Capítulo 13: Soledad

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La semana transcurrió rápido, ya que no podía hacer mucho, cada vez le desesperaba más el traer yeso, todos avanzaban ante los ejercicios y él estaba postrado en su cama esperando a que terminara el día. Otra cosa que odiaba era que al parecer las burlas no terminarían, ya ni porque era otra ciudad, no, la gente murmuraba cosas de él, por fortuna nadie lo había golpeado o dicho cosas en su cara, todo siempre a sus espaldas. Lo bueno es que tenía a Tae, se había vuelto en tan poco tiempo su razón de sonreír, Hobi era otro de ellos, cada que lo veía sentía que su sonrisa iluminaba el ambiente, los dos lo trataban tan bien, pero eran los únicos.

Al fin era viernes y como la gran mayoría de los chicos eran de lugares cercanos podían salir a visitar a sus familias, pero él tenía que esperar a vacaciones, así que se quedaría completamente solo, Tae y Hobi también saldrían, el primero lo invitó a su casa, pero en el estado en que se encontraban sus brazos declinó la oferta, mientras aun estuvieran como estaban, prefería estar solo, lo tranquilizó diciendo que se pondría a estudiar y estaría en contacto con su familia, que tenía muchas cosas que hacer.

Y fue así que realmente se quedó solo, su compañero de cuarto no aparecía en el día y sus compañeros más cercanos volverían hasta el domingo. La escuela se sentía vacía, eran pocos los estudiantes que se quedaban, el aburrimiento lo mataba, así que decidió pasear por los jardines de la academia. Tomo un suéter que pudiera cubrir gran parte de su cuerpo, unos pants holgados, tenis, se puso sus lentes y su sobrero de pescador, optó por usar un cubrebocas, aún no se terminaba por acostumbrar al aire de la ciudad, lo sentía más pesado a diferencia del de su hogar.

Encontró un muy buen lugar donde el aire corría muy rico y se sentía fresco, vio un enorme árbol y le apeteció tumbarse un rato bajo de él, sacó un pequeño libro y se puso a leer. El clima se sentía tan agradable que empezaba a sentirse somnoliento, estaba a punto de quedarse dormido cuando escuchó que alguien estornudaba del otro lado.

-S-salud-. Contestó con algo de temor, pensaba que estaba solo.

-Gracias-. Respondió una voz también algo tímida, era sin duda una chica.

-Pensé que estaba solo-. Rio desde su lado

-Yo también, vine a buscar un lugar tranquilo para leer-. Respondió mientras reía.

Esa risa contagió a Jimin al percatarse que habían coincidido en el mismo plan, decidió pararse y ver quién era la dueña de esa voz.

Agarrando valor se acercó a la chica y le saludo -Hola, me llamo Jimin, soy nuevo en esta escuela-. Vaya que se sorprendió de haber podido hablar con fluidez, cosa que días anteriores le había costado muchísimo trabajo.

-Hola Jimin, me llamo HaNeul y también soy nueva, o bueno, del primer año, supongo que te referirás a que eres el chico nuevo del que todo mundo habla.

Eso lo hizo bajar la mirada, agradeciendo que estaba su rostro casi cubierto evitando mostrar la vergüenza que podría reflejarse en él.

Ella al notar su reacción simplemente sonrió y le dijo -no les hagas caso, a la gente le gusta hablar por hablar, de rato se van a cansar, así siempre pasa, hace unas semanas hablaban de que cierta persona había comprado su ingreso a la escuela, siempre hay un chisme nuevo, así que tranquilo-. Poniéndose de pie le dijo con una sonrisa en su rostro que Jimin calificó como cálida -¿me acompañas al comedor por un bocadillo? me ha entrado un poco de hambre y no quiero ir sola.

Jimin emocionado accedió a esta petición, durante el trayecto al comedor iban platicando sobre libros, al parecer tenían gustos en común, a ambos les gustaban las novelas románticas y de fantasía. Ya en el comedor siguieron hablando por horas, se sentían muy a gusto, así que tomando valor, Jimin le pidió su número para ver si después podían coincidir fuera de clases para seguir recomendándose libros que leer y para poder continuar con su plática, que realmente no quería terminar, pero ya comenzaba a hacerse tarde y los dormitorios tenían un horario de ingreso.

La acompañó a la entrada de los dormitorios de mujeres, se encontraban ambos edificios de frente pero si había una distancia considerable entre los 2. Se despidió y se dirigió al suyo, comenzaba a sentirse mejor, había tenido el valor de hablar con alguien más y le había agradado muchísimo, tal vez en esta escuela podría sentirse parte de algo al fin.

Llegó a su habitación y volvió a encontrar cosas movidas, al parecer nuevamente su compañero había llegado, pero esta vez le llamó la atención algo, su compañero era algo desorganizado, había dejado ropa tirada en el baño y en el piso; intentó ignorar el mugrero mientras preparaba sus cosas, pero odiaba el desorden, así que esperando no ganarse más el odio de su compañero, se puso a ordenar la habitación, la dobló y la colocó en la cama, las botas las sitúo a un lado de esta y la ropa del baño se limitó a colocarla en un cesto de ropa sucia que estaba del lado de la cama de su compañero.

Eso lo hizo respirar más tranquilo y regresó a su rutina, preparó sus medicamentos, se quitó las vendas y las tiró esta vez sí tenían rastro de sangre, probablemente se había lastimado en algún punto sin darse cuenta, tomó su ropa y se metió a bañar. Al salir mientras se secaba su cabello, le empezó a ganar un sentimiento de soledad, empezó a tener miedo sin saber por qué, trató de calmarse y bebió agua, no podía dejar que sus inseguridades fueran tan grandes, al fin estaba cumpliendo su sueño y todo le daba miedo, cómo era eso posible si había insistido tanto en ello.

Lo mejor que se le ocurrió fue poner un poco de música y bailar, eso lo relajaba muchísimo y lo ayudaría a conciliar el sueño. Se sentía libre y que estaba en otro lugar, duró así un muy buen rato hasta que su humor mejoró. Apagó la música y escribió en su celular a su hermano, le platicaría que había podido hablar con una chica y le había caído muy bien. Lee desde el otro lado notaba el buen humor de su hermano y eso le agradaba. Siguieron platicando por horas hasta que el sueño hacía presencia en los 2, le encargó que les mandara saludos y abrazos a su familia y a JiSoo si es que la veía. Se despidió y se fue a dormir.

La soledad lo volvió a agobiar, pero el sueño era más grande. Se acomodó y pensó si su compañero no se molestaría por el atrevimiento de haber ordenado el lugar, lo averiguaría después, era probable que él también haya aprovechado el fin de semana para salir con su familia.

Prodigium ~kookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora