—Te estuve esperando — Oliver me mira, una cansada sonrisa —. ¿Cómo fue la entrevista con Henry?
Suspira, en seguida deshaciéndose de los primeros botones de su camisa, porque admito es muy extraño verle tan formal, o, mejor dicho, con una camisa, pero no importa, pues como sea a mí me encanta. Me inclino para besarle, se sienten las suaves puntas de sus dedos recorriendo mis mejillas, algo de la sonrisa en mi labio inferior, lo que termina en un golpe al sentir a Nico saltar sobre mí. Escucho un quejido antes de tomarle entre sus brazos, algo parecido a un abrazo para tenerle controlado, y aunque un sonrojo se extiende por mis pómulos, de nuevo intentamos un beso un poco más simple.
—Creo que mejor deberíamos hablar del hecho de que estás en mi casa, sin avisar que vendrías, y esperándome — oh, eso, debe ser algo extraño para él.
—Sophie lo sabe — levanta una ceja por mi vaga respuesta. Solo sonrío —. Hey, escúchame, preparé una sorpresa para ti.
—Max, no es necesario...
—Esta es la última que recibirás.
Parece que no termina de gustarle, pero suspira, dejando a Nico en el suelo. Una sonrisa se marca en su rostro al cubrir sus ojos con ambas de mis manos, y aunque pregunta qué pretendo, solo le pido que de pequeños pasos hacia mi sorpresa, creo que me alegra aún más el suave aferrar en mi muñeca, el susurro de cuanto me quiere. Y yo también, espero que realmente le guste lo que estuve preparando.
Da algunos pasos inseguros durante la sala, está algo indeciso al sentir la alfombra, pero al inclinarme un poco, para besar su mejilla, un pequeño cosquilleo sale con una risilla, y una exclamación, de impresión, al apartar mis brazos.
Creo que él no se esperaba algo así de mi parte. Al instante me abraza, tan fuerte, que debo sostenerme del asiento del comedor para no caer, no puedo reprimir el reír por todos los besos en mi mejilla, es como algo parecido a la felicidad. Ni siquiera duda en sentarse junto a mí en el comedor, me tomó unos cuantos intentos, pero el desayuno está increíble, lo sé porque al probar el primer waffle una brillante sonrisa cruza sus labios, no duda ni por un segundo en tomar varias frutas de las que he cortado para ensalada, y me mira, de la forma más tierna posible.
Me avergüenza, más de lo que me gustaría admitir. Niego, la emoción parece apoderarse de él al notar ambos de los vasos que escogimos para su cumpleaños, y no puedo evitar reír cuando me halaga por recordar que no le gusta el café, y lo dulce que ha quedado el chocolate.
—¿Por qué lo hiciste? — ladeo una sonrisa, cada uno de sus dedos se entrelaza con los míos al extender mi brazo sobre la mesa.
—Eres increíble, lo sabes. Tuviste el valor suficiente para afrontar el momento más difícil de tu vida, es algo que yo no podría haber hecho — no lo dudo. Me inclino, un suave beso entre los dos lo hace aún más perfecto —. Te hice el desayuno, porque estoy orgulloso de que tomaras todas tus terapias, y ahora, ya no te sientas deprimido.
Asiente, agachando un poco su cabeza, y creo que mi respiración queda en medio de mi garganta al ver algunas pequeñas gotas cayendo sobre el vidrio del comedor. Oh, no, no llores, no quería decirlo de esa manera. Ni siquiera dudo en rodearle con ambos de mis brazos, en el gesto más reconfortante que puedo darle, y aunque aferra sus manos a mi pecho, dejando escapar algunos sollozos, no se siente como todas las veces que ha llorado, es más sincera, y para nada dolorosa.
Está bien que un poco de sus sentimientos queden algo expuestos, es importante para él, y me gusta poder recordarle lo valiente que ha sido, lo mucho que se esforzó para llegar a este momento, quizás por eso, después de una larga exhalación, levanta su cabeza, orgulloso de todo lo que ha logrado, y comienza a reír, sin dejar de abrazarme. Es hermoso, una linda parte que me gusta de él.
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Los Secretos de una Estrella Fugaz
Romantik¿Una palabra de cinco letras, y que, además, sea un verbo? En lo último que hubiese pensando, es que a mí me gusta alguien. Entender mis sentimientos nunca fue algo que esperara me sucediera en Alemania. ¿Es realmente un descubrimiento si todos mis...