✨Helios✨

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Atraviesas la puerta seguida por Kirishima, pero el brujo lo detiene.

- Solo ella. – le informa –

Este dirige de inmediato la mirada hacia ti.

- No pasa nada, espérame aquí.

A regañadientes acepta tu petición sin hacer preguntas, lo ultimo que ves antes de aventurarte por los inmensos pasillos de aquel lugar desconocido es su cabellera rojiza.

Aquel hombre te guía a una distancia considerable de ti, puedes oler su miedo y ver como se le crispa el pelo de la nuca cada vez que decides dar un paso hacia adelante y estar más cerca de él.

Por alguna extraña razón pasear por aquellos pasillos que rebosaban magia y antigüedad te hacían sentir tranquila, lo único que podías escuchar era la dulce melodía de un violín que atravesaba cada rincón de ese lugar, ni siquiera tus pisadas podían ser oídas debido a la mullida e interminable alfombra bajo tus pies, era como si ese lugar hubiese sido diseñado para encontrar la paz.

Entonces el brujo se detiene y te indica con la mano una gran puerta que llega hasta el techo, con dibujos de constelaciones talladas en la madera, hace una pequeña reverencia y desaparece.

Tragas saliva e intentas calmar a tu corazón por los nervios antes de abrirlas, te parecen más ligeras de lo que esperabas, pero eso no es lo que más te sorprende, tras estas, encuentras a Helios, danzando entre estrellas, creando cada una de ellas con las yemas de sus dedos, era como si tejiera la noche en esa habitación, delicado y perfecto, era todo un espectáculo para los ojos.

Tus ojos centellan con admiración y fascinación, pero todo acaba cuando se percata de tu presencia y recoge todas las estrellas en una gran esfera dorada entre sus manos.

Los tatuajes de su rostro se iluminan antes de que la esfera se desvanezca entre sus dedos

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Los tatuajes de su rostro se iluminan antes de que la esfera se desvanezca entre sus dedos.

- Has venido. – te dedica una sonrisa –

Su rostro te llama la atención, es como ver la serenidad echa carne, incluso su voz te parece un regalo para los oídos, suave, pero grave, profunda como el océano.

- ¿Qué opciones tenía?

- A decir verdad, más de las que te imaginas. Somos brujos, nosotros trazamos el camino.

- Yo no soy bruja.

Se acerca a ti lentamente, dejando que sus pisadas resuenen bajo el suelo de madera.

Tus ojos se encienden en un tono carmesí y las puntas de tus dedos se incendian.

- No soy una amenaza ________, somos iguales.

Posa su mano sobre la tuya y las llamas se extinguen, creando pavor que os nubla la visión, sus ojos dorados al igual que los tuyos carmesí son lo único que podéis advertir tras la bruma.

Luna de sangre. (Kirishima x tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora