3. AXEL

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- Seguiré diciendo que eres un capullo durante toda mi existencia, Blake - bufó Finn.

Después del numerito que había montado, que la verdad no había estado nada mal, nos sentamos en la parte de atrás de la clase. Mi hermana me miraba divertida desde su lugar en la clase, rodeada de sus peones; sí, mi hermana era una especie de abeja reina entre todos esos idiotas. Desde la distancia, le guiñé un ojo de forma cómplice, y tras devolverme el gesto, se giró para mirar al frente. La mayoría de veces me llevaba bien con mi hermana, era como una amiga, pero éramos tan diferentes... Sólo se tenía que mirar su posición social comparada con la mía. 

Me giré para ver a Finn, porque noté que estaba mirando hacia alguna parte que no fuese a la profesora que se encontraba explicando la organización del curso. Seguí su mirada hasta que me encontré con una chica que no encajaba allí. No la había visto antes, no parecía de aquí. Finn se me acercó para hablarme más de cerca.

- ¿Quién es la que está con Weaver? - me susurró en el oído. Por una vez, no me haría el que no quiere saber del tema, porque por una vez me importaba quién era ella. Siempre me había interesado por la gente extranjera, desde pequeño, no sé por qué, siempre traían un aura de algo exótico, especial.

- No lo sé - dije aún mirándola -. Si quieres saberlo, podríamos acercarnos luego a saludar a Riven.

- Es la mejor idea que has tenido en mucho tiempo, hermano - dijo quitándome el gorro para ponerselo él. Hice un mohín y me acomodé en mi asiento para volver a mirarla. 

Estaba mirándonos. Y joder, sus ojos. No eran de un color raro, pero eran de un marrón penetrante. Eran grandes, muy grandes, con unas pestañas larguísimas. Y no llevaba ni una gota de maquillaje. Eso era raro de ver por aquí. Se ruborizó y volvió a mirar al frente, agitando su melena negra. Sonreí para mis adentros; al parecer tenía el mismo efecto que mi hermana si mostraba interés. La profesora dio por finalizada la hora de presentación, y nos pidió que nos fuesemos acercando a su mesa antes de salir. 

Me levanté junto a Finn desperezándome, y mi hermana subió con nosotros, cosa que me pareció extraño porque nunca dejaba a sus peones sin cerebro solos.

- ¡Hermanito! - gritó abrazándome por el cuello. Hice una mueca en cuanto me tocó, porque nos estaba mirando la mitad del aula.

- ¿Qué bicho te ha picado? - le pregunté apartándola. Tenía esa sonrisa que no deparaba nada bueno. 

- He visto que mirabas mucho a la chica de Riven - dijo levantando una ceja -. La que debería preguntarte eso soy yo, ¿no crees?

Me la quedé mirando serio. Ella mejor que nadie sabía que no me interesaban las chicas. Tampoco me interesaban los tíos, pero joder, las tías eran... Demasiado crueles. Tenía en qué basarme.

- Hablando de eso - intervino Finn -, vamos a presentarnos, ¿no Axel?

- Paso.

Después de lo que había dicho mi hermana, no me quedaban ganas de conocer a la chica. Me trajo demasiados recuerdos con esas simples palabras, y ella lo sabía. Lo hizo aposta, no sé si para avisarme y protegerme o para picarme.

- Pero dijiste que venías - oí decir a Finn detrás. No me importó.

Mientras bajaba, dirigí mi mirada hacia su sitio. Estaba hablando con Riven a saber de qué, pero pronto desvió la suya para mirarme. No la deleité más con mi atención, así que fui a la mesa de la señorita Johns.

- Axel - dijo con una sonrisa. Se la devolví -. Creo que esto podría interesarte.

Me tendió un folleto donde se veía una imagen de un chico en skate. Un concurso. Se celebraba aquí, en Madison, y englobaba a todo el estado. Abrí mis ojos con sorpresa y miré a mi profesora. Vi en sus ojos ¿esperanza? ¿Orgullo? No lo sé, pero seguía sonriendome, y no pude evitar preguntarle.

