Capítulo 4: ¿HAY ALGUIEN AHÍ?

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MASON:

Ian y su bocota, no sé por qué me molesto en decirle que es un secreto si siempre lo está revelando a medio mundo.

Camino hacia la casa a paso ligero. Fue idea de Ian traer a las chicas aquí y yo como tonto acepte su propuesta. Al principio queríamos venir los dos solos ya que Ian como presidente del club de periodismo en la universidad quería averiguar si las leyendas sobre esta casa eran verdaderas. Luego se le ocurrió la "gran idea" de proponerle a las chicas una apuesta.

Subo los peldaños rápidamente y entró a la casa para cumplir mi apuesta, miro alrededor y un escalofrío recorre mi cuerpo entero, debí haber traído una casaca más gruesa.

Camino por la casa viendo los pequeños detalles de esta , me doy cuenta que tiene una chimenea a leña, un ventanal grande donde se puede apreciar el paisaje y el hermoso cielo con una gran luna llena. Las paredes están amarillentas por la humedad y la antigüedad pero apuesto a que hace mucho tiempo habría sido una casa muy lujosa.

Saco mi celular para poder alumbrar mejor la casa, en algunas de las paredes, cerca del techo hay marcas, formando raros patrones, no puedo distinguir exactamente qué son, le tomare algunas fotos para investigar por Internet.

Definitivamente esto es raro, porque si relacionamos los distintos patrones que hay, me llevarían a la segunda planta, con sus finos trazos señalan un punto en común que son las gradas para llegar al segundo piso. Me dispongo a subir, pero un movimiento en el pasillo que logro percibir con el rabillo del ojo me detiene, camino lentamente hacia esa sombra alumbrando con mi celular, entro a una habitación, demasiado oscura para mi gusto, voy entrando lentamente y doy un respingo al encontrar una rata muerta en el suelo. ¡Dios! casi me da un infarto.

Trato de iluminar la habitación entera, es una cocina, bueno, era una cocina, me adentro más para verificar si todo fue solo un espejismo, últimamente no he dormido muy bien, de repente por el cansancio mi mente está jugando conmigo.

¡Uhg! definitivamente esta cocina necesita una limpieza como las que hace mi mamá en casa, huele a descomposición por la rata y a desagüe por la cañería estancada, esto da asco. Siento un cosquilleo en la nuca , como si alguien me estuviera mirando fijamente desde atrás. Doy la vuelta para ver qué es y otra sombra pasa como un rayo hacia la sala. Corro hacia esta para atrapar al que está jugando conmigo.

- ¿Hay alguien ahí?- pregunto en un susurro.

- ¡¿Hay alguien ahí?! - repito esta vez más fuerte, pero nada, el silencio sigue presente..

- Chicos, esto no es gracioso...- digo esta vez un poco enfadado, pero el silencio vuelve a llenar la habitación. Que extraño, debe haber sido otra rata.

Le quitó importancia al asunto y me siento en el suelo, para pasar el rato, reviso mi móvil, miro fotos de mis amigos y algunos compañeros de la universidad, algunos están en mi clase, otros son de diferente carrera a la mía y me detengo en una foto.

Veo a una concentrada Ashley, recuerdo que le tomé esta foto cuando estábamos en su casa estudiando y ella trataba de memorizar una parte que se le hacía muy complicado. Siempre ha sido así, una chica aplicada en los estudios, astuta, valiente, simpática al hablar y muy atractiva.

Miro la hora, me pase de la media hora, parándome camino hacia la salida y de nuevo siento esa incómoda sensación de que alguien me está observando, volteo la cabeza y solo veo la oscura sala, salgo dejando atrás ese sentimiento y me reúno con los chicos.

***

Desde la sala una sombra observa como un chico alto, de pelo negro y espalda ancha sale de la casa a paso lento y decidido, desprende un tentáculo que trata de alcanzar al chico, pero es muy tarde, este ya pasó el marco de la puerta y la luz de la luna hace que el tentáculo se esfume tan solo con su cálida iluminación.

HE AQUÍ EL SIGUIENTE CAPITULO, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, TANTO COMO A MI ME GUSTO ESCRIBIRLO.

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MissOriental.

El secreto de la luna ROJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora