Los Secretos de una Estrella Fugaz

Capítulo 15

Algo... me está ahogando, y se siente frío.

—Max, despierta.

En seguida me quejo, abriendo lentamente mis ojos al sentir la luz... ¿Del sol? Brillando directo en mis ojos, en seguida les cierro un poco al ver la silueta frente a mí, reconozco sin dudarlo el cabello castaño que cae salvaje, ya debería cortarle, le tiene tan largo, debe darle calor en verano. Dejo salir un más alto quejido al frotar mis ojos con una de mis manos, tratando de apartar lo que está sobre mi pecho, pero al sentir el delgado cuerpo, el corto cabello, lo primero que sale es un jadeo al recordar la noche que he tenido, aún más secreta para el castaño.

Sin siquiera pensarlo trato de sentarme cómo puedo, el cuerpo adormilado del chico cae junto a mí, y creo que nunca había sentido tanto miedo al desaparecer el poco sueño que tenía, la mirada del castaño arde en enojo y celos, y yo estaba seguro de que esto iba a suceder, pero no pensé que fuera por encontrarnos, pensé que a alguno de los dos se le saldría por error. Trago saliva, intentando acomodar mi húmedo cabello, mi ropa, lo que sea pueda ocultar sus besos.

—¿Qué...? — mi voz tiembla, estoy tan asustado, que apenas puedo formar una oración —. ¿Qué hora es?

—Tarde — la suya, más enojada no ha podido salir. Su mirada viaja de Hayden a mí, casi odiándonos —. ¿Por qué están aquí?

—Nosotros estábamos... — compartiendo nuestras vidas, besándonos, intentando no morir ahogado por no saber nadar, una vez fuimos a la cocina por más fresas —. Hablando.

—¿En la piscina?

Sí, bueno... suele suceder. Observo de reojo a Hayden, totalmente indiferente a la situación, o quizás aún sigue dormido mientras abraza uno de los cojines del sofá de la casa de verano, si lo está disimulando lo hace muy bien, y tengo la leve impresión de que es así, por la simple presencia de su hermano, pero en cuanto extiendo uno de mis brazos para moverle por su hombro, jadeo al sentir el fuerte agarre en mi muñeca, Darrell ni siquiera me deja tocar una parte de su cuerpo, por más que me asusta, y le pido que se calme, lo único que hace es halarme hacia él, obligándome a levantarme del sofá, por más que forcejeo para que me suelte solo se ve muy enojado, y creo que lo hace más al detenerme antes de bajar las escaleras, gira, mucho más desesperado. Esto es más aterrador que su madre y el chico dándose cuenta, al mismo tiempo, que estoy enamorado de él.

Con un movimiento, que me hace doler un poco la muñeca, aparto su agarre, ahora soy yo quien le observa enojado, lo cual es una pésima decisión, porque hasta para esto Darrell se ve más amenazante que yo, y solo son ocasiones bastante específicas en que lo hace, casi siempre con Oliver, pero desde que comenzó a sentirse celoso de su hermano, y a reconocerlo, no duda ni un poco en demostrar lo mucho que odia lo que ha pasado en los últimos días, y él nunca había sido así, nunca había afrontado los problemas de una forma tan agresiva.

—Como sea, déjalo ahí, tenemos una cita — me sorprende lo fácil que lo dice, y aunque no es abandonado a un costado de la carretera, no puedo creer que lo diga de esa manera, sin remordimiento.

—No voy a dejar a tu hermano aquí — ríe, muy irónico, y lo señala. No es justo, fue su idea pasar la noche juntos, pero fue mi decisión el aceptarlo, ambos tenemos la misma culpa en esto, también debería estar enojado conmigo.

—Ha despertado en lugares más extraños que este, no serías el primer hombre que lo abandona — por mucho que quiera lanzarle a la piscina, por lo imbécil que se escucha, lo mejor que puedo hacer es fruncir el ceño, empujándole un poco por su pecho.

—¿Y tú cómo estás seguro de eso? — sé que, a diferencia de él, me interesé en conocerle, él solo debe estar ofendido porque el chico quiere darme atención. Pensé que Darrell sería diferente, tenía tantas ganas de verlo, y lo está tratando tan mal —. Dame media hora, y después seré todo el maldito día tuyo.