- ¿Por qué me mira así, señorita?

- Estoy al tanto de que practicas con el skate en Madison Avenue - me confesó. Eso solo sirvió para sorprenderme más.

Sentí un brazo rodearme los hombros, y me giré para ver a Finn. Alargó su brazo para coger el folleto, y se vio igual de sorprendido que yo. Él era más de BMX, pero estaba al tanto, obviamente, de lo que hacía yo.

- ¡Joder Axel! - dijo casi leyendome la mente.

- ¡Señor Anderton! El vocabulario, por favor - le reprendió Abby, la profesora.

- Perdone, señorita - le dijo guiñándole el ojo. Ese tipo de cosas son las típicas que solo Finn hace, guiñarle el ojo a una profesora -. Tío, es tu oportunidad de oro, tienes que ir.

- Mh... 

La verdad es que necesitaba pensarmelo mucho. Y practicar mucho. Y centrarme mucho en hacerlo bien. Era mucha presión.

Salimos del aula y nos dirigimos hacia fuera. Estaba tan concentrado en el folleto que no me di cuenta del olor que me impregnaba la nariz hasta que lo tuve directamente en esta. Su pelo me azotó las fosas nasales y me sacó de mi ensoñación, de mis pensamientos. Era la pelinegra otra vez, y alcé mi mirada del folleto para mirarla.

- Lo siento - me dijo.

Me la quedé mirando, aturdido por su acento. Intenté averiguar de dónde era, tenía claro que era de Europa.

- Hey, Axel - escuché a Riven decir mi nombre -. ¿Cómo te va?

Riven Weaver había sido mi amigo y el de Finn desde que éramos pequeños, él y unos cuantos más. Nos hacíamos llamar la Patrulla de Madison. Patético. Hacía tres años que nos habíamos distanciado. Yo me autoaislé, él salió del armario. A mi no me importaba esto último, pero a muchos retrógradas del curso sí, y le habían ido aislando del resto del mundo poco a poco.

- Todo bien - dije con voz ronca que no sabía de dónde había salido -. ¿Y tú? Te veo cambiado.

Opté por darle conversación al rubio. La verdad es que, después de todo, me daba pena. No quería pasar de él como el resto de homófobos.

- Genial, y la verdad es que este verano estuve haciendo ejercicio - dijo ilusionado. No hacía falta que me dijese que le sorprendía que le diese tema de conversación, porque hasta yo me sorprendía. No solía darle tema de conversación a nadie, ni siquiera a Finn. No era alguien muy hablador que digamos.

- Eso está bien - dije. Se me quedó mirando alegre, supongo que por ver que yo no le tenía asco. Me mordí el labio -. Si te apetece podrías quedar algún día con Finn y conmigo, ¿sigues teniendo la bici?

- ¡Pues claro! - dijo emocionado - Podemos quedar cuando queráis, si queréis vamos al skatepark este fin de semana.

- ¡Vamos! - dijo Finn acercándose otra vez por detrás - Al parecer la Patrulla se recompone, ¿eh chicos?

- ¿Patrulla?

Los tres nos giramos hacia la vocecilla que vino de nuestro lado. Sin querer habíamos dejado a la chica un poco apartada. Le miré directamente a los ojos para que notase que no estaba apartada. Desde que pasó lo de Riven, solía mirar a la gente como ella así. Intentaba que fuese tranquilizador, pero no sabía qué efecto surtía en las personas.

- Perdona, no te había visto - dijo Finn en un intento de excusa -. ¿Cómo te llamas? Yo soy Finn Anderton, y él es Axel Blake - nos presentó con una sonrisa.

Seguía mirándola. No podía dejar de hacerlo, no sé por qué. Ella me miraba también hasta que se giró a Finn con una sonrisa radiante. Joder, qué sonrisa.

- Soy Isabella Svendsen, un gusto conocerles a ambos - dijo presentandose con su mejor inglés.

Isabella.

El día que perdí su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora