Cuando pagué por la cabana, realmente no me esperé que fuera algo tan exclusivo que en cuanto pongo pie en el resort de playa, un chico en seguida nos muestra el camino que debemos seguir, no hace ni un solo comentario acerca del hecho de que Hayden es famoso, de que me está tomando de la mano, solo nos guía por la recepción hasta la entrada a la playa, y me da el número de la cabana, diciendo que, si necesitamos algo, solo debemos buscarle.
Bueno, esto es mucho más increíble de lo que hubiese podido imaginar, la experiencia veraniega va por buen camino. Al despedirse Hayden solo sonríe, dejando caer su mirada sobre su hombro, y al verle alejarse, seguro de que no le ha reconocido, se deshace de sus lentes de sol dejándoles en su cabello, se pone de puntillas para besar mi mejilla, y comenzamos a caminar por la orilla de la playa hacia la cabana, su mano se siente cálida en la mía, y creo que espera con bastante excitación ver lo que estuve planeando.
No es nada excepcional, de nuevo algo espontaneo, pero es lo que quería vivir con él, y mentiría al decir que no me siento igual de emocionado, unos cuantos minutos en este lugar que ya me han hecho sentir mejor, lo sé porque al levantar la mirada de la cristalina agua, lo primero que observo es el semblante impresionado de Hayden, levantando una ceja, y ahogo un sonido de impresión al ver la gran y espaciosa cabana frente a nosotros, que podría ser un pequeño palacio en la arena, con cortinas blancas para el sol, o la privacidad, qué se yo, piso de la más fina madera, y el chico comienza a reír al entrar en ella, dejándose caer en el mueble más cómodo del planeta.
Una bella vista de toda la playa y el resort, una hermosa mesa de madera donde dejo la bolsa ecológica, y un suspiro de relajación total sale al dejarme caer junto a él, amando lo bien que me siento y lo fácil que mis preocupaciones se desvanecen y olvido por lo maravilloso que es tener este lugar tan grande solo para nosotros dos, sin temor a que algo malo suceda. Si esta experiencia es lo que significa vacaciones en la playa, creo que consideraré venir cada verano.
—Joder, primera vez que tienes buen gusto para algo — sonrío, ladeando un poco mi cabeza hacia él, y me corresponde al atraerle rodeándole con mi brazo por su cintura.
—El modelo más importante de Europa no se conformaría con menos — a lo que se burla, pero eso no impide que apoye una de sus manos en mi pecho, besando la línea de mi mandíbula.
—Podríamos haber ido a la playa más concurrida del planeta, y aun así me hubieses conquistado.
Sin poder evitarlo rio, a pesar de que me siento sonrojar levemente, porque utilizar la palabra conquistar suena un poco exagerada, aunque yo la utilicé antes, pero supongo que eso es lo que, de forma consciente, o no, hemos guiado la relación, y ninguno de los dos lo ha negado.
Me besa por última vez antes de levantarse, sin dudarlo mucho se deshace de su camiseta lanzándola a un costado del mueble; yo, por otro lado, tomo la bolsa ecológica para dejar los snacks sobre la mesa, su extraña mezcla de Doritos y chocolate, las botellas con agua, el bloqueador solar, y su cámara. Qué bello, me recuerda a cierto castaño imbécil que ama tener fotografías de cada cosa que comparte conmigo, para poder revivir los recuerdos.
Paso una de mis manos por mi cabello, aunque lo dudo un poco, por mí siempre poca autoestima con respecto a mi cuerpo, solo dejo salir una larga exhalación, termino deshaciéndome de mi camiseta, no es como si Hayden nunca me hubiese visto sin ella, y solo estamos los dos en este lugar.
Es extraño tener la confianza de hacerlo, pues, aunque no ha pasado algo específico entre ambos, sucedió lo suficiente para que las cosas se dieran de ese modo, y me refiero a que hemos dormido suficientes veces juntos, o que ya me vio completamente desnudo, aunque fuera una vez. Un ridículo grito de que estoy súper guapo me hace rodar los ojos en medio de la vergüenza, porque es la misma frase con la que comencé el día, y al girar hacia Hayden le veo de rodillas frente a un minibar, lo que no me sorprende tanto como esperaría.
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Los Secretos de una Estrella Fugaz
Romance¿Una palabra de cinco letras, y que, además, sea un verbo? En lo último que hubiese pensando, es que a mí me gusta alguien. Entender mis sentimientos nunca fue algo que esperara me sucediera en Alemania. ¿Es realmente un descubrimiento si todos mis...