Te necesito

6.1K 291 84
                                    


Summary: Desde que Jinbe se unió a la tripulación, Sanji ya no siente que sea capaz de tomar el tercer lugar del "trío monstruoso" por lo que deja de lado la rivalidad con Zoro.

ADVERTENCIAS: Hard porque ya hacia falta, lenguaje vulgar jaja, Sanji siendo malditamente tierno y con baja autoestima, Zoro un idiota, Jinbei no sabe porque fue metido en este asunto...

ˏˋ((🌿))

Muy cerca de las doce del medio día, Zoro ve a través de sus parpados la luz. El barco fluctuá entre el sereno mar por sobre el horizonte, y el sol esta cenit encima del Sunny, calentando su lozana madera.

Roronoa duerme en su cuarto de entrenamiento, apoyado en la pared sobre el vidrio caliente. Cuando escucha su estómago gruñir y la luz reflejada le da en el rostro, se despierta. Los gritos y risas se esparcen por el barco mientas que se estira.

—¡Sanji, Sanji el almuerzo!

—¡Cállate un momento Luffy!

—Pero tengo hambre~

Subiéndose la gabardina hasta el hombro se da unos momentos para despejar el sueño, luego mira a través de la ventana la cubierta del barco y escucha de forma amortiguada los rumores de la tripulación. Deben de estar todos sentados en el comedor almorzando, mientras que él todavía no ha probado su desayuno.

Desde la panorámica allá arriba todo se ve plano, pero en la cubierta pisando el pasto artificial y contemplando el columpio moverse se siente la tranquilidad y paz de estar a salvo con sus camaradas. Desde que se infiltraron a Wano, Zoro nunca descartó la idea de que alguno saldría lastimado, estaba dispuesto a dejar que eso no pasase, pero imaginó que sucedería en algún momento. Tenían suerte y mucha fuerza, pues habían logrado su objetivo y ahora en el barco solo viajaban por otra aventura riesgosa, en donde por lo menos no estaban divididos.

Sin embargo, secretamente esta muy agradecido por esa última razón, de todavía seguir juntos. Siempre que se separaban Sanji se iba al otro grupo, y aunque no manifestaba sus sentimientos,  sí que estuvo por bastante meses pensándolo. No tenía ni idea si era reciproco, después de todo la relación con el cocinero seguía siendo muy confusa. 

Bajó hasta la cubierta cuando de repente la puerta de la cocina fue abierta. Se detuvo en seco mirando al oji-azul frente al portón, con una mano en el bolsillo y el cigarrillo en la boca.

Roronoa esperó que dijera algo,  Sanji siempre era el que comenzaba las conversaciones (y de paso se burlaba de su horario de gato mañoso), por lo que le sorprendió cuando  el hombre desvió la mirada, pasando de largo.

—Cocinero —llamó, agarrándolo del brazo. 

La piel blanca contra su áspera mano nervuda relució por los ligeros rayos de sol. Sanji volteó a verlo, entrecerrando el ojo que no cubría su pulcro flequillo. Zoro no sabía que decir, ¡el blondo debería de insultarlo para así corresponderlo y comenzar una pelea!, pero el silencio era incluso más lacerante que cualquier otro insulto.

Aunque se sintió una eternidad, pasaron tres segundos enteros. Detalló la barbilla del blondo y el vello que le había crecido, ya que como era normal, a Sanji gustaba le mostrar su masculinidad; con el traje, los zapatos lustrados, incluso el reloj  alrededor de la pequeña y frágil muñeca pálida. Esas pequeñas cosas hacían que se viese atractivo, después de todo no tenía ninguna facción andrógina espeluznante.

—¿Podrías soltarme? —dijo, mirándolo con recelo.

 Roronoa irguió las cejas y arrastró la mano por  su brazo desnudo, deteniéndose en la manga de la camisa arremangada. Podía sentir a pesar de la distancia su febril axila, viendo la vana sombra de su cabello por sobre su brazo.

One-shots e Historias Recopilatorias ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora