Capítulo Dos

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Capítulo dos

¿Qué podría salir mal?

—Entonces, ¿Me darás un vaso con agua o seguirás viendo hacía la nada? —Pregunta un poco divertido Jason, haciéndome salir de mi pensamiento.

Ni cuenta me había dado cuando cambié de posición corporal, a un principio lo estaba haciendo entrar a mi casa, y ni sé cuándo me pidió un vaso con agua, ni cuando se sentó en el sofá y quitó su mochila.

Genial, ahora estoy divagando.

Luego de caer en cuenta de que fue lo que pasó en mi momento de perdición mental, me dirijo a la cocina a servirle el vaso de agua a Jason.
Busco entre los gabinetes de la cocina un vaso, cuando lo consigo con la mirada, intento trepar el mesón para poder alcanzarlo, dios mío ¿por qué soy tan pequeña? O ¿Por qué hacen los gabinetes tan altos? Es tan injusto para las chicas pequeñas de estatura.

No me percato que Jason está detrás de mi hasta que él estira su brazo y toma el vaso, yo me doy la vuelta y estamos muy cerca, un mal movimiento y quedarían mis labios encima de los suyos.

¿Se sentirá igual bien?

La única vez que me besé con Jason fue cuando estábamos en su casa con otros amigos, nos pusimos a jugar a la botella, a él le retaron a besarme, fue un pequeño pico y para mi significó tanto que, aunque ha pasado ya casi año y medio de eso, lo recuerdo y puedo sentir las coquillas en mi estomago de cuando sucedió.

No sé cuánto tiempo pasamos, pero ninguno de los dos dice palabra alguna, solamente nos vemos a los ojos, siento su mirada bajar a mis labios, siento la necesidad de acortar la distancia, pero; ¿Y sí me rechaza? ¿Si se echa para atrás y quedo como una necesitada?

—¿Tienes agua fría? Tengo mucha sed —Jason se voltea dirigiéndose a la nevera y cortando cualquier cercanía que tuviéramos... Es tan extraño, hace unos segundos puedo jurar que quería besarme y luego de la nada sólo se aleja como si nada pasara.

—Ahmm... Sí, ahí en la nevera, todas las jarras están llenas y frías... Creo... Ya vengo —Sin darle tiempo de responder salgo corriendo a mi habitación, estoy simplemente estupefacta.

¿Qué carajos acaba de pasar?

Al entrar a mi habitación cierro la puerta y recuesto mi espalda de ella, mientras inclino mi cabeza hacía atrás, mi mirada queda hacía el techo.

—¿Entonces? —Comienzo preguntando y susurrando a lo que sea que está allá arriba —¿Es una señal? Así como en los libros, cuando la protagonista tiene su momento de tensión con el otro protagonista, y solamente él hace distancia por qué no acepta sus sentimientos, ¿Será eso? —Continúo susurrando, no me percato del momento en que mis ojos se ponen aguaditos y siento las lágrimas venir, soy una llorona, odio eso, me hace sentir débil y desprotegida.

» O simplemente es la verdad? ¿Que solamente fue casualidad y él busca de confundirme, él no sería tan cruel verdad? —me cuestiono mientras me deslizo por la puerta cayendo al suelo entre sollozos—¿Por qué a veces el amor no es como lo conocemos? o ¿Realmente no conocemos al amor? —Siento el nudo en mi garganta que me impide seguir pensando en voz alta, y solo me echo a llorar.

Sé que él está en la cocina, o en la sala... No lo sé, y tampoco sé por qué no puedo evitar sentirme fatal después de ese "momento".

Espera, si lo sé, me siento fatal por qué sé que no es como todos esperamos o creemos que sucederán las cosas, no fue un "momento" simplemente él tomó el vaso yo me volteé y ya.

No soy dura conmigo misma simplemente sé que es así, tengo años en esto, en este debate de si será amor como lo he visto en libros o películas, o si simplemente todas esas cosas son mentiras, que el amor no es así.

La otra cara del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora