Al día siguiente, todo lo ocurrido con el joven a la hora del almuerzo, parecía un simple sueño.
Y el pastel ni siquiera estaba adulterado.
Después de tomar sus clases exitosamente, se encaminó al estacionamiento para recoger su auto.
Apenas llegó al final del pasillo, sintió como alguien tomaba su mano y caminaba junto a él.
Era ese chico.
No le tomó la importancia que debió y siguió con su camino.
No sabía cuánto le tomaría aburrirse de él, pero supuso que pasaría eventualmente, así que no dijo nada.
- ¿A dónde vamos? – preguntó saliendo del edificio junto a él.
- Tengo que ir a casa – respondió con simpleza.
- ¿Puedes llevarme a casa? –
- No – apretó los labios – estoy ocupado –
- Entonces iré contigo –
Lo encaró para negarse, cuando alguien interrumpió sus palabras.
- ¡Amigo, estuve buscándote! – dijo un recién llegado con la respiración agitada - ¿no vas a quedarte al partido? –
- Estoy cansado – hizo una mueca - ¿es importante? –
- No hasta la próxima semana – se encogió de hombros - ¿irás a ese? –
- ¿Puedo llevarlo? – dijo señalando al olvidado azabache.
- Claro – asintió – entonces, llámame más tarde –
- Sí – rodó los ojos.
- Adiós Tae – miró al otro – adiós... -
- Jeno – se apresuró a responder el mayor en su lugar.
- Adiós Jeno –
El mencionado levantó su mano en despedida mientras veía al otro partir.
Eso era un giro inesperado.
El chico bonito, Taeyong, sabía su nombre.
- ¿Entonces? – batió sus pestañas – íbamos a tu casa –
- Sí – respondió desganado – como sea –
- ¿Entonces estás solo todo el día? – preguntó Taeyong desde la cama.
- Ajá – dijo secando su cabello – mis papás trabajan y soy hijo único –
- Ya veo – se incorporó un poco sobre sus codos para mirarlo con atención.
Mucha atención.
- ¿Te molesta? –
- En absoluto – pasó la lengua por sus labios.
El menor negó irritado y tomó una camisa para ponérsela.
- Aburrido – se dejó caer de nuevo sobre el colchón - ¿por qué te duchaste, de todos modos? –
- Voy a salir – dijo girándose al espejo.
- ¿A dónde iremos? –
- No, Tae – lo miró – voy a salir solo –
El mencionado comenzó a reír genuinamente divertido.
- Tengo hambre – dijo cambiando el tema.
- Lo siento, no tengo nada para ofrecerte –
- Podemos pedir algo a domicilio –
- Mis papás no me dejan –
- Pero tengo hambre – se quejó antes de incorporarse nuevamente.
- Tae... -
- ¿Jeno? – llamó alguien, asomándose por la puerta – oh, no sabía que tenías visitas –
- Está bien – negó – pa, él es Taeyong. Tae, mi papá, Kun –
- Hola, señor Qian –
- Hola – sonrió amablemente antes de mirar a su hijo – vine a preguntar si querías algo en especial para la cena –
El menor suspiró frustrado y se volvió a Taeyong.
- ¿Pasta? –
- Pasta suena bien – respondió sonriente.
- Pasta, por favor –
- Los llamaré cuando esté listo – dijo su padre saliendo de la habitación.
- ¿Podemos jugar algo después de la cena? – preguntó Taeyong, levantándose junto a él.
- Sí –
- Genial – celebró – usaré tu baño –
- Aquí – dijo señalando la puerta junto a su armario.
Esperó a que Taeyong entrara y cerrara tras de sí para salir a su balcón lo más silenciosamente que pudo.
Tomó su teléfono y marcó.
- Hola –
- Hola – sonrió - ¿qué tal tu tarde? –
- Aburrida, ¿a qué hora vas a llegar? –
- Es sobre eso, bebé – miró sobre su hombro – no podré llegar –
- ¿Lo dices en serio? –
- Lo siento –
- Está bien – bufó – la próxima vez llama temprano –
- Lo haré – acordó – te veré luego –
- Como sea –
- ¿Estás molesto? –
- Un poco – admitió con voz apagada.
- Lo compensaré, lo prometo -
- Más te vale –
Jeno rió enternecido.
- ¿Te llamo en un rato? –
- Por favor –
- Adiós entonces -
- Adiós, cariño. Te amo –
- Yo también te amo, Nana –
Omg
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Toxic
FanfictionA Jeno ya no le divertía nada su situación actual. El chico bonito al que había acompañado esa noche, bailaba sobre la mesa sensualmente. Todos los ojos brillaban sobre él, chicos y chicas se inclinaban en su dirección y extendían sus manos para tra...