Bien, no podía ser tan malo.
Él podía hacerlo.
Podía y lo haría.
Vio a su objetivo caminando por el pasillo con ojos aburridos y pasos cansados.
Se acercó lentamente hacia él y se detuvo cuando lo tuvo de frente.
- ¿Sí? –
- Hola – saludó amable.
- Hola – murmuró, caminando a su casillero.
- ¿Cómo estás? –
- Bien – se encogió de hombros – creo que bien ¿y tú? –
- He estado ocupado –
- No me digas – rió - ¿qué necesitas? –
- Iré a una fiesta mañana, y me preguntaba si... -
- ¿Si? –
- Si quieres acompañarme – soltó – es sólo un rato –
- Suena bien, pero creo que paso – suspiró – estaré ocupado todo el día –
- ¿En serio? –
- Ya sabes, tareas... tareas – bufó una risita – pero siempre puedes invitar a tu novio –
- No puede, él... -
El otro asintió, comprendiendo.
- Ya veo –
- Tae –
- Está bien, Jeno, tú lo dijiste – cerró la puerta de metal – siempre lo dijiste ¿no? –
- Lo siento –
- No lo hagas – acarició su brazo – es mi culpa. Yo debí entenderlo desde un principio –
- Pero... podemos ser amigos –
- Por supuesto que sí – animó – nos sentaremos juntos en la hora del almuerzo, como todos los días del último mes –
- Genial – asintió – suena genial –
- ¿Verdad? – sonrió – de todos modos no eres tan guapo –
- Yo soy muy guapo –
- ¿Eso es lo que dicen tus papás? –
- Todos lo dicen –
- Pues se equivocan – dijo comenzando a caminar – yo soy guapo, y sexy –
- Eres bonito – corrigió.
- Te lo pierdes – lo empujó levemente.
El menor rió y aceptó cuando el otro lo tomó de la mano para continuar junto a él.
Estaba muy feliz y, al mismo tiempo, decepcionado.
- ¿Entonces no vas a salir con él? –
- Nope – se acomodó sobre su codo para mirarlo – él lo pidió –
- Pues yo creo que le gustas –
- Sé que le gusto, pero ya eligió –
Yuta entornó los ojos.
- No lo dices en serio –
- Claro que sí – comenzó a acariciar su torso con las yemas de sus dedos – yo no me meto entre parejas –
- Te rendiste fácil ¿no? –
- Aún no termino – rodó los ojos – como si no lo supieras –
- Ese es el Taeyong al que conozco – rió.
- ¿Qué me dices de Jungwoo? –
- Se está poniendo complicado – sonrió con tristeza – creo que sólo voy a dejarlo –
- Te esforzaste demasiado. Él no lo merecía –
- Ya sé – acarició su rostro – es tiempo de superarlo –
- ¿Sabes? – se inclinó sobre su cuello para comenzar besarlo perezosamente – por un momento pensé que te gustaba el tío Sicheng –
- Sicheng – siseó – él es otra cosa –
- Explícame –
- Él como que me apaga – se removió – hace que me olvide de todo. Como una luz que me llama y me ciega completamente del mundo –
- ¿Eso qué se supone que significa? –
- No sé si me gusta, o si solamente lo quiero –
- ¿Lo quieres? – rió burlón - ¿cómo podrías quererlo y no gustar de él? –
- Quiero... ¿sabes qué quiero? –
- ¿Qué? –
- Quiero sostenerlo entre mis manos y besarlo profundamente, quiero bajar lentamente por su cintura hasta llegar a su trasero y apretarlo, pegándolo más a mi cuerpo mientras beso su cuello con fuerza – negó – quiero apresarlo debajo de mí, sudado y jadeante, quiero escuchar que me llame – se estremeció – tan sólo pensarlo... -
- ¿Te pone caliente? Porque a mí sí –
- ¿Te sientes caliente? –
- Ajá – alzó una ceja - ¿qué harás al respecto? –
- Irme – se incorporó – vas a quitarle lo divertido a nuestra tensión amistosa –
- No hay nada amistoso en eso – rió, colocándose a su lado – pero tienes razón, mi trasero le pertenece a Jeno –
- Es mío hasta nuevo aviso –
- Claro que no – suspiró – soy todo, completamente de Jeno, pero él no lo sabe aún –
- ¿Y cuándo lo sabrá? –
- Pronto –
El japonés rió extrañado.
- Siquiera cuándo te encaprichaste con él –
El mayor se recostó nuevamente y lo pensó.
- Cuando lo vi presentando un examen – sonrió – debiste verlo, todo guapo y listo. Quería comerlo –
- ¿Cómo supiste su nombre? –
- Se lo pregunté al profesor – se encogió de hombros – después de eso me senté junto a él y el resto es historia –
- Eres un caprichudo –
No dijo nada.
Por supuesto que lo era.
Hasta aquí lo dejo hoy. Otra vez tengo problemas para soportar a Jeno por demasiado tiempo.
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Toxic
FanfictionA Jeno ya no le divertía nada su situación actual. El chico bonito al que había acompañado esa noche, bailaba sobre la mesa sensualmente. Todos los ojos brillaban sobre él, chicos y chicas se inclinaban en su dirección y extendían sus manos para tra...