La luna de testigo

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Summary: Zoro vuelve de su conquista del imperio mercia, pero se encuentra con la desagradable noticia de que alguien ha golpeado a su esposa.

ADVERTENCIAS: Au de vikingos, hard, errores de ortografía(¿?), Sanji es lindo aparentado ser mujer con el cabello largo, Zoro solo sirve para matar.

Notas: Zoro no llama a Sanji cocinero si no rubia, solo porque le parece gracioso. 

ˏˋ((🌿))


Sonríes y te conviertes en una sombra deslumbrante más allá de estos brazos míos.

Más calientes que las arenas abrasadoras, las lágrimas brotan de mi corazón.

Antes de que el cielo se apague, quiero saber

-Honno no lagrima

.

.

.

Atravesando el mar atlántico mientras que aullaba una ruidosa tormenta, uno de los hombres de Zoro cayó inconsciente en la cubierta, por lo que fue rápidamente remplazado por otro. Trabajando al ritmo de los gritos de dolor, se juagaban la sangre con la lluvia, con las manos curtidas y agrietadas.

Remando a estribor, el casco trincado del drakar se elevó cuando una ola golpeó su retaguardia, pero los hombres seguían en su labor firmes y apretando los dientes, mientras que Roronoa contemplaba por sobre el cielo como se abrían las nubes.

Al rato ya aclaró el cielo cuando vieron tierra. Las golondrinas volaban mientras que los salmones nadaban por las aguas cristalinas ya sosegadas por la paz del sol. Con las fuerzas renovadas y una urgencia por volver, los hombres remaron más rápido mientras que mostraban sus escudos orgullosamente.

—Con que feliz de volver, eh.

Sin contestar nada, los pocos allegados del peliverde chasquearon la lengua. Inflexible y tosco Roronoa, de tesón de hierro y corazón duro, que insensible eras con todos los que no sean tu mujer.

—¡Los quiero escuchar a todos!, ¡vamos!, ¡más fuerte!

Alzando la voz, con ese sol pegado en la espalda, cuando el casco trincado del drakar tocó tierra y se quedó estancado, por fin los hombres soltaron sus remos y gritaron de alegría.

Rodeados de juncos, reverdecía los campos verdes de la región del este azul. Los pueblerinos ya habían visto desde la lejanía la bandera que portaba el escudo de su patria, y se habían amontonado en la orilla del mar.

Tocando tierra, no fue hasta que relució una cabellera rubia entre todos, que lo vio. Algunos tenían largas cabelleras doradas, pero el único que se aseaba todos los días sin falta era él, por lo que las hebras solo brillaban bajo el sol.

Vestido con una túnica blanca, tenia sobre los hombros una capa de piel de cabra. El cabello largo y ondulado ocultaban con un flequillo el ojo izquierdo, así que solo se detallaba la iris azul del derecho.

De brazos cruzados, Sanji abrió la boca pero alguien los interrumpió.

—¡ZORO!, ¡TU ESPOSA NO HA DEJADO EL CAMPO EN NINGUN MOMENTO!

—¡COMO SERA QUE HASTA LOS ANIMALES LE TIENEN MIEDO YA!

Gritando a todo pulmón, dijeron en solo dos frases toda la actividad que había tenido en este tiempo de soledad, y como sería, que nació un rubor de los pálida piel del rubio.

One-shots e Historias Recopilatorias ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora