Toxic

Capítulo 10

- ¿Quieres ir a una fiesta el sábado? –

- Tengo que ir a casa de mi abuelo, te lo había dicho –

- Lo olvidé – apretó los ojos – está bien –

- ¿Por qué no vas con tus amigos? –

- Porque te extraño a ti – hizo un puchero.

- Yo también te extraño, amor – rió – tal vez podamos vernos la próxima semana –

- Espero que sí –

- Bebé, tengo que irme, te llamaré más tarde –

- Claro – murmuró desanimado – te amo –

- Yo también te amo –

Jeno miró la pantalla de su teléfono y sintió una presión en su pecho.

No tenía ningún motivo para sentirse mal.

La semana casi terminaba y se las había arreglado para evitar a Taeyong completamente.

Sabía que estaba haciendo lo correcto pero, ¿por qué no dejaba de sentirse culpable?

En realidad, lo sabía.

Sabía que no estaba bien revisar su teléfono constantemente con la esperanza de tener alguna señal del mayor, ni vigilar la puerta de la cafetería para al menos observarlo entrar antes de dirigirse al jardín a tomar su almuerzo, o ir a los partidos de Yuta solamente para encontrarlo entre los asistentes.

Lo que hacía no estaba bien.

- Hola – saludó Sicheng, entrando en su habitación.

- ¿Qué hay? – se incorporó para mirarlo - ¿qué tal tu día? –

- Cansado – frunció el ceño – no creerás lo que me pasó –

- ¿Qué es? –

- Resulta que Yuta es cliente frecuente del spa, pero yo no lo sabía – bufó – no tienes idea de lo pesado que es masajear a un deportista –

- No lo imagino – negó – y ¿Yuta iba solo? –

- Sí – rió - ¿puedes sólo preguntar por Tae? –

- No quiero preguntar por él – se encogió de hombros – simple curiosidad –

- Como sea – se acostó junto a él.

- Oye – dijo mirando al techo - ¿quieres ir a una fiesta el sábado? –

- Sí – frunció los labios – pero no es a mí a quien quieres invitar –

- Jaemin está ocupado –

- No me refería a Jaemin –

- Mira... -

- Sicheng – llamó Doyoung desde la puerta - ¿quieres que te prepare la cena? –

- Estoy bien, Dongs – lo miró – gracias –

- No hay problema – dijo saliendo de nuevo.

- Increíble – se quejó Jeno – a mí nunca me ofrece nada –

- Es porque cree que no me agrada – murmuró cerrando los ojos.

- ¿Qué? – se acomodó de lado - ¿por qué dices eso? –

- ¿Recuerdas el día en que Kun y yo nos quedamos en la sala bebiendo? –

- Sí –

- Estábamos bromeando, recuerdo haberle dicho algo como "maldito infiel" o algo así –

- ¿Y qué te dijo? –

- Sólo siguió el juego, pero creo que Doyoung nos escuchó, ha estado demasiado servicial – rió – ni siquiera entiendo por qué, no es como que me deba nada, y yo no los juzgo. A ninguno de los dos –

Jeno asintió y se acostó de nuevo.

- ¿Recuerdas a su primera esposa? –

- ¿A tu mamá? – se burló – no mucho, casi nunca la vi –

- ¿Por qué? –

- No le agradaba nadie de la familia – negó – era una mujer horrible –

- ¿No piensas que mi papá hizo algo mal? –

- No es su culpa haberse enamorado cuando estaba casado con la persona equivocada, ¿cómo se suponía que lo supiera? –

- Debió divorciarse antes –

- Debió – asintió – pero como haya sido, él ahora es feliz y eso es todo lo que importa –

- Tienes razón – hizo una mueca – incluso yo prefiero a mi papá. No puedo culparlos –

- También yo – admitió – Doyoung no lo sabe, pero lo quiero mucho. Cuando mis papás se fueron, él y Kun eran todo lo que quedaba en mi vida, siempre me hicieron sentir amado y protegido. Tus padres son como mis padres también, yo realmente los amo –

- ¿Chicos? – llamó Doyoung, entrando nuevamente – les traje galletas –

- Gracias – dijo Jeno, sentándose para recibir la bandeja.

El mayor la dejó suavemente sobre sus piernas y se acercó al chino para dejar un beso sobre su frente antes de abandonar la habitación con los ojos brillando en lágrimas.

- Bueno, ya lo sabe – se burló.

- Mierda – rió – ahora todo va a ponerse intenso –

- Bienvenido a mi vida – le extendió una galleta.

- No puede ser tan horrible – mordió un bocado – sin el triángulo amoroso, todo parece más sencillo –

- Ja-ja –

Veo que es de familia eso de ser unos malditos infieles.