-Aquí está su oficina, bienvenida comisario Navarro.- observe el espantoso lugar que tenía enfrente.
-¿Es en serio? ¿No había algo peor? Se que no les gusta que haya llegado aquí pero podrían demostrármelo de otra manera.- bebí del vaso de café que traía en una de mis manos.
-Esta oficina es la que ha indicado la directiva, no puedo hacer nada más.- habló el agente que me había acompañado hasta aquí.
-Se que puedes hacer algo mejor, lo sé muy bien. Pero te la dejare pasar, ya necesitarás de mi.- me adentré al proyecto de oficina que me habían dado.
-Le traeré los expedientes luego, ahora puede ponerse cómoda.- lo observe irse rápidamente.
-Imbecil.- susurre por lo bajo y recorrí el lugar.
Había cajas vacías y apiladas por todos lados, mugre en el suelo y una especie de líquido seco sobre la madera del precario escritorio que me habían dado.
Sonreí, definitivamente no me querían aquí, eso era una buena señal. Me encantaba que me trataran así, cuanto más mal, más corrupción iba a encontrar. Era un comportamiento típico.
Abrí la ventana y observe la hermosa pared de ladrillos frente a mi, volví a cerrarla, ya lo solucionaría luego.
-Navarro, bienvenida a la comisaría, no te esperaba por aquí.- habló uno de los comisarios que sería mi compañero en la estadía aquí. Él se encontraba recostado sobre el marco de la puerta con una sonrisa de mierda en el rostro.
-¿Eres Suárez, verdad?- cuestione y asintió con su cabeza.- Entonces no digas que no me esperabas, lamentablemente eres mi compañero, a ti no te gusta la idea y a mi tampoco, he leído varios informes comprometedores sobre tu persona. Así que tratemos de no fingir buenos modales, eso déjaselo a los hipócritas y espero sinceramente que no seas alguno de ellos.- aclare.
-Me han dicho que eres una cabrona, no se equivocaron.
-Prefiero que me digas exigente.- seguí observando el lugar.- ¿tienes una oficina?- alce mis ojos hacia el.
-Si, está justo al lado de la tuya.
-Muéstramela.
-¿A la oficina?- bromeó y le mire mal, este chico era otro de los guarros con los que me tocaba trabajar.- ven, es por aquí.
Le seguí y después de varios pasos me encontré de frente con su oficina. Era muy diferente a la mía, ésta hasta tenía una alfombra de color bordo y unas plantas extrañas decorando el lugar.
-Trabajaré aquí hasta que acomoden mi oficina.- avise y deje mi vaso de café sobre el brillante e impecable escritorio.
-¿Que? No, necesito privacidad. No podré concentrarme si estás aquí.
-¿No puedes concentrarte? ¿Acaso tienes dos años? Trabajaré aquí, te guste o no. Y si no te gusta, habla con tus amigos y que me solucionen el pequeño problemilla que he tenido con mi oficina.- me senté en su hermoso sillón negro de cuero, en mi oficina solo había una silla de madera y estaba rota. Levante el tubo del teléfono y presione el siete.- soy Navarro, recibiré todos los expedientes que me correspondan en la oficina de Suárez.- termine la llamada y observe el descolocado rostro de mi compañero.- adáptate, te será más fácil.
-Nadie se ha atrevido a tanto.- dijo en un susurro.
-Nadie no, yo me he atrevido.- sonreí irónicamente y quite del bolsillo de mi chaqueta una goma de mascar sabor fresa para luego ponerla en mi boca.
-Eso es poco serio.
-No tengo que pedir permiso por las cosas que pongo en mi boca, guapo.- me encantaba hacer enojar a este tipo de imbeciles.
-Aquí están todos los expedientes de Navarro. No he hecho copias para ti Suárez, supongo que trabajarán juntos.- dijo mientras entraba a la lujosa oficina el chico de antes.
-Has copias.- ordenó mi compañero.
-No serán necesarias, puedes retirarte.- ordene yo mientras tomaba al primero de los expedientes. Podía saber, aunque no lo estuviera mirando, que el chico trataba de saber a quien le acataría la orden. Si me elegía a mi, entonces había ganado territorio.
Abrí el expediente y observe la primera página pero no leí nada, estaba esperando algún movimiento o palabra.
-Puedes irte Morales.- ordenó Suárez. Sonreí, definitivamente gane territorio y hacia solo quince minutos que había llegado.- debes detenerte.- dijo poniendo sus manos sobre el escritorio.
-Escúchame Suárez, me han enviado a solucionar varios problemas aquí, ya sabes a lo que me refiero. Si me estorbas, también solucionare tu situación echándote a la calle. No me jodas y colabora conmigo.- jamás quite la mirada de los papeles que tenía entre mis manos. Estaba tranquila, había tratado con peores personas.
Él se sentó frente a mi en silencio.
-Ese problema que tienes ahí, es grande.- indicó más pacifico.
-Lo se, me han hablado de esto en algún momento.- y ahora si leí con atención lo que decían los papeles.
"Víctima: Elidia Nuñez, veintiséis años al momento de la muerte, embarazada. La autopsia indica una lesión de proyectil en el cráneo, con orificio de entrada y de salida, aparentemente fue lo que causó la muerte. Múltiples fracturas en ambos miembros inferiores y múltiples lesiones por aparentes golpes de puño.
Posibles autores:
-Stella Cruz, veintiocho años al momento del delito, autora mediata.
-Jairo Torres, treinta y dos años al momento del delito, autor directo. Agravante: Comisario.
-Luca Gonzales, treinta y dos años al momento del delito, coautoría. Agravante: Agente.
-Fernando Benítez, treinta años al momento del delito, cómplice.Posibles testigos:
-Antonio Terranova, treinta y cuatro años al momento de los hechos, médico.
-Gloria Ruiz, veintinueve años al momento de los hechos, administrativa."-Bien, es complejo.- dije alcanzándole el expediente a mi compañero.- tenemos que hacer muchas cosas.- pensé por donde comenzaría.
-Ellos llegarán a España en tres días, tiempo suficiente para comenzar a pensar en algo. Podemos empezar por los testigos.
-No.- dije segura.- si comenzamos por los testigos les darán aviso a los autores, necesitamos ser los más discretos posibles.
-Este expediente ha estado en la comisaría durante cinco años Rebecca ¿que te hace pensar que no lo saben ya?
-Si lo supieran, no volverían.- comencé a anotar cosas en una especie de libreta.- iremos a la escena, necesitamos peritos forenses. Encárgate de eso, que sean confiables, yo me ocuparé de bloquear todo el acceso que puedan tener sobre este expediente. Alguien ha tratado de ocultar todo aquí adentro, menos mal que no hemos sacado copias.- me alivie por la decisión que había tomado anteriormente, eso nos evitó más problemas.
Teníamos un camino muy largo de recorrer aquí y también había muchísimas dificultades. Pero me encargaría de ello, era muy profesional con estos casos, por algo me han llamado.
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La chica del expediente III
RomanceRebecca Navarro, una nueva comisario enviada a investigar varios casos de corrupción en la comisaría número seis, será la encargada de revelar el secreto más oscuro de Stella Cruz, su nueva chica del expediente.