Luna de sangre. (Kirishima x tú)

✨Alpha Posesivo✨

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Tras esclavizar a Helios muchos de los hechiceros y hechiceras se pusieron en tu contra, por lo que les diste la oportunidad de desertar, ya que ahora ese territorio lo reclamabas como tuyo, algunos huyeron, otros murieron por alzarse contra ti con armas en mano, el resto decidió quedarse a tu lado como fieles seguidores, tatuándose en el emblema de un lobo rojo con cuernos dorados como signo de lealtad hacia ti.

Les diste armas a tus amigos y libertad para recorrer cada rincón del castillo, además de preguntarles si querían ser parte de su guardia personal, algo que aceptaron al igual que Köle. El resto de ese día fue duro, lleno de tareas que terminar y reglas que afianzar, pero como era el primer día decidiste que ya era suficiente, después de todo de una forma u otra todos acababais de salir de una prisión, era el momento de descansar.

Le pides a Köle que prepare habitaciones para tus amigos, mientras guías a Kirishima a tu habitación.

- Así que es aquí donde dormías, mejor que una celda esa seguro. – comenta Kirishima olfateando el aire –

- Tú eres el único hombre que ha estado aquí. – le dices –

- ¿Q-qué? – pregunta poniéndose colorado –

- Se estas olfateando el aire para ver si reconoces el olor de Helios, pero él no ha dormido aquí. Si eso te preocupa. – le echas una sonrisa burlona –

- Y-yo no – suspira – está bien, lo estaba haciendo por eso, pero no puedes culparme, cuando dijiste que te había tocado – aprieta los puños y se le crispa el pelo – quería matarlo.

Te giras hacia él, notas como su rabia centellea en sus ojos y su mandíbula esta tensa, te acercas y lo estrechas entre tus brazos.

- Ya no estoy bajo su influencia, y no volverá a pasar, siempre serás mi único Alpha.

Rodea tu cintura, mientras hunde su rostro en tu cuello y respira hondo, embriagándose de tu aroma, sin poder creerse que vuelva a tenerte entre sus brazos.

- Te vendría bien una ducha caliente después de todo lo que has pasado. – le susurras –

- Tienes razón. – se separa y te da un beso en la nariz – ¿Dónde está el baño?

- Esta habitación tiene uno asique solo tienes que ir tras esa puerta. – le indico la única que hay al lado del tocador –

- Gracias cielo. – te da otro beso en la mejilla –

Te quedas paralizada, cuando el corazón se te acelera, era la primera vez que te llamaba así de forma tan natural y te había encantado.

Te sonrojas ligeramente con una sonrisa en los labios, Kirishima nota eso y su cola lobuna se mueve de un lado a otro complacido por tu reacción tan adorable. No le hace falta nada más para irse con una sonrisa a ducharse.

Al verlo marchar suspiras cansada, han sido unos días muy largos y llenos de emociones, pero desde que Kirishima volvió a ti te sientes más relajada, como si el peso que cargabas en la espalda hubiese disminuido.

Ves tu reflejo en el espejo del tocador y sonríes, poco a poco a pesar de los cambios empiezas a sentirte tu misma, ese era el efecto que provocaba él en ti.

Vas al armario y te cambias por fin de ropa, lo estabas deseando, después de llevar todo el día ese traje tan bonito, pero incomodo y con demasiadas capas, te colocas el camisón rojo con escote de las noches anteriores.

Estas a punto de meterte en la cama cuando te sobresaltas por el estruendo de la puerta del baño contra la pared, un Kirishima furioso, mojado de pies a cabeza y con una toalla alrededor de las caderas se hacer ver y te quedas perpleja.