capitulo 3: atrapados

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Salí a la calle, contrario a lo que pensé, las calles estaban desoladas, parecía que hubiera sido así siempre, ni una solo alma en pena cruzaba por allí, ya no se escuchaba el bullicio de los autos pasando estrepitosamente, se sentía una desolación total . Comencé a caminar, agarrando fuertemente ese trozo de metal oxidado que era mi única arma. Otra vez comencé a desplazarme por un callejón; parte contraria de por donde había llegado a mi casa cuando comenzó todo.

comencé a caminar, debía llegar rápido, no sabia si max seguiría bien o había sido atrapado por esas cosas, me encontraba pensando, cuando de repente, al voltear en la esquina me encontré con un zombie. Al percatarme me frene de golpe , el zombie estaba de espaldas hacia mí, con la cabeza gacha. Se encontraba ahí parado sin hacer nada, esperando un estimulo para activarse e ir por su presa. Decidí rodearlo para evitar peleas, al verle mejor lo reconocí, era el señor de la tienda; recuerdo que escuche decir a mi madre que él culpaba a su esposa por la vida miserable que llevaba, llena de deudas y prestamos, que ni muerto terminaría de pagar.

Mientras caminaba no le quitaba los ojos de encima, cuando de repente y sin previo aviso levanto la cabeza y me miro fijamente a los ojos, con esos ojos envueltos de un color rojo oscuro; se abalanzo sobre mi, recordé que el virus se transmitía a través de la saliva, por lo que debería evitar su boca, trate de frenar su su mordida con la palanca que tenia en la mano, pero, por equivocación acabo dentro de su boca, aun así, seguía viniendo hacia mi, lo trate de apartar dándole una matada mientras jalaba la palanca, pero, al hacer esto una parte de carne de su mejilla se salió dejando caer mucha baba, comenzó a gruñir, y antes de que se tire hacia mi de nuevo le di un golpe en la cabeza, comenzó a salir sangre de su herida pero este seguía consiente, por lo que le clavé la palanca introduciéndola por donde tenia la herida.

Me senté un momento, me sentí muy cansado, ese había sido un día muy duro y aun no acababa, los rayos de sol empezaron a esfumarse y las luces de los postes comenzaron a iluminar las calles desiertas.

Me levante, ya faltaba poco para llegar al colegio, seguí caminando, al llegar mire a ambos lados para ver si hay más de esas cosas, el colegio estaba abierto, al entrar comencé a escuchar gruñidos, camine despacio hasta la fuente del sonido, estaba dentro de un aula, vi a dos chicos siendo devorados por 3 chicas, no se habían percatado de mi presencia, me introduje al aula para poder jalar la puerta, pero, cuando lo estaba haciendo un chillido de la puerta me delato, una de las ch se volteo y me vio, me llene de miedo y cerré la puerta de golpe, ellas comenzaron a empujar la puerta ya gruñir, salí corriendo de allí, me dirigí hacia las escaleras, al subir al segundo piso escuche que alguien venia hacia mi corriendo, sujete fuertemente la palanca en mis manos, cuando pude ver quien era me di con una gran sorpresa, era Max.

—¡¡Corre !! —grito Max.

Al percatarme vi unos zombies que lo he estado persiguiendo, mire hacia las escaleras para bajar y vi a una de las chicas zombies de antes, me asuste por lo que le tire una patada, ella cayo rodando por las escaleras; de repente una mano se poso en mi hombro.

—¡¡Que haces?!!, Corre!!!  —grito Max.

no podíamos bajar por lo que nos metimos a un aula, intentamos cerrar la puerta, pero los zombies nos alcanzaron y empezaron a empujar.

—Trae mesas, rápido !! —grito.

Lo deje empujando la puerta y fui a traer el escritorio del profesor, al voltear un zombie había metido su cabeza y Max había puesto su brazo como seguro para que la puerta no cediera ante los intentos de abrirla. Como era de esperarse el zombie le mordió el brazo, sin embargo el logro que lo deje y que saque la cabeza para poder cerrar la puerta. Puse el escritorio y empezamos a empujar.

Llegaron mas zombies, la cerradura de la puerta empezó a ceder, no podíamos hacer nada estábamos "atrapados".

—Debemos ir al salón de al lado —me dijo, mientras se tocaba el brazo.

Lo hicimos, salimos por la ventana y nos desplazamos por la cornisa, al mirar abajo vi a muchas personas, profesores, alumnos y algunos compañeros convertidos en zombies, se percataron de nosotros, se pusieron deseosos, como un perro que espera que su dueño les lanza la pelota para tratar de despedazarla. Llegamos al otro salón, se escuchaban los gruñidos al lado, habían  logrado entrar.

—Tu brazo, como esta? —le susurre a Max.

se, remango la camisa y me mostro, se había puesto plástico en el brazo y se lo había asegurado con cinta, algo básico, pero que había salvado su vida.

—Me asustaste.

—crees que soy tan idiota para dejarme morder —me respondía, mientras sonreía levemente.

Me llene de alegría, pero, la situación en la que estábamos no era nada favorable para nosotros.

Después de eso nos quedamos en silencio un largo rato, hasta que Max rompió el hielo.

—Tengo una idea— dijo Max.

—Dime, te escucho— le respondí.

—Que tal si...activamos la alarma de un auto pera despistar a los zombies y poder escapar.

—Ok, hagámoslo— le respondí.

No me terminaba de convencer pero no teníamos de otra, salimos del salón, todo se veía calmado. Nos dirigimos a una parte del pabellón donde se veía a la calle. Habían muchos autos, el problema era que no teníamos nada par lanzar y hacer ruido, tan solo teníamos mi palanca, si fallábamos, nos quedaríamos sin poder salir de allí y sin algo para poder pelear.

—Dámela a mi, yo la lanzaré, tu solo paras pensando en Cecilia —me dijo, con un tono burlesco.

En parte tenia razón, el era mejor con la puntería. Lanzo la palanca dio justo en el capot del auto, haciendo un ruido super estrepitoso. Antes de darme cuenta los Zombies estaban corriendo hacia el auto. Era nuestra oportunidad de escapar, bajamos corriendo y al llegar a la salida tratamos de hacer el menor ruido mientras pasábamos, llegamos al callejón por donde llegue a la escuela nos dirigimos hacia mi casa, tocamos la puerta Cecilia no tardo nada en abrir.

Entramos a la casa al fin estábamos a salvo, creíamos que todo había acabado pero apenas era el comienzo de nuestra historia.

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Hola, querido lector si te esta gustando la historia dale corona para poder saberlo, así me estas apoyando para seguir trayendo capítulos todos los días, ya que me es un poco complicado hacerlo, por todo esto de las clases y las tareas.

GRACIAS; D.




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