¿Estas satisfecho con tu vida?

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Summary: En una familia (casi) perfecta, con hermanos (casi) perfectos, aparentando ser una familia feliz, con problemas de autoestima y ansiedad, Sanji necesitaba de alguien que le mostrara que podía vivir como quería.

ADVERTENCIAS: Sanji y Zoro adolescentes de 18/19 años, clasismo, errores ortograficos, OCC(?) Vinsmoke horribles (menos Reiju), consolación, Zoro cura un lastimado corazón sin querer

Notas: No se porque escribo más cosas en vez de terminar las pendientes, en fin, son dos capítulos.

ˏˋˏˋ((🌿))

Un radiante sol ilumina el pavimento del barrio Germa, sobre el que se elevan docenas de casas de color crema, con amplio jardín, pretiles ataviados de plantas y escalinatas lustradas. Viaja por entre la acera una camioneta de color negro, con una adinerada familia cuya cabeza familiar descansa en el asiento de copiloto con un periódico en la mano.

En silencio, la incomodidad y el recelo se hacen palpables mientras que el hijo tercero, con el cabello naturalmente rubio y claro, se aprieta contra la puerta del auto. Su segundo hermano, cuya relación es la peor de todas, esta mirándolo detenidamente con una sonrisa lánguida.

—¿En serio es lo mejor que pudiste ponerte?

—¿Qué tiene de malo lo que me puse?

—Cada día me sorprendo más de lo estúpido que eres —dice, y brota una escandalosa risa de aquel peliverde al otro extremo del auto—, no vamos a ningún funeral, ¿por qué usarías ese traje oscuro?

¿Será porque realmente me siento como si fuera a uno? piensa, pero no dice nada. Las palabras se le atoran en la garganta, hay un impulso que dice, " vamos, puedes decirlo" pero sabe perfectamente que haría Niji si llegara a hacerlo.

—Simplemente no me gustaba el traje gris.

—¿Simplemente, dices?

El ambiente se vuelve claustrofóbico de repente, y de pronto Niji levanta el puño derecho y lo aprieta hacia la ventana. Hay demasiados, muchísimos recuerdos horribles de lo que podría hacer Niji con ese puño.

Su hermano susurra "maldita basura", pero el blondo respira profundo, esperando mostrarse sereno mientras que el corazón le late con fuerza. Siente la necesidad de mirarlo a los ojos, enfrentarlo, pero si lo encara, si llegara a retarlo, tal vez perdería otro diente como aquella vez.

—Niji, cállate de una buena vez, y Yonji, deja de reírte.

La grave voz del hermano pelirrojo reverbera en el espacio. Alza la mirada hacia el espejo retrovisor para encontrarse con sus hermanos menores y el peliazul chasquea la lengua mientras que el peliverde se alza de hombros. Ichiji no lo está viendo directamente, pero da más miedo la mirada que oculta detrás de sus oscuros lentes.

—Y Sanji, ese traje te queda horrible.

Tiembla sobre los labios de Yonji un chirrido, y luego se descoloca en una estruendosa risa. Esta vez la cabeza de familia es la que calla al cuarto hijo, que luego mira a Sanji con los ojos estrechos y burlones.

El rubio toma un respiro, pero se sofoca incluso más mientras que intenta aflojarse la corbata. Le hierve la sangre por dentro, y siente que podría lanzarse sobre Ichiji y hacerlos estrellar a todos en un estúpido poste, pero no es como si tuviera las agallas para incluso poner en peligro a su familia... o lo que sea que fueran.

Llegan en diez minutos, y la primera en bajar es su hermana mayor. Reiju se sienta siempre atrás, a observar, solo a mirar. Sanji baja después, contemplando con abrumadores nervios el restaurante al que van a entrar.

One-shots e Historias Recopilatorias ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora