Blonde disaster (dramione - editando)

-edit- Capítulo 5.- La Luna que confundió al Malfoy y las distancias peligrosas

- Malfoy, tranquilízate. Se supone debes dar buen ejemplo, no empezar el curso peleándote con los alumnos -dijo Daphne cuando advirtió las miradas de Draco y la Gryffindor, tirando levemente de la manga de la túnica del rubio.

- Es cierto, Herms -coincidió Dean mientras hacía lo propio con su compañera de casa- mejor vamos, y te ayudo a arreglar tu habitación. He visto celdas de cárceles más personalizadas -sonrió el muchacho mientras la cogía de la cintura.

- Gracias -contestó ésta sonriendo levemente, yendo hacia el cuarto con su amigo tras ella y cerrando de un portazo, haciendo con ello que Draco apartara la vista de su ex-compañera de vagón en el tren.

- Bueno, yo también me voy a mi habitación -informó Nymphadora, arrastrando a Drars por la corbata con ella mientrás él reía quedamente ante la insistencia de la chica.

- Yo no voy a estar aquí más tiempo, viendo como no hacéis nada. Me voy a leer. -dijo la joven Greengrass marchándose a su cuarto también.

- Yo hace ya tiempo que me quería ir, así que... Adiós -y desapareció de la sala Cho.

- Hola de nuevo, Draco -saludó la pacífica Luna Lovegood en un hilo de voz al ver que se habían quedado solos en la salita.

- Qué quieres -replicó el sangre pura mientras de sentaba en el sofá frente a la chimenea, con la cara apoyada en la palma de su mano, y soltaba un suspiro de frustración.

- ¿Te pasa algo? -preguntó ella sin perder la paciencia.

- No te importa lo que me pase -respondió éste malhumorado- a nadie le importa ya -añadió bajando mucho el tono de voz, aunque aún así llegó a los oídos de la Ravenclaw.

Ella, con pasos silenciosos, se acercó por detrás al asiento del rubio, y colocó una de sus finas y pálidas manos en su hombro acariciándolo suavemente con el pulgar mientras sonreía.

- Sé que no confías mucho en mi, que no hemos hablado mucho, por no decir que jamás nos hemos dirigido la palabra directamente, pero estaré aquí si necesitas desahogarte. Además, he visto como miras a Hermione -añadió ella guiñándole un ojo.

- ¿¡A la sangre sucia?! -saltó el Malfoy entre indignado e impresionado, como si la chica le hubiera tocado con un hierro ardiendo- ¡yo no la he mirado de ninguna manera, ¿con quién te crees que estás hablando?!

Ante aquella respuesta, tan rápida y automática, Luna solo sonrió, dio media vuelta dejando consternado y lleno de dudas a Draco, y entró a su habitación.

**

- ¿Dónde pongo esto? -preguntó Dean a Hermione con esfuerzo, señalando la enorme caja llena de libros de hechizos que estaba flotando frente a él, tambaleándose y poniendo en peligro la integridad de los escritos.

- Ponla... -la chica agitó su varita e hizo aparecer, pegada a la pared de detrás de su compañero, otra estantería- ahí.

- ¿¡Cuándo piensas leerte tantos libros, y dónde demonios los has traído?! -preguntó empezando a sacarlos de la caja y a colocarlos en el estante mientras veía a la muchacha tocarse la barbilla pensativa, admirando las paredes y la falta de espacio libre que había para el resto de libros que había esparcidos por el suelo.

- Me los leí este verano, pero me los he traído por si se me olvida algo de lo que hay en ellos. Y amplié el fondo del baúl nada más recibir la carta de admisión al colegio -informó ésta observando su casi terminado cuarto.

Y la verdad era que cuando menos admirable el trabajo que había hecho al redecorar, en menos de diez minutos y con una extraordinaria ayuda de la magia y de su amigo, todo lo que venía siendo el lugar: la habitación era en forma de hexágono regular y, en la pared opuesta a la de la puerta, justo en frente, se hallaba una enorme cama de matrimonio; a ambos lados de la cama se encontraban dos mesitas, una cubierta de velas y la otra cubierta de libros. Al lado izquierdo de la puerta de la entrada se encontraba una estantería repleta de libros, pergaminos, cuadernos del mundo muggle... Al lado derecho de la puerta, otra que llevaba al pequeño armario, hasta arriba de túnicas limpias y perfectamente planchadas.