Vampires Is Around ➺ KookMin

007

•POV Jimin•
La escuela seguía siendo, prácticamente, lo mismo de siempre, aburrida y rutinaria, no había algo más que pudiera cambiar eso, yo iba a la escuela con Taehyung, papá trabajaba, y volvíamos a ser una familia normal, personas absolutamente normales con problemas normales, porque... Lo que había sucedido en el bosque cerca del cementerio no era algo normal. Me senté en una esquina a mirar a Taehyung con una pelota en sus manos y riendo con sus amigos, era fácil para él, yo sin embargo me aislaba del resto, de hecho nunca me sentí muy cómodo entre los chicos, por suerte Taehyung me prestó su celular, puedo jugar videojuegos un rato en lo que queda del recreo.

Hace ya un tiempo que no uso un celular propio, el último que tuve se rompió hace unas semanas. ¿Por qué había sido?... Cierto. Entonces una ola de recuerdos vino a mi mente, salí corriendo de casa cuando me dijeron que mamá estaba grave en el hospital, fue ahí que cayó de mi bolsillo y lo perdí, qué desgracia, pero en ese momento no me importó. Aún apenas han pasado días de su entierro, sé que a Taehyung le duele tanto como a mí pero no quiere expresarlo.

Entonces me levanté de mi lugar para ir adentro cuando entonces Jungkook llega a mi mente de nuevo, no puedo creer que sigo pensando en ese... Mounstro. Su rostro lo recuerdo perfectamente, no es como si lo extrañara, pero todo lo que pasaba en ese lugar parecía de película, y no quería creer que me encontrara a Taehyung cerca de ese lugar también.

Lo sé, yo tenía muchas dudas, sabía bien que no encontraría una respuesta pronto. Y quizás nunca.

— Vamos a comenzar la clase —Sonrió un hombre frente a nosotros y toda la clase, así que tuve que enderesarme en mi asiento. Era de cabello castaño y liso, unos labios gruesos, un rostro guapo y agradable a la vista.— Me gustaría presentarme, mi nombre es Kim Seokjin y soy su nuevo profesor de historia.

Todos lo saludaron y el los recibió también con una reverencia, evidentemente el profesor anterior se había retirado, aunque no pensabamos -al menos yo- que iban a encontrar un profesor reemplazante tan rápido. Se ve muy joven la verdad, me pregunto que edad tendrá, tengo curiosidad.

Esta vez fue el encargado de pasar la lista de nuestro salón después de escribir en el pizarrón. Su voz era joven y clara.

— ¿Park Jimin?

— ¡Presente! —Di aviso levantando mi mano levemente hacia arriba. Mi cara volvió a dar contra la mesa, había recuperado el sueño de la otra noche, pero aún así yo solía ser un chico dominado por el aburrimiento en la escuela.

Como era la última clase del día todos tomaron sus mochilas y se fueron, yo con desgano también tomé la mía, salí último, no me gustaba estar entre tantos estudiantes a mi alrededor, a final de cuentas, estoy consciente de que no tengo amigos porque simplemente no quiero. Cuando salí de la puerta al pasillo, por mi apuro choqué con el nuevo profesor nuevo y cayeon sus papeles al suelo.

— ¡No! ¡Lo siento profesor nuevo! —Me disculpé algo alterado y fui a recoger los papeles del suelo junto a él.

— No te preocupes, Jimin —Recordó mi nombre, vaya, seguro que no tenía tan mala memoria para hacerle clases a nuestro salón. Cuando nos levantamos me sonrió.

— Oh... Se ve muy joven... ¿Qué edad ten...? —Luego me tapé mi boca avergonzado, eso había sonado tan grosero.

— Tengo veinticinco, cumpliré pronto mis veinseis, estudia duro —Asintió y se retiró del lugar para dirigirse adentro y desaparecer de mi vista.

— ¡Jimin! —Venía corriendo Taehyung hacia a mí, fastidiado otra vez.— ¿En donde tienes la cabeza?, el bus está esperando para irse, ¡Vamos! —Agarró mi mano para correr a las afueras de la escuela y subir al bus. Cierto, me distraje como un tonto por un momento.
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•POV Jin•
Mis clases terminaron, el día fue algo agotador, no esperaba menos, después de todo era mi primer día de trabajo, apenas había cruzado unas pocas palabras con mis colegas, decidí hacerme profesor de literatura y licenciarme, arreglé mi corbata y mi camisa que estaba un poco arrugada, ya no quedaban estudiantes, fui al salón de profesores a tomar un cafe y así relajarme, esta escuela no estaba mal, no era la primera vez que daba clases pero por alguna razón me sentía nervioso, los días ya eran pesados para mí desde hace mucho tiempo, y desde que vivo solo en una azotea no puedo dejar de tener mi mente en blanco, como si no tuviera aliento alguno o una motivadora razón de vivir, el estrés me ha matado cada día de mi vida, no había nadie ahí, así que luego de poner todos los papeles en el escritorio y tener mi taza de café desde mi termo, me senté en la computadora, unas lágrimas salieron de mis ojos y un leve sollozo, estoy seguro de que algo extraño, de alguna parte.

— Señor Seokjin, se le cayó esto —Sentí la voz gruesa de un hombre, y mostró las llaves de mi casa que tenían un llavero de obeja, no sé cómo fue que no me di cuenta que cayó, era importante.

— Oh, Gracias —Me sentí avergonzado, tomé las llaves, pensé que no había nadie, estoy seguro de que me percibió llorar.

— Disculpe... Usted es nuevo —Me miró con curiosidad, era probable que no supiera de mi llegada al establecimiento. Levanté la mirada, tenía una presencia agradable, unos anteojos que le quedaban bien, y un traje que, para que decir más que, todo lo que llevaba puesto le quedaba bien.

— Sí... ¿Por qué?

— Por nada, me presento, soy Kim Namjoon, profesor desde hace tiempo —Hizo una reverencia y se sentó a mi lado de pronto, ese no era su escritorio, estaba seguro de eso, pero terminó tomando una taza de café conmigo también

— Encantado —Le sonreí levemente y tomé un sorbo, hace ya tiempo que no estaba con una cálida compañía como esa se sentía, aunque fuese solo un colega.

Lo miré con más atención, estaba revisando su celular mientras el también sostenía su taza, tenia la boca entreabierta, pude ver sus leves colmillos en su boca, no eran colmillos cualquiera, eran colmillos de un vampiro, pude notarlo pero no me estremecí, ¿Realmente tenía ese deseo de sangre ahora? Mi abuela sabía mucho de vampiros y me lo enseñaba a mi cuando pequeño incluso queriendo que tuviera cierto cuidado con ellos, unos parecían más peligrosos que otros. Yo estaba seguro de que este era un vampiro, pero a decir verdad, un vampiro muy guapo.

— Voy a ir a casa, ya no queda mucho para que cierren —Murmuré, sin la completa intención de que me escuchara, tomé mi bolso que estaba colgando de la silla. Me dirigí a la puerta pero su voz me detuvo de seguir avanzando.

— ¿Quieres que te lleve a casa? —Y se levantó de su puesto mirándome como si quisiera ayudar en algo, no pasa nada de que... Bueno, simplemente está siendo amable conmigo, no debería pensar mal ni bien, después de todo yo era el que finalmente quedaba solo, así que acepté y fuimos en su auto rojo, su auto era bonito a decir verdad, quizá él... Ya tenga una esposa e hijos, no hay forma de que seamos algo más que colegas, y aunque sienta esta atracción tan verosímil... Nada va a cambiar en mi vida.

— Falta sólo una cuadra para llegar a su dirección —Me dijo mientras conducía en el auto e intentó doblar y yo puse mis manos cerca de él por instinto, me miró extrañado.

— N-No pasa nada, déjeme aquí, aquí está bien —Le dije con mi respiración un poco más constante y detuvo el auto, entonces abrí la puerta con una tímida reverencia susurrando un "gracias".

— Espera —Tomó mi antebrazo para detenerme y le tomé atención.— Los demás colegas fueron a comer esta tarde, fue raro que no te hayan invitado —Murmuró lo segundo más bajito, lo sé, me extrañaba que no hubiesen más profesores después de clases, no me extrañaría.

— Está bien, no importa —Y me bajé del auto con una leve sonrisa que no era autentica, me despedí y desapareció. ¿Quién querría invitar al colega nuevo a una comida casual?, sé que no son tan tontos para no enterarse de mi llegada, no creo que se hayan atrevido, y me sentí inevitablemente triste, lo sabía, Namjoon sentía lastima por mí desde el principio, sólo estaba siendo amable por compasión.

Ese vampiro... Que aunque todos digan que sólo es un mito yo sé que son reales. Y aún así, aunque debería tenerle miedo como cualquiera, agita mi corazón como ninguno.