Capítulo 08

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A estas alturas, no se sentía exactamente como un ganador.

Había estado jugando todas las típicas competencias dignas de una borrachera junto a sus acompañantes, resultando victorioso.

Como premio, había recibido un sexy baile por parte de Taeyong.

Y ahí estaba.

Sentado en medio de un círculo de personas, mirando al mayor moverse sensualmente frente a él.

Sus muslos comenzaron a doler por tanto que los apretaba, y pudo sentir unas gotas de sudor deslizándose por su cuello.

El mayor se acercó a él lentamente y comenzó a repartir inocentes besos desde sus clavículas hasta su mejilla.

Giró su cabeza hacia otro lado y cerró los ojos.

Se sintió respirar nuevamente cuando la canción terminó, y todos volvieron a amontonarse en la pista de baile.

Miró como Yuta atrajo a su amigo hacia él y este, a su vez, se giraba para abrazarlo por los hombros para bailar con él.

Estaban demasiado juntos.

Pero ese no era su problema.

- Sobreviviste – se burló Sicheng, llegando junto a él.

- Estuvo bien – dijo tratando de restarle importancia.

- Pues a mí me gustó – lo señaló con la cabeza - ¿puedes creer que venimos con ellos? –

Jeno los miró nuevamente y suspiró.

- No quisiera – negó.

El japonés susurraba algo a Taeyong, casi sobre sus labios, y el otro aprovechaba la cercanía para introducir una mano en su chaqueta y tocar su torso desnudo.

- ¿Cómo es que no parecen una pareja? – preguntó Sicheng, confundido – si cualquiera hiciera esas cosas... -

- Porque no se ven bien juntos – respondió con simpleza.

El mayor entornó los ojos.

- ¿Ah sí? – se cruzó de brazos - ¿y con quién se ve bien? ¿Contigo? –

- Tal vez – se encogió de hombros – sólo digo que algo en ellos hace que no parezcan una pareja –

- Que le coquetean a todo el mundo, aún cuando están juntos –

- Taeyong no lo hace – defendió – y no lo haría. Está conmigo –

Sicheng comenzó a reír genuinamente divertido.

- Estás jodido –

- Yo no... - sintió su teléfono vibrar y lo sacó de su bolsillo.

Miró la pantalla y se sintió enmudecer.

- ¿Estás bien? –

- Es Jaemin – susurró.

El mayor tomó de la mano y lo llevó escaleras arriba, encerrándolos a ambos a una habitación.

Empujó a Jeno al baño y cerró la puerta tras de sí.

No había logrado responder, pero regresó la llamada apenas se encontró solo.

- ¿Amor? –

- Hola, bonito ¿qué sucedió? –

- ¿Por qué no me respondiste? –

- Estaba en el baño – se apoyó en el lavabo – lo siento –

- Como sea, solo llamaba para preguntarte el nombre de esa película... la que vimos el otro día –

- Nana – rió – vemos muchas películas –

- La de la chica pelirroja –

- ¿El quinto elemento? –

- El quinto... ¡El quinto elemento! – anunció – lo sabía – dijo la voz de otro hombre.

- Veo que te diviertes – casi gruñó.

- Es sólo este chico, siempre te hablo de él – canturreó - ¿quieres saludarlo? –

- Está bien, lo siento – sobó el puente de su nariz – no bebas mucho, ¿quieres? –

- Claro. Te amo –

- Yo también – dijo antes de colgar la llamada.

Se miró al espejo y negó decepcionado.

¿Con qué derecho decía sentirse celoso si apenas hacía unos minutos un muchacho bailaba sobre él?

Se daba asco.

No podía seguir así, lo sabía, debía terminar con eso.

Abrió la puerta y encontró a su tío esperando por él en la cama.

- ¿Todo bien? –

- Sí – suspiró – sólo quería preguntarme algo –

- Supuse que no sabe que estás aquí – se burló – casi te pones transparente –

- Estoy haciendo algo mal ¿no? –

- Eso solamente puedes responderlo tú –

- Es que no sé... -

- Sicheng – llamaron desde la puerta – por fin te encuentro –

- Yuta ¿qué...? –

El japonés dejándose caer sobre él, interrumpió cualquiera cosa que fuera a decir.

Sicheng rió burlón y lo empujó.

- Quítate de encima, Jeno pensará mal de nosotros –

El otro levantó la vista y lo miró sin interés.

- ¿Te importa? –

- Ya me iba – bramó - ¿estás bien? –

- Puedo manejar a un ebrio – prometió – te veré abajo en un momento –

- Claro – dijo saliendo de la habitación.

Ahora ¿dónde mierda se había metido Taeyong?


No sabes cuánto me estresas en este momento, Lee Jeno.

ToxicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora