Capítulo 10: La Primer Noche

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Asombrado por lo que vio, empezó a comprender un poco las palabras de su maestra, ese sacrificio que hizo para ser reconocida, así que para sí mismo se dio fuerzas y se prometió que la haría sentir muy orgullosa de él, quería ser como ella.

El mayor sin problema alguno lo sacó de ahí y siguió con el recorrido, el último lugar al que debería llevarlo era a los dormitorios. Le mostró la biblioteca, la cafetería, los salones y casi para terminar lo llevó a los casilleros.

-Este será el tuyo-. Le dio un papel que contenía la clave para que lo abriera. Así lo hizo y vio justo lo que le había dicho JiSoo anteriormente, tenía todo lo que necesitaba ahí, estaban sus libros, libretas, una pequeña bolsa donde suponía contenía lo que llegara a ocupar para escribir y demás.

Al cerrar el casillero vio que se acercaba un chico, era más alto que él y lo que más le llamó la atención fue que tenía una hermosa sonrisa cuadrada.

–Tae que bueno que te veo, ven, te quiero presentar a un alumno nuevo, será tu compañero de ahora en adelante.

–H-hola, soy Jimin- decía en un tono un poco bajo mientras sujetaba con sus dedos las mangas de su playera.

-Soy Taehyung, pero puedes llamarme Tae, mucho gusto-. Le extendió su mano para saludarlo.

Jimin dudó un poco por el yeso, pero lo hizo. Al ver esto Tae se sorprendió un poco y le dijo –oh lo siento, espero te recuperes pronto- y volvió a sonreír, esa sonrisa era contagiosa, porque sin darse cuenta Jimin estaba sonriendo, así que este le dijo –vaya, me gustan tus ojos cuando sonríes.

Jimin se ruborizó al instante.

-¿Hobi puedo acompañarlos?-. El mayor aceptó gustoso. Así que los 3 siguieron su camino.

–Jimin, me podrías prestar tu teléfono, te apuntaré mi número por si necesitas algo, soy el encargado del piso donde te alojarás, es por eso que me han pedido que te guiara, cualquier cosa que necesites puedes mandarme un mensaje.

El pequeño le dio su celular nuevo, aun desconocía un poco su funcionamiento y al ver que el mayor tecleaba sin preocupación alguna solo se ruborizó ante su ignorancia sobre estas cosas, pero grande fue su sorpresa al ver que el número había sido registrado con el nombre de Hobi, este sonriendo le dijo –así suelen decirme mis amigos, así que puedes llamarme así también, te recomiendo que pongas una foto tuya para saber quién eres cuando me llames.

El joven salió meneándose muy ligeramente, sus pies iban al compás de una música que Jimin no escuchaba, pero era muy grato verlo. Tae y Jimin se quedaron frente a la puerta del que sería su dormitorio, así que lo invitó a pasar.

Al entrar vio 2 camas, 2 escritorios, 2 closets y un baño, era más espaciosa de lo que imaginaba, se preguntaba quién sería su compañero de cuarto, así que se dirigió al alto.

-de casualidad ¿tú serás mi compañero?

Tae sonrió pero negó con la cabeza –mi habitación está cerca, pero no me asignaron contigo. Sabes, eres muy serio, pero me agradas, espero que seamos amigos.

Jimin se sentó en la que sería su cama, ya que estaban ahí sus maletas y sonrió, esperaba que fuera así.

-lo siento, estoy algo nervioso, jamás había estado tan lejos de casa

No te preocupes –respondió Tae –te acostumbrarás pronto, así me sentí yo cuando llegué, solo que lo hice hace 3 semanas, por eso ya me acostumbre. Mañana vendré por ti para irnos a clases juntos, así que préstame tu celular para también anotarte mi número y de una vez te personalizamos tu foto para que podamos reconocerte.

Jimin le extendió su teléfono y espero a que le tomaran la foto, casi no se veía su rostro, el sombrero y los lentes sobresalían mucho, pero fue lo mejor que pudo hacer, no le gustaban las fotos.

Se empezó a sentir en confianza con Tae y siguieron platicando hasta ya tarde, ya era hora de la cena, Tae lo invitó a bajar al comedor pero Jimin se negó, dijo que por el viaje no se sentía bien, que prefería dormir, había sido mucho para un día. Tae se despidió y le prometió que a primera hora irían juntos a desayunar.

Jimin se dispuso a acomodar sus cosas y a guardarlas, sacó un pequeño bocadillo que traía en una de las mochilas y lo comió mientras observaba la otra cama, se preguntaba quién sería el que estaría con él y por qué no había llegado. Buscó un bote de agua y preparó sus medicamentos, odiaba el hecho de tener que hacerlo, pero era necesario, le había prometido a todos que se cuidaría. En ese momento agradeció el estar solo y se quitó las vendas, le tocaba hacer su curación, le daba vergüenza que alguien viera sus brazos, así que con temor a que llegara su compañero de cuarto, se apuró y realizó la limpieza como el médico le había enseñado, era doloroso y más porque no estaba acostumbrado a usar su mano izquierda, su mano derecha se había fracturado al haber golpeado la pared; aguantando el dolor terminó por cubrir la herida, se cambió su ropa por una pijama igual de aguada y se recostó en su cama, no tardó nada en quedarse dormido, era uno de los beneficios de los medicamentos, podía dormir fácilmente.

Prodigium ~kookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora