- Listo – dijo Jeno mirando su teléfono – papá dice que sí puedes quedarte en casa, pero que necesita hablar contigo –
- Lo sabía, habrá un sermón – estiró su cuello – bueno, mejor antes que nunca –
- ¿Por qué piensas que es eso? Tal vez sólo quiere charlar –
- Por favor – bufó – es Kun, quiere regañarme por cualquier cosa –
- ¿No se llevan bien? – preguntó Taeyong importándole poco si sonaba entrometido.
- Antes nos llevábamos muy bien – recordó – luego comenzó a trabajar, se mudó, se casó, tuvo a bebé Jeno y, de la nada, era un adulto regañón –
- Tal vez no sea tan malo –
- Tal vez – se encogió de hombros – pero, si no les molesta, prefiero cambiar de tema por ahora –
- Pues... - frunció los labios – tienes un lindo rubio –
- ¿Tú crees? – rió – no sé si me convence –
- A mí me gusta – admitió – tal vez podrías recomendarme a tu estilista, estoy pensando teñirlo rojo –
- ¿Rojo? – se burló Jeno – por favor... -
- ¿No crees que se vería lindo? –
- No –
- Yo digo que lo intentes – apoyó Sicheng – no tienes nada que perder –
- Probablemente el cabello –
- Crecerá – aseguró Taeyong.
- ¿Quieres que te ayude a hacer una cita? –
- Sería genial, pero tal vez tenga que ser la próxima semana – hizo un puchero – no quiero arruinar mi disfraz –
- ¿Vas a ir a esa fiesta? – preguntó Yuta, hablando por primera vez desde que llegaron.
- Ya planeé todo – sonrió coqueto – The Rocky Horror Show –
- Eso suena increíble – elogió el chino.
- Gracias – miró al chico a su lado - no te preocupes, cariño, ya conseguí tu disfraz –
- No –
- Claro – palmeó su mejilla suavemente.
De no haberlo hecho, Jeno probablemente nunca había notado lo cerca que estaban.
¿Cuánto tiempo llevaba con el brazo sobre el respaldo del sillón?
Claramente, estaba en el respaldo.
Él no estaba abrazando a Taeyong.
Lo retiró lentamente y miró hacia el frente, encontrándose con la mirada cautelosa de su tío.
- No iré, Tae – continuó, tratando de no notarse nervioso.
- Yuta – llamó su amigo - ¿vas a ir? –
- No –
- ¿Por qué estás siendo tan aburrido? – recriminó – vamos a divertirnos –
- No tengo un disfraz –
- Ponte un traje y di que eres un mafioso o algo –
- No sé –
- Al diablo, llevaré a Sicheng –
- Yo voy – respondió el chino, encogiéndose de hombros.
Yuta asintió y miró a su amigo, quien le sonreía retador.
No, no cedería.
Ninguno lo haría.
- Esto es ridículo – bramó Sicheng, entrando en la habitación.
- ¿Estás bien? – preguntó Jeno, mirándolo desde su cama.
- No, tu papá está portándose como un idiota – comenzó a caminar de un lado a otro – en serio, es por esto que nunca los visito –
- ¿Qué te dijo? –
- Lo mismo de siempre – alzó las manos - que qué es lo que planeo hacer con mi vida, que desperdicio mi tiempo, que debo comenzar a madurar. ¿Sabes? Yo tengo un trabajo ¿sí? Me gusta hacerlo, importa una mierda si a Kun le gusta o no –
- ¿Qué haces que a mi papá le molesta tanto? – jadeó - ¿eres desnudista? –
- Masajista – negó – el sueldo no es mucho, pero puedo sobrevivir perfectamente – se acostó junto a él.
- Tal vez deberías escucharlo, él sólo se preocupa por ti –
- Sé que sí, es la maldita forma en que lo dice – suspiró – como si tuviera la autoridad moral de criticarme, sin ofender –
- Está bien – rió.
- Jeno – lo miró – siento arruinar tu noche con mis problemas –
- No lo hiciste – se acomodó de lado – yo realmente quería verte, me divertí –
- Tu novio es muy agradable –
- No es mi novio –
- ¿En serio? Casi me convences –
- No, lo digo... -
- Ya sé – rodó los ojos – conozco a Jaemin –
- Deja de acosarme – lo empujó suavemente.
- La etiqueta estaba ahí, yo sólo abrí el perfil – rió – pero... -
- Por favor, no preguntes –
- ¿Por qué sales con Tae entonces? –
- No sé – lloriqueó – él realmente no me deja opción, y lo digo en serio, no puedo simplemente decirle que no –
- ¿Jaemin lo sabe? –
- Obviamente no –
- Entonces tienes mucho en qué pensar – suspiró – pero hoy no, es mi día de quejarme –
- Siempre es tu día de quejarte –
- Siempre es mi día de quejarme – repitió de acuerdo.
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Toxic
FanfictionA Jeno ya no le divertía nada su situación actual. El chico bonito al que había acompañado esa noche, bailaba sobre la mesa sensualmente. Todos los ojos brillaban sobre él, chicos y chicas se inclinaban en su dirección y extendían sus manos para tra...