Epilogo

256 26 4
                                    

POV Luca

-Dicen que es mala, muy mala.- escuché hablar a Enzo, uno de mis compañeros de curso, mientras me preparaba para comenzar el evento de presentación.

-No podemos joder con ella, no tiene interés por nada ni por nadie y si puede dañarnos lo hará.- María acomodó su corbata mientras hablaba y yo termine de ponerme el uniforme.

-Dejen de hablar mierdas y apresúrense o el castigo será incalculable.- dije observándome en el espejo.

Estaba preparado para dar este paso, de una vez por todas tomaría el lugar que me correspondía.

-Salgan ahora, les están esperando.- indicó un oficial. Asentí y me prepare para salir.

-Les damos la bienvenida grupo veintiséis, son los nuevos comisarios.- escuché hablar a un presentador y salí de donde estaba junto a mis compañeros. Había mucha gente en el lugar, todos estaban expectantes y eso me ponía un poco nervioso.

Nos formamos como habíamos ensayado y nos quedamos allí como unos niños pequeños. Estábamos cagados, no sabíamos que era lo que vendría después de esto.

-Presentamos a la nueva instructora principal de comisarios, la señorita Rebecca Navarro.- me quedé totalmente quieto, hasta creo que deje de respirar. Ahora entendía todos esos comentarios que habían hecho previamente, ella estaba aquí.

Apareció frente a nosotros, estaba seria y su presencia prácticamente te obligaba a respetarla. Recorrió con la mirada a cada uno de mis compañeros y llego a mi.

Conectamos nuestros ojos, extrañaba tanto mirarla así. Quería romper filas e ir con ella, quería abrazarla y decirle que nunca deje de pensar en ella. Pero no podía ya que no sabía como iba a recibirme.

Siguió mirando a los demás como si nada, el uniforme le quedaba jodidamente bien.

-¿Dirá algunas palabras?- pregunto un integrante del comando. No podía dejar de mirarla, tanto tiempo sin verla me afectaba. Tomó un micrófono con una de sus manos y volvió a mirarnos.

-Grupo veintiséis, sinceramente espero que sean buenos comisarios, toda la sociedad los necesita. Deben ser responsables y eficaces, les acompañare en todo lo que pueda. Deberán sobrepasar la excelencia. Tengo fe en ustedes.  - dijo sin ningún indicio de nervios. Su voz era firme y se notaba a la legua que era una autoridad.

Tragué saliva, ella sería mi instructora a partir de ahora.

No pude concentrarme en ningún discurso mas, de hecho no podía concentrarme en nada que no fuera Rebecca.

El evento termino y me mantuve en el mismo lugar en el que estaba. Ella se acerco a mi después de saludar a varios conocidos.

-Nos vemos nuevamente.- dijo despacio. No pude descifrar si estaba contenta o no. Hice el saludo oficial, ella era mi superior y sabía que no estaba de acuerdo con que la tratase de otra manera.- Descansa Gonzales.- ordenó y baje mi mano.

-Me alegro de verte bien.- dije nervioso.

-Te has dejado la barba.- respondió cambiando de tema.

-¿Te gusta?- pregunte esperanzado.

-No, debes quitártela para mañana.- ordenó. Rebecca aún no dejaba a su trabajo de lado. Mire hacia los lados, aún había gente a nuestro alrededor, creo que eso era lo que la inhibía.

-Tu familia no está aquí.- afirmé al no ver a nadie, después de todo ella tenía un nuevo cargo, alguien debía felicitarle.

-No vendrá nadie.- detuve la mirada sobre su rostro, por mas dura que pareciera, sus ojos me trasmitían todo. Quise acercarme para abrazarla pero puso inmediata distancia.

-Sé que quieres respetar todos los protocolos entre nosotros, así que te espero aquí para hablar conmigo cuando todo esto termine.- ella me observo insegura.- ambos lo necesitamos, no seas terca.

-Comisario Gonzales...-pronuncio en un susurro y le preste atención. Aun no me acostumbraba a que me llamasen así. La gente empezó a irse y eso me alegraba.- Le daré una orden y espero que la acate correctamente.- dijo seria. Enderecé mi cuerpo, aún no rompíamos el protocolo.- Alce los brazos.

Le miré sorprendido y lo hice rápidamente. Ella se acerco a mi decidida y me abrazó, la rodee con mis brazos y respire su perfume. La necesitaba tanto.

-No quiero hacerte daño...-dijo en mi pecho.

-Créeme que tu lo que menos me haces es daño.- apreté un poco mas el abrazo.

Recordé aquella vez en su edificio, estaba dolido en aquel momento, claro que si. Pero extrañarla me dolió mas. Era capaz de perdonarle absolutamente todo, Rebecca seguía siendo mi vida entera a pesar de lo que había pasado.

Me separé de ella levemente y puse mis manos sobre sus mejillas.

-Escúchame bien. Se que todo se pondrá difícil a partir de ahora.- la chica suspiró profundamente.- Pero quiero que sepas que te amo mas que a nada en este mundo y lucharé por ti constantemente.

-Luca...- trató de detenerme.

-Luca nada, mi lugar esta a tu lado y me importa una mierda el protocolo. No se si será ahora o en un futuro, pero te prometo que terminaremos juntos.- besé sus labios lentamente, necesitaba hacerlo con urgencia.

-Perdóname por todo.-hablo entre besos y asentí. Estaba completamente entregado a ella, siempre lo estuve.

-Tenemos una nueva oportunidad cariño, podremos con esto.- dije seguro.- no puedo concebir disfrutar de mi vida si no es contigo.

Dejó caer algunas lagrimas frente a mi, sabía que eso le costaba muchísimo y estaba verdaderamente agradecido con que lo hiciera conmigo. Las limpie con mis dedos y sonrió levemente. Se sentía segura a mi lado y lo sabía.

-Aún no utilice los cupones para la tirolesa...-dijo divertida.

-Iré contigo.- le aseguré. Yo también me sentía seguro con ella a mi lado así que no me importaba en absoluto al tirolesa de los cojones.

-Te amo.- sonreí al escucharla.

Lo nuestro jamás terminó, ella jamás dejo de pensar en mi y yo tampoco deje de pensar en ella. Éramos el uno para el otro y cuando eso sucede, las cosas no se terminan tan fácilmente.

No sabía lo que iba a pasar con nosotros, de lo único que estaba seguro era de que no volvería a separarme de esta mujer.

Ella estaba rota, había pasado por muchas cosas malas y yo estaba dispuesto a curarle completamente. Porque de eso se trata amar a alguien con locura.

Me necesitaba y estaría allí a su lado dispuesto a todo.

La chica del expediente III Donde viven las historias. Descúbrelo ahora