Capítulo 28

12 2 0
                                    

Mi auto nunca había visto tanta diversión en su vida, es una fiesta de dos personas, en la que no estoy tan involucrado. Trago saliva al levantar la mirada, puedo ver a Sophie y Hayden bailando al compás de lo que sea suene como canción, y aunque me gustaría seguir su diversión, no puedo evitar pensar en lo que Oliver mencionó, de que, si Henry le dijo en secreto a ella que ya no soy amigo de Darrell, no me sorprendería que le haya hablado sobre el supuesto llanto del castaño. Si es así, lo sabe ocultar muy bien.

Pero no sabría cómo sacar el tema de conversación, si hacerlo frente a Hayden, porque admito que mi segundo peor enemigo es la curiosidad, y detesto que todos mis problemas con Darrell comenzaran con el hecho de que tiene secretos, los guarda, y sigue creando más.

No puedo evitar ahogar un quejido al pasar una de mis manos por mi cabello, desviando la mirada de la luz roja del semáforo, a mi celular, aún faltan varias calles para llegar al restaurante, pese a que no me emociona el salir a divertirme después del drama en casa de Oliver, al terminar de la canción le siguen las risas de ambos chicos, y Hayden gira hacia Sophie cuando deja salir un sonido sorprendido, se revuelve un poco en su lugar para sacar la bolsa ecológica debajo del asiento, es como si hubiese encontrado un tesoro escondido.

—Aquí hay tantos libros — habla con emoción, lo que en seguida hace sonreír a Hayden, como si hubiese encontrado una oportunidad para acercarse más a la chica —. ¿Fueron a la librería? Me hubiese gustado ir con ustedes y comprar un par.

—No, son libros que estaban en el loft — levanta ambas cejas. Creo que por fin entendió la razón por la que llegamos con Isaac y Oliver —. Leeré en mi tiempo libre.

Y el pensamiento de que Darrell lloró, y Henry lo consoló, salta de nuevo a mi cabeza. Me siento lo suficiente agobiado como para creer que tal reacción tuvo algo que ver conmigo, o que me estoy tomando todo muy personal y ese castaño tiene su propia vida. Solo me gustaría comprender qué está sucediendo.

Pero si paso toda la mía tratando de descifrar lo que hace Darrell, simplemente enloqueceré, porque solo él sabe la razón por la que se separó de mí. Y, como fuera, ahora estoy mucho más cerca de Hayden, es más sano sentirme rodeado de amor, que ser alguien odiado por quien una vez fue mi mejor amigo.

—¿Qué son estos mensajes? — señala Sophie la primera página de un libro, a lo que solo me decido por ignorarlo. Prefiero no estar involucrado en esta conversación —. Son tiernos.

—Los escribió mi hermano cuando yo estaba deprimido — dice con tanto orgullo Hayden, que solo me queda intentar ahogar un suspiro. Desearía que no hablara de Darrell con tanta estima, no se la merece.

—Supongo que él siempre ha sido considerado.

Por más que quiero gritar que no es cierto, solo muerdo fuerte mi labio inferior, entrecierro los ojos por lo mucho que quiero poner la mirada en blanco. Por favor, ese príncipe se murió, él ya no se comporta como la persona que solíamos conocer.

Al ahogar un quejido, que me permite revisar unas cuantas calles más, y conectarme de nuevo en la conversación, la mirada de Hayden se encuentra con la mía, y me sobresalta el pensar que tal vez es demasiado obvio mi disgusto, puedo sentir lo doloroso que mi sonrisa se tuerce de falsedad intentando demostrarle que el mencionar del castaño no me molestará tanto como sucedió en la casa, y es como un alivio que esté más ensimismado en llevarse bien con Sophie, que analizar mi comportamiento. Lo cual ya es desconcertante.

Y sé que no debería actuar así, que debo expresar mis sentimientos, que Hayden ha sido aquel que me escucha y me aconseja, pero supongo que cualquier cosa es mejor que ser interrogado, no estoy de humor después de saber que ese castaño y yo vamos a tener que compartir amigos.

Los Secretos de una Estrella FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora