Capítulo Cuatro

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Capítulo cuatro

—Ya va, ya va... —Sacude su cabeza como ordenando sus ideas— Conociste hace un mes a un repartidor de pizzas que se llama Austin, te pidió tú número de teléfono y comenzaron a hablar —se interrumpe esperando mi aprobación, asiento con mi cabeza— Desde entonces Jason es distante contigo... —Vuelvo a asentir.

» Y hace dos semanas Austin, te besó y se ven continuamente, pero tú te sientes mal porque cuando te besó por primera vez, pensaste en cómo te besaría Jason y si se sentiría igual, en pocas palabras los comparaste ¿No? —Avergonzada vuelvo a asentir.

Es correcta toda la información, desde ese beso con Austin no hemos seguido viendo y sigue habiendo besos, suaves y delicados.

Me gustan, me gustan sus besos, su cabello, su rostro, los chistes que hace, y más esa voz dulce pero profunda que tiene, son de esas voces que te consiguen orgasmos con solo decir un simple "Hola", es de esas voces baja bragas, me está comenzando a gustar Austin, tenía mucho tiempo sin que alguien me gustara, además de Jason, es extraño pasar por todo esto.

Con Jason hace exactamente un mes que no va a mi casa por las tardes o los sábados a pasar el rato, ya no me escribe casi y a veces siento que me evita, no me ha dado sus razones, y tampoco pienso sacárselas a la fuerza por qué eso provocaría una pelea y lo menos que quiero ahorita son problemas.

—Sí, eso es todo Fernanda —Tomo mi teléfono de la mesa de la heladería en la que nos encontramos después de clases, hoy es viernes y tengo permitido llegar tarde a casa, enciendo el aparato y observo la hora.

—Ya son las 2:30pm, y quedé en verme con Austin a las 3:00pm en el parque —Le informo comiéndome mi helado de coco y sirope de dulce de leche, delicioso.

—¿Puedo darte mi opinión acerca de todo esto?

—Por algo te estoy contando ¿No crees? —Suelto sarcásticamente— Necesito que alguien me diga lo que no estoy viendo. O si estoy bien cómo voy.

—Bien... —Luce pensativa, como si escogiera las palabras correctas, me da miedo, cuando ella toma esas expresiones es porque me dirá algo muy fuerte y que causará algún tipo de impacto en mí— A mí me parece bien que estés intentando algo con Austin y que estés olvidando un poco a Jason, necesitas superarlo, tú y yo sabemos que es más que necesario hacerlo, ya que si no lo haces acabarás hundida en un abismo del cuál nadie podrá sacarte, ni tú misma —Sí supiera que ya me siento ahí.

» Pero, el que salgas con Austin no significa que debas utilizarlo para sacar a Jason de ahí —apunta con su dedo índice mi pecho, justo del lado donde se encuentra mi corazón— eso de "Sacar un clavo con otro clavo" es una mierda inventada totalmente falsa, primero deberías aclarar lo que sientes Hailey, porque si no le harás daño a Austin, o cualquier otro chico que se atraviese en tu vida amorosa y sobre todo daño a ti misma —Concluye y procede por seguir comiendo su helado que está comenzando a derretirse.

Tiene razón en tantas cosas, y principalmente en lo de aclarar mis sentimientos y así no terminar lastimando a nadie. A mí me gusta Austin, y lo quiero también.

Pero estoy enamorada de Jason, lo amo como a más nadie, y será difícil invertir los papeles de la noche a la mañana, me tomará tiempo y mucha voluntad propia.

Eso de tener voluntad propia es difícil porque, aunque no se lo diga a nadie, yo no quiero dejar de sentir por Jason, o incluso expresarle lo que siento, por qué me aterra pensar que se puede ir del todo o que incluso cambiaría su manera de tratarme por completo, no quiero perderlo como amigo.

—Oye Hailey —Fernanda sacude su mano frente a mi rostro haciéndome salir de mis pensamientos— creo que no te hará falta caminar hasta el parque —Su mirada esta puesta en el vidrio detrás de mí que da vista hacía la parte de afuera de la heladería. Sigo su mirada y veo a un chico rubio, alto en una motocicleta, con una chaqueta de cuero negra, camisa blanca, pantalones negros y unos tenis.

La otra cara del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora