-Son dos...-dijo mi primo lo suficientemente alto como para que todos le escuchemos. Le mire mal y avance junto a los dos hombres a mi lado.
-Familia, él es Daniel.- le presente en alto para evitar la charla uno a uno.
-Su novio.- dijo el imbecil a mi lado. Todos nos miraron y cuando digo todo es porque todos lo hicieron.
-Que fuerte...-rompió el silencio Luca.
Mi padre camino en nuestra dirección junto con mi abuelo, sus rostros eran serios. Lograba reconocer esta reacción, había pasado con todos mis novios, por eso es que no traía a nadie aquí. Igualmente, Daniel no era mi novio.
-Debemos tener una charla hijo...ven...- mi abuelo puso una mano sobre el hombro derecho de Daniel y le dirigió hacia la oficina.
-Bien, volvamos todos a lo que estábamos haciendo.- dirigió mi abuela y mi familia automáticamente volvió a lo que estaba.
-De lo que me salve...- dijo Luca a mi lado.- ¿te imaginas que tu padre y abuelo me lleven a esa oficina? Coño, que miedo.- él terminó con su cerveza y la dejó sobre una pequeña mesa que allí había.
-Tengo qué explicártelo.- hablé rápidamente.
-Tu no tienes que explicarme nada, Rebecca eres libre de hacer lo que tú quieras y yo no seré quien te detenga.
-Es que no es lo que parece, el no es nada mío.- excuse.
-Lo se... solo tengo que confirmarlo.- puso una de sus manos en mi espalda y me acarició lentamente, bajo su mano de a poco y rozó una de mis nalgas. Mi respiración comenzó a acelerarse sin ningún motivo, menos mal que nadie nos veía.- ¿cuando el te toca te pones así?- negué con mi cabeza.- ¿le quieres?- volví a negar.- entonces no hay nada que explicar.
Beso una de mis mejillas y quito su mano de mi espalda.
-No quiero que te decepciones...
-Cariño, tu lo que menos haces es decepcionarme. Solo es un payaso que se ha presentado a si mismo sin consultarle a nadie.
-Luca ¿quieres otra?- gritó mi primo desde la cocina.
-¡Claro que si! Y tráele una a Rebecca...que parece que tiene mucha sed... o calor.- dijo lo último por lo bajo.
-Basta ya.- le detuve.- necesito decírtelo, quiero dejártelo claro.
-Bien, dímelo. Si eso te dejara tranquila entonces dilo.- presiono.
-Daniel no es mi novio.
-Lo se, lo he entendido, puedes quedarte tranquila.- aseguro.
-¿Y te has enojado?- consulte.
-Claro que no, primero ¿quien no quisiera ser tu novio? eres hermosa, es obvio que va a haber muchas personas allí afuera con esas intenciones.- trague saliva, no sabía qué decir.- y segundo, yo tampoco soy tu novio Reb, no tengo por qué enojarme.
-¿Pero quieres serlo?- yo no entendía muy bien mis intenciones con esa pregunta. Luca me miro, con la misma magia en sus ojos que tenía anoche.
-Claro que si, pero a eso lo hablaremos después...-dirigió su mirada hacia adelante y tomó la cerveza que Sebastian le alcanzaba.
-El abuelo debe estar como loco... apuesto diez dólares a que sale traumado.- bromeo mi primo y me dio mi cerveza.
-Veinte a que se va...- Luca le dio un trago a su cerveza después de decir eso.
-¿Dices que llegarán a tanto?
-Los Navarro son duros cuando se lo proponen.
-Puede que le acepten...- dije entrando en el juego. Luca sonrió.
-¿Por que no me has contado nada?- pregunto mi primo.
-Porque no es mi novio.
-Tengo que decírselo al abuelo.- Sebastian se volteo apresurado pero Luca le detuvo.
-Déjalos, quiero ver en qué termina todo este circo que se ha montado.- bebió nuevamente de su cerveza, sonaba tranquilo y se veía igual.
-Eres malo Luca Gonzales, me gusta, Reb tenlo en cuenta como candidato.- dijo mi primo mientras señalaba al agente, sonreí levemente.
-Tengo que irme.- hablo Daniel mientras caminaba rápidamente hacia la puerta principal. Mi abuelo y padre volvieron sonriendo disimuladamente al lugar en donde estábamos.
-¿Que ha pasado? -él no me escuchaba- ¿Daniel?- se detuvo y me presto atención.
-Todo está bien contigo, más que bien. Pero acabo de descubrir que deseo disfrutar un poco más de mi soltería, disculpa por venir aquí.- abrió la puerta y en un rápido movimiento se marcho.
-¿Papá? ¿Que han hecho? -les mire con una ceja en alto.
-Me debes veinte dólares.- le dijo Luca por lo bajo a Sebastian.
-Cuenta con ello amigo.- mi primo hizo como que brindaba y bebió de su bebida.
-¿Me van a decir que le han hecho de una vez?- insistí.
-A él no le gustan las armas.- dijo mi abuelo mientras soltaba una carcajada. Todos sonrieron como si eso fuera una comedia.
-Es juez, ¿que le han hecho?
-Nada que no esté fuera de la ley.- se cubrió mi padre.
-Cariño no era el indicado, se notaba a la distancia.- aportó mi abuela.- como un consejo familiar debemos decirte que el indicado no está muy lejos de aquí.
-¿No me darán la charla de bienvenida, o si?- pregunto Luca en alto. Todo esto dio un giro inesperado.
-Claro que si.- respondió mi abuelo.
-Bueno, entonces vamos. No he hablado de esto con Rebecca aún pero prefiero hacer lo de la charla primero.- avanzó hacia la oficina y los dos mayores le siguieron divertidos.
-¡Suerte!- gritó mi madre simpática.
-Es el indicado.- dijo mi cuñada.- me ha ayudado con los chicos ahí adentro, es fantástico.
-Es verdad, a mi siempre me lleva té cuando sabe que estoy trabajando en la computadora.- agrego mi hermana.
-Y ha mi me ha ayudado a salir de la cama.- dijo Richi.- es un buen chico.
-Bueno, terminemos con la calificación de Luca y escuchemos un poco de música.- mi primo subió el volumen casi al máximo. La primera en salir a bailar fue mi abuela.
Me fue difícil prestar atención a la escena que tenía enfrente, me parecía más interesante observar hacia la puerta de la oficina. Luca estaba ahí adentro, decidió ingresar voluntariamente y eso nunca, jamás, había sucedido.
Comencé a caminar entre bailes hacia el lugar y me decidí a abrir la puerta, si le estaban torturando o algo eso iba a terminar.
-¿Que le están haciendo?- pregunte observándolos. Ellos se encontraban sentados bebiendo whisky y hablando de quien sabe que cosas. Luca no parecía herido y tampoco se veía como si estuviese obligado a estar allí.
-Nunca has interrumpido una de estas charlas, por nadie.- dijo mi abuelo.
-Bueno, tal vez quiero evitar que otra persona traumatizada salga corriendo de la casa el día de hoy.- respondí a la defensiva.
-Creo que en realidad te preocupas por Luca, así que te dejaremos aquí para que hablen.- mi padre se levanto de su lugar y junto a mi abuelo se retiraron.
Observe al chico frente a mi, él le dio un largo trago a su whisky y luego relamió sus labios.
-Ven aquí...-pidió amable. Accedí y me acerqué a él, no tenía idea de lo que seguiría luego pero me iba a arriesgar a todo.
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La chica del expediente III
RomanceRebecca Navarro, una nueva comisario enviada a investigar varios casos de corrupción en la comisaría número seis, será la encargada de revelar el secreto más oscuro de Stella Cruz, su nueva chica del expediente.