¡Tontito, yo soy el único para ti!

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Cuando Zoro despierta al otro día, siente que todo ha sido una pesadilla. Como es costumbre se baña, desayuna, se arregla y luego se va en su bicicleta, tranquilo y sereno, sin buscar peleas, solo yendo al colegio y disfruta-

-¡Cariño~!

Los pájaros emprenden vuelo cuando Roronoa empieza a acelerar, pedaleando tan rápido como puede.

Maldición, maldición, no puede ser.

-¡Buenos días cariño!

Zoro siente un escalofrió cada que la palabra con C sale de su boca, siente incluso un sabor agrio en la lengua, como si probase la comida de Luffy.

Yo no creo en ti Dios, pero quitame a este esperpento de encima.

-¡Hey Zoro, buenos día-

Usopp saluda, irrumpiendo en su camino. Zoro frena casi raspando el asfalto y desgraciadamente Sanji le alcanza.

-¿Cómo estas hoy cariño? - Roronoa maldice al infierno y cielo juntos, y Sanji se pega a su brazo frotándose contra su bícep -Hoy estas igual de guapo como siempre.

Usopp siente que el estomago se le revuelve y después abre el doble de grande los ojos ¿Se despertó en algún mundo paralelo? ¿Acaso es una broma de mal gusto?

-¡Deja de pegarte así mierda!

-¡Pero hoy quiero estar junto a ti tontito!

-Y-Yo...creo que me iré...

-¡No Usopp, no me dejes solo con este-

-Cariño ¿Me llevas en la bici? ¡Si no te apuras llegamos tarde!

Sanji se sienta detrás, pero cuando intenta empujarlo el blondo se sujeta bien y le sonríe. Roronoa lo sabe, el es un hombre, no una mujer que puede quitar con solo un par de maniobras de manos.

-Cielo, llegaremos tard-

-¡NO ME LLAMES ASÍ!

-Bueno...pero no me grites tontito.

Un desagradable estremecimiento lo entumece cuando Sanji le mira haciendo pucheros. No, esa es la única cosa en el mundo que no quiere ver ni aunque le paguen.

- Pero anda ya, que vamos tarde.

Roronoa tiene unos minutos de completo conflicto consigo mismo y luego suspira resignado. Cuando empieza a pedalear siente que las personas del vecindario se le quedan mirando fijamente y los niños pequeños le apuntan.

-Cariño, no sabia que eras tan cálido.

Zoro se pone rígido cuando siente al rubio recostarse en su espalda, sus hebras rubias le acarician la nuca y pierde el equilibrio.

-...¿Podrías dejar de tocarme maldición?

-Nop.

Zoro gruñe, con la arruga del ceño pronunciada y los ojos oscuros, pero todo se pone más difícil cuando mira la colina que debe subir en la bici.

-Bájate, así podre subir más fácil.

-Hm...¿Prometes no abandonarme cuando lleguemos a la cima? - Zoro lo mira como si hubiese sido descubierto con las manos en la masa - Entonces no, sube vamos, yo te animo.

Cuando Roronoa pedalea y pedalea con el rostro arrebolado por el esfuerzo, Sanji se ríe maliciosamente y se recuesta en su espalda.

-Kyaa, Mi amorcito es un hombre fuerte.

-¡DEJA DE DECIRME ASÍ!

Bueno, molestarle de esta forma no están malo. Se ríe el oji-azul, disfrutando la situación

One-shots e Historias Recopilatorias ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora