Un buen gato es un gato domesticado

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Summary: Luego de que Sanji se volviese un gato, Zoro tuvo que aprender a ponerlo a raya.

ADVERTENCIAS: Errores ortográficos(?)

Notas: Están casados aquí. Sanji es gato hibrido. Ya sabes, cola, orejas, solo eso. Diría que es de color amarillo, como un lindo gato miel. 

ˏˋˏˋ((🌿))

—¡Zoro! —Una delgada y suave cola acarició el rostro del hombre que sostenía a Sanji. La cola vibraba irritada—. ¡Zoro ya te dije que lo siento!

—Si claro. —El gatito dio un salto hacia adelante, pero luego fue agarrado del cuello de su camisa y colocado firmemente en el regazo del hombre—. ¿No podrías dejar de ser tan mujeriego ahora que estas casado?

—¡Pero no hice na-¡ah! —Los tres dedos de Roronoa, que estaban dentro de Sanji hasta el nudillo, se empujaron profundamente hacia delante. La temperatura del cuerpo del rubio se elevó y enrojeció rápidamente—. Solo me quedé hablando con ellas pero no hice nada... lo juro.

—Estabas coqueteando. —Sanji se apretó alrededor de sus dedos, llorando suavemente—. Y te escuche ronronear cuando te acariciaron las orejas.

—¡Per-

Zoro presionó su interior y Sanji gimió alto, estirando la cabeza hacia abajo. Había llegado de su trabajo y luego de ver a Zoro enojado, amenazó con que se iría a pasar la noche en otro lugar. No fue buena idea hacerlo cuando sintió que lo agarraban, le quitaban los pantalones y lo recostaban boca abajo sobre el regazo de Roronoa.

—Dime que no estabas coqueteando con ellas cuando estas casado.

—Zo-Zoro p-por-porfavor, dejam-dejame explicarte yo no...

—Coqueteas con mujeres aprovechando que eres un lindo gato pero luego te aprietas a mis dedos y te los devoras. —Agregando un cuarto dedo, el peliverde pinchó posesivamente las paredes internas que se contraían a su alrededor. Sanji se mordió los labios y vio su solitario pene erecto soltando un delgado hilo blanco, que manchaba la alfombra de la casa—. ¿Por qué no puedes ser más obediente?

—Zo-Zoro...

—Soy tan amable contigo y solo quieres verme enojado. ¿Tú realmente disfrutas esto? —El líquido transparente que fluía alrededor del agujero de Sanji humedeció los dedos de Zoro, que tenía las venas del brazo sobresaltadas duramente—. ¿Por qué no puedo tener un gato obediente?

Un gemido seguido de otro hizo eco en la sala de su casa. El rubio estiró el brazo que descansaba sobre la rodilla de su esposo e intentó agarrar su pene, pero Roronoa abrió más las piernas, quitándole equilibrio.

—¿Qué piensas hacer? ¿otra vez comportándote como un gatito malo? —La penetrante voz de Zoro subió como hormigas por su espalda y el oji-azul soltó un chillido—. No te vendrás hasta que yo quiera.

La firme mano de Roronoa se colocó encima de su nuca y Sanji agitó la cola, como si le hubiesen tocado en un lugar prohibido. La palma de su esposo era tibia y no parecía maliciosa, pero el rubio se quedó quietecito, abriendo grande los ojos.

—Te vas a quedar ahí el tiempo que yo quiera.

—P-Pero ya te dije que te equivocas...

Tomando una respiración temblorosa, Sanji alzó la cabeza que había estado colgando sobre las piernas de Zoro y junto las palmas. Sus rubias pestañas largas y esbeltas se batieron adorablemente.

—Por favor dejame-

—Silencio—Roronoa estiró el brazo y metió el dedo índice y medio dentro de los labios de Sanji—. Quédate callado un rato.

Tocando su mejilla interna, Zoro golpeó violentamente su lengua y le provocó arcadas. El gatito lloró desesperadamente mientras que se comía los dedos de su esposo hasta la úvula.

—¿Algún día aprenderás a comportarte? —El peliverde rascó su paladar y la cola del minino se elevó—. ¿Cuándo dejaras de hacerme enojar?

Agarrando su lengua, Zoro la estiró fuera de su boca y el blondo gimió, sintiendo que su vientre cosquilleaba.

—Contéstame. —Varios hilos de saliva empezaron a rodar de su barbilla—. Dime la verdad.

Empujando profundamente, el gatito levantó la cabeza y le miró, estaba ruborizado y con el rostro húmedo de fluidos nasales y lágrimas.

—Estoy esperando.

Zoro giró sus dedos y pinchó posesivamente su próstata, que ya estaba hinchada. Después se detuvo y los saco a la mitad. Sanji pensó que enloquecería.

—...Tienes razón—Comenzó a decir, siendo liberado del agarre de su lengua. La muñeca del hombre giró dentro suyo y el oji-azul sintió la fuerte presión de su brazo. Podría levantarlo sobre su dedo índice si quisiese de lo fuerte que presionaba. —La verdad es que sí estaba —se detuvo, tragando saliva—...coqueteando con ellas...

Sacando los dedos, el peliverde acarició los bordes del arruinado agujero con el pulgar de forma suave. Ahora parecían entenderse.

—Continua.

—Ella-ellas se perdieron en el centro comercial y y-yo me acerque a ayudarlas pero una era muy linda y yo...—Roronoa hizo el amago de meter el pulgar y luego retrocedió cuando el agujero del blondo intento tragárselo—. Yo la seduje...

—Eres un gatito muy malo —Sanji asintió avergonzado. Realmente se había dejado llevar.

—Ya sabes cual es el castigo ¿cierto?

—Lo sé—lloró—, lo sé muy bien...

Alzando la mano, el hombre golpeó la palma sobre su trasero y el cuerpo del gato se movió hacia adelante, hundiéndose sobre sus piernas. Sanji se tragó su propio gemido pero se corrió con un largo y trasparente chorro que cayó sobre la alfombra.

—U-Uno —contó el minino—, y p-pe-perdón.

—Contaremos veinte veces —informó, golpeando de nuevo. La piel del gato se ablando, aplasto y se puso roja a su tacto brusco—. Luego te dejare ir ¿bien?

Sanji asintió en silencio, con las orejas pegadas a la cabeza y el agujero apretado y ansioso.

ˏˋˏˋ((🌿))

Después del último golpe, que resonó fuertemente, Zoro acarició suavemente la silueta de su mano sobre el trasero del gato y se recostó en el sofá.

—Ten, tu premio —Sacando de su bolsillo un envoltorio de galleta, Sanji levantó la cabeza rápidamente, oliendo la mano del hombre—. Si no lo haces de nuevo, puedes comer más.

Sanji masticó, trago y lamió la dulce galleta de la mano de Zoro, recogiendo cualquier migaja que encontrara.

—Comportarte quieres.

La dulce pero severa mirada de Zoro le recordó a Sanji porque estaban enamorados y casados. Conmovido, se acomodó en su regazo y se levantó la camisa, mostrando sus pezones y su pene erecto.

—¿En verdad crees que los golpes son tu castigo? —Zoro se levantó de la silla, ignorando que Sanji lo invitaba a que se lo comiera—. No te tragaras mi polla hasta que dejes de ser un gato malcriado.

El gatito arruinado, que tenía los pezones rojos e hinchados por el manoseo constante, contempló a su esposo irse y se fue rápidamente detrás de él meneando la cola.

ˏˋˏˋ((🌿))

No actualizo porque ahora escribo novelas originales y además hago dibujos NSFW así que ando ocupadísima, aun así la gente pidió ZoSan y aquí estoy. No se preocupen, seguiré actualizando cosas aquí. Gracias por leer y cuídense mucho lindos <3

Notas: Zoro es experto en educar gatos.

One-shots e Historias Recopilatorias ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora