– gruñó el príncipe.

–S-si, mi señor.

Mikhail miró a Aurora quien no levantaba la vista del suelo de lo avergonzada que se sentía. Se quitó el saco rojo con bordados negros y se lo colocó por los hombros con cuidado. Ella le sostuvo la vista cuando él le levantó el mentón. No dijo nada, pero su mirada lo decía todo. Estaba furioso. Se acercó a uno de los soldados y le quitó su espada. Luego, se aproximó al conde para tomarlo con fuerza del cuello de la camisa y amenazarlo con ella.

–Deme una buena razón para no arrancarle los malditos sesos en este momento.

–Su alteza, jamás pensaría en faltarle el respeto.

–Eso lo hubiera pensado antes de rebajar a la princesa a sus insultos y ponerle sus sucias manos encima– le contestó Mikhail con fiereza. Se levantó dispuesto a degollarle la cabeza, pero Aurora al darse cuenta de la identidad de su agresor, sintió la responsabilidad de detener a Mikhail. La condesa de Wezz sonreía como un gato satisfecho desde lejos.

–Espera– dijo ella poniéndole una mano en el hombro. Mikhail la miró de reojo–Creo que podemos resolver esto de otra manera– Aurora se acercó posándole una mano en el pecho para que la mirara– Con una disculpa será suficiente. Lo necesitas con vida–Por la forma en la que la miró, el príncipe no estaba para nada de acuerdo con esa propuesta así que Aurora intentó explicarle brevemente lo que había pasado en aquel encuentro con la condesa de Wezz– Él puede saber algo que nosotros no.

–Aún así no merece que lo dejemos ir–le contestó.

–Mikhail, no– le advirtió Aurora y no tuvo más remedio que aceptar. Estaba demasiado molesto, pero algo en él sabía que ella tenía razón. Bajó la espada y el conde soltó un suspiro de alivio.

–Muchas gracias, su alteza– le dijo al príncipe y Mikhail no dejaba de darle esa mirada asesina.

–Agradézcale a ella, usted para mí sigue siendo hombre muerto– amenazó y guardó silencio. Aurora dio un paso al frente mirando al conde de una manera casi tan seria como el príncipe.

–Por favor, princesa. Acepte mis más fervientes disculpas por mi bestial comportamiento y por todo lo que dije sobre usted. En ocasiones el alcohol no me hace pensar con claridad.

Reino de sombra -Libro 1: Reinos Oscuros (COMPLETADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora