Capítulo 23: El pasado

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–Muy bien. Tu lo has decidido- el señor Dobrek abrió la caja y la volteó hacia Mikhail, dejando ver la pila de cartas dentro de ella.

–Son demasiadas– dijo Aurora tomando asiento al lado de Mikhail–¿Acaso ustedes...tuvieron alguna especie de relación?

–No. Jamás le fui infiel a mi querida Débora. Yo la amaba...demasiado– dijo con nostalgia Victoria y yo tuvimos una relación amistosa, construimos una especie de vínculo con los años. Yo era mayor así que la veía como a una hermana. Era una persona muy querida para mi, siempre fue bondadosa con sus empleados, pero un poco ingenua en muchos aspectos. Se ganó mis respetos desde que me asignaron como su guardia personal. Aunque yo diría que era un blanco fácil para atraer problemas.

–¿Porqué lo dice?–preguntó Mikhail con seriedad.

–Era muy joven. Tendría la edad de Ilkana cuando la coronaron reina de Ferona. A pesar de que venía de una familia noble, no se le daban bien las relaciones diplomáticas y mucho menos un matrimonio arreglado con tu padre. Se...obsesionó con ella. No sabría como explicarlo con palabras, era muy posesivo. A un punto extremo. Casi enfermizo. Las cartas comenzaron a llegar durante sus viajes a Ageria cuando no podía acompañarla. Era su manera de desahogarse conmigo. Me pedía muchos consejos.

–¿Qué clase de consejos?– masculló Mikhail.

–Por alguna razón, la mayoría eran románticos. Como si estuviera enamorada de alguien prohibido para ella. Supuse que tendría que ser alguien importante por la manera en que hablaba de él. Tal vez un conde, un duque o...

–¿Un rey?–dijo él y Aurora lo miró.

–Si, lamentablemente es una posibilidad. Las probabilidades de que sus continuos viajes a Ageria fueran a causa de un amorío secreto con el rey...son bastante altas a mi parecer. Pero no podría decirlo con certeza, nunca lo dijo explícitamente. Ni siquiera en las cartas. El rey no tenía esa clase de reputación. Ni siquiera poseía concubinas. Técnicamente podría tratarse de cualquier persona. –explicó–Aún no llegamos a la parte más importante.

Mikhail y Aurora se miraron.

–Ella me pidió que lo mantuviera en secreto y es algo que me ha pesado por mucho tiempo. Pero creo que ambos están listos para saber la verdad– el señor Dobrek hizo una pausa intentando poner sus palabras en orden— Tu madre tuvo un hijo antes de que nacieras. Creo que se llevarían unos siete años de diferencia. Victoria sabía que algo malo iba a pasarle una vez el rey lo supiera. Intentó ocultarlo durante algunos años, pero de alguna manera él se enteró. No tengo ni la menor idea de donde se encuentra, pero por lo visto debe encontrarse en Ageria ya que allí fue donde lo dio a luz.

Mikhail recostó su mandíbula en sus dedos, pensativo. No eran buenas noticias en lo absoluto. Que tuviera un hermano mayor era preocupante. Si esa persona existía, por sucesión el trono sería suyo y una vez más pondrían en riesgo todo lo que Aurora y él habían construido hasta ahora. Al menos ya entendía porqué los constantes problemas con Ageria. Si existiera la posibilidad de que ese hijo fuera Víctor Khan, tendrían serios problemas. Necesitaba comprobarlo de alguna manera, ¿pero cómo?

–  Escuchen– el señor Dobrek exhaló por la nariz– No les puedo dar toda la historia, hay cosas que no están muy claras, otras que no sé, y otras que no puedo decir en voz alta. Pondría en peligro a esta familia y no puedo permitirlo. Pero lo que sí les puedo decir, especialmente a ti muchacho, es que ella te amaba. Más que a nada en el mundo. Fuiste lo único bueno que obtuvo del rey. Con el tiempo ella comenzó a querer ver un destino distinto para Ferona y un futuro para ti. Como reina era su deber hacerlo. Así que hicimos una promesa, fue más bien un juramento de sangre. Acordamos que nuestros hijos, ustedes dos, cambiarían el curso de Ferona y traerían paz indefinida a nuestra nación– miró a Aurora– Por eso te eduqué y te entrené por tantos años. Tal vez me veas como un padre egoísta, que sólo utilizó a su hija para cumplir una vieja promesa. No dejé que escogieras tu propio destino y lo lamento, pero créeme cuando te digo que tuve razones suficientes para hacerlo. Había algo especial en ti, Aurora. Tú madre y yo lo sabíamos. Naciste para esto.

Reino de sombra -Libro 1: Reinos Oscuros (COMPLETADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora