Capitulo 33

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Abrí la puerta bruscamente, era tanta la adrenalina que corría por mi cuerpo que no me daba cuenta de cuanta fuerza ejercía.

Vi a Luca preparando a Raquel, él ponía auriculares en sus oídos y le mire extrañada.

-Le tiene miedo a las armas.- explicó mientras reproducía la música.- tenemos que irnos.

-Si, a la habitación de emergencias.- indiqué.

-No, tenemos que irnos. Los conozco, buscarán a Raquel hasta en la cañería si es necesario.

-Luca...-me acerqué a él pero se movía rápido y estaba asustado, lo sabía.- Luca detente y escúchame, hay que ir a la habitación de emergencias.- trate de convencerlo.

-Tu no los conoces como yo a ellos, nos han encontrado Rebecca, vienen a por nosotros.- preparo su revólver a espaldas de Raquel, no quería que ella viese lo que le daba miedo.

-Por favor.- puse una de mis manos sobre su hombro derecho.- tenemos que ir a la habitación de emergencias.- insistí.

-Reb... hay que escapar de aquí.

-No, todo estará bien, te lo prometo.- no me gustaba hacer promesas pero me vi obligada a hacerlo para sacarlos del lugar cuanto antes.

-¿Por que siguen aquí? Muévanse coño.- Sebastian ingresó a la habitación sin pedir absolutamente ningún permiso.- cariño... vamos.- estiró su brazo en dirección a Raquel y ella le miró indecisa.

-Déjala ir Luca, estará bien junto a los otros, habrá niños allí, va a entretenerse y no pensar tanto en lo que sucede afuera.

Él lo pensó durante unos eternos segundos y luego asintió con la cabeza, Sebastian tomó a la niña entre sus brazos y se retiró del lugar.

-Ya están aquí...-estaba agitado y se veía muy nervioso.- yo pensé... pensé que teníamos más tiempo.- me acerqué un poco más.

-Alza los brazos.- ordene firme. Luca me observo pero seguía distraído con sus pensamientos.- hazlo Luca, alza los brazos.

Él lo hizo y me abalancé sobre el, rodee su torso con mis brazos y traté de trasmitirle tranquilidad.

-Van a matarme...

-No, no permitiré que eso suceda, nadie lo hará si te mantienes bajo este techo.- susurre.

-Raquel quedará huérfana...-concluyó.

-Acompáñame a la habitación de pánico, puedes contenerla allí.

-¿Tu también iras?- pregunto separándose un poco de mi. Asentí suavemente, le acompañaría hasta allí y luego seguiría con mi trabajo, aunque claro estaba, no se lo iba a decir. Mi lugar no estaba en esa habitación de pánico.

-¿Me acompañas?- volví a solicitar mientras tomaba una de sus manos. Guardó el revólver detrás de su cintura y le cinche levemente para que me siguiera.

-Espera...-está vez fue él quien cincho de mi. Puso una de sus manos sobre mi mejilla izquierda y me beso delicadamente en los labios.- por las dudas...

-No atraigas a la muerte.- dije seria.- anda vamos, que nos hemos demorado mucho ya.-
Comenzamos a caminar rápidamente por la casa para llegar a la habitación de pánico, había silencio y no lograba ver a ningún familiar.

Escuchamos un estruendo lo suficientemente grande como para alertarnos.

-No dejes de avanzar, sigue adelante.- ordene mientras trataba de cubrir a Luca de cualquier ataque. Quite mi arma de mi tobillo, porque si, parecería que no estaba armada pero era todo lo contrario y revisé el lugar con la mirada mientras avanzábamos.

-Chalecos.- dijo mi tío mientras nos alcanzaba uno a cada uno después de haber ingresado a la gran sala de armamento que se habían montado. Ayude a Luca a ponerse el suyo y me asegure de que todo estuviese bien con él.

-Bien, hay que ir a la habitación.- tome una de sus manos y le obligue a avanzar.

-Todos están haciendo un plan, mira.- observo hacia un costado, mi abuelo, padre, hermanos y primo estaban reunidos alrededor de la mesa.

-Lo se, tenemos que seguir avanzando.- Luca trato de detenerme pero no pudo.- Vamos, es en serio.- a estas alturas ya lo empujaba para que avance.

Al llegar a la habitación de pánico me asegure de que todos estuviesen bien instalados, mi abuela, mi madre y mi cuñada junto a todos los niños.

-¿Por que los otros no entran?- pregunto el agente preocupado.

-Ya lo harán.- mentí. Le obligue a sentarse en una de los sillones y me inventé una historia.- me he olvidado de mi radio, iré a por ella.

-Te acompaño.- dijo levantándose rápidamente. Conocía mis intenciones.

-No es necesario, vuelvo enseguida.- otro ruido se escuchó en la casa, todos estaban nerviosos.- ayúdame con la abuela, por favor. Volveré pronto.- volví a mentir. Él me observo inseguro, no sabía que hacer pero eligió quedarse junto a la abuela.- te quiero.

-¡Ya ciérrala!- escuche gritar a mi hermano.

-¿Que? No, me has dicho que regresarías.- cerré la puerta justo antes de que Luca avanzara hacia mi. Puse la clave y la termine de bloquear.

-Vengan aquí.- ordenó mi abuelo, le escuchaba más no podía dejar de mirar hacia la puerta. Se podía escuchar, a pesar de la gran dimensión que tenía el objeto, como Luca golpeaba a través de ella con mucha fuerza.- ¡Rebeca!

-Lo siento.- voltee y me acerqué a ellos.

-Ya están adentro.- dijo mi hermana con su computadora en mano.

-¿Activo las trampas o espero?- pregunto mi primo.

-Actívalas, ya han entrado.

-¿Cuantos son?- quería saber a cuántas personas teníamos que cargarnos para terminar con todo esto.

-Son muchos, no puedo contabilizarlos. Veo equipo de protección y buenas armas.

-Estamos en iguales condiciones.- dijo mi tío.

-Bien, Susana te quedas aquí. Necesito que nos controles, eres nuestros ojos.- dijo papá mientras nos entregaba pequeños auriculares. Probaron el audio y todo estaba más que perfecto.- Sebastian, Rebecca y Julián, son equipo. Salen por la izquierda.- los tres asentimos y preparamos nuestras armas. No iba a utilizar el arma oficial, necesitaba algo más grande así que tome una prestada de las de mi abuelo.-Juan, papá y yo iremos por la derecha. Richi te quedas a cuidar de Susana.

Estábamos todos listos para esto, había mucha adrenalina aquí adentro.

-No quiero a nadie muerto de nosotros, cuídense y sean responsables.- ordenó mi abuelo.

-Y no le rompan mucho la casa a la abuela.- bromeó Susana antes de vernos salir a todos del lugar.

La chica del expediente III Donde viven las historias. Descúbrelo ahora