Froto un poco mis ojos por la ligera sensación de ardor, por más que intenté dormir anoche mis enloquecidos pensamientos terminaban llenando mi cabeza de excusas para entender toda la conversación que tuve ayer con Hayden, los molestos sentimientos que danzaron todo el tiempo en mi pecho por la suave respiración del chico entre mis brazos y el tierno aferrar de su mano en mi cintura, como si quisiera estar seguro de que aún me encontraba junto a él, solo hicieron que me sintiera más avergonzado, pero jodidamente feliz de tenerle en mi cama.
Pero no fue de mucha ayuda la desvelada, supongo que esto no será algo que aparezca como respuesta en mis sueños, tengo que pensar seriamente lo que este chico representa para mí, porque todo lo que sentimos, decimos, pensamos, y actuamos, no parece querer caber más en el concepto de amistad, y mi desastroso ser moldeado a la antigua sabe cuál es el siguiente paso, pero sigo pensando que es muy rápido, que tal vez él no sienta lo mismo que yo.
Después de todo, por más que quiera a Hayden, él nunca ha estado tanto tiempo con alguien en quien esté interesado, y mi mayor miedo es que una vez obtenga lo que quiere, esté acostumbrado a dejarme ir, y es todo el soporte que tengo en este momento, no quiero perderlo, a pesar de que muchas veces me ha insistido en que no será así.
Supongo que soy desconfiado por naturaleza. Levanto mi cabeza, bostezando al escuchar a Hayden salir de la habitación, antes de que pueda decir cualquier palabra deja caer sobre la mesa del comedor una gran caja, mis cejas se levantan en curiosidad por todas las cosas que se asoman, un pequeño paquete sale de estas, y rasga la parte superior, un sonido de asombro escapa de mis labios al ver una mascarilla aparecer, pero por más que me quejo es algo inútil cuando el chico me dice que me calle, y la fría tela se siente en mi rostro, las puntas de sus dedos presionando gentilmente cada una de mis facciones, lo que me hace suspirar derrotado, a merced de lo que sea pretenda conmigo.
Sabía que habérselo prometido en el spa volvería para arrepentirme. Levanto un poco mi mirada, sintiendo un leve cosquilleo en mi pecho por lo cerca que está, su respiración rozar lento mi rostro, y solo me quedo aquí, observándole, adorando cada acción junto a lo mucho que se preocupa por mí, pero al mismo tiempo me pone un poco ansioso, porque Hayden nunca ha sentido amor que no sea familiar, y es claro que no lo sentiría por mí.
—Pensé que me estabas jodiendo cuando dijiste que me obligarías a utilizar mascarillas — el bajo sonido en burla me hace saltar el corazón, sentirme algo idiota por adorar ese levantar de cejas.
—Son buenas para la piel — supongo, pero es un cambio matutino algo extraño en mi —. ¿O prefieres ir conmigo al gimnasio?
—¿Por qué es buena la mascarilla? — y sonríe, porque sabe nunca lo haría, se inclina lo suficiente para rozar sus labios con los míos, dejándome con ganas de unos cuantos más.
—Es hidratante.
Si me hace recibir esta atención de él, puedo considerar esto de las mascarillas un poco más.
Me sonríe una última vez antes de sacar un nuevo paquete de su caja de cuidado personal, y no puedo evitar apoyar mi cabeza en una de mis manos al verle ser tan responsable de sí mismo en la mañana, sin pensarlo dos veces apoya su celular sobre la isla de la cocina para utilizarle como espejo, y su propia mascarilla ya está colocada perfectamente sobre su rostro, ni siquiera duda en levantarse, y comenzar con su día.
Eso es lo que me gusta de él, es tan organizado y consciente de sí mismo, es capaz de ayudar a los demás sin tener que desorganizar toda su vida, y eso es una increíble cualidad. Los flecos de su camiseta se mueven de un lado al otro mientras busca su desayuno, y solo hasta ese momento noto lo fashion que se ve solo para estar en casa, con ese pantalón de cuero ajustado y botas, y pese a que Hayden es modelo, lo que hace que se vea bien con cada prenda que use, es un poco exagerado para pasar todo el día acostado en el sofá junto a mí, viendo cualquier serie.
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Los Secretos de una Estrella Fugaz
Romance¿Una palabra de cinco letras, y que, además, sea un verbo? En lo último que hubiese pensando, es que a mí me gusta alguien. Entender mis sentimientos nunca fue algo que esperara me sucediera en Alemania. ¿Es realmente un descubrimiento si todos mis...