Christopher
Salí del restaurante sin pensar en nada más, estaba molesto solo con la idea de encontrarme con Alana, ella decidió estar con otra persona.
Últimamente escuchar a mi prometida se está volviendo una tortura para mí, en que momento le pedí matrimonio a una mujer tan pegajosa.
—Bebé, ¿vamos para tu casa? —Ella tiene una forma única de ignorar la realidad.
—Cassandra, hoy no, voy a pasar dejándote por tu casa. —digo de manera despectiva, no quiero hablar más y menos escucharla.
—¿Estás molesto? Dime la verdad ¿sigues amando a Alana? —Creo que ya estoy llegando a mi límite por la noche.
—Te he dicho miles de veces que yo no siento nada por Alana, y la persona que amo y con quién me voy a casar eres tú —Ojalá con eso ya no hable más.
—Solo piénsalo y si todavía estás pensando en ella no deberías seguir esta relación conmigo —¿Por qué creerá que yo siento algo por Alana?, Si es cierto que he gemido el nombre de Alana unas cuantas veces mientras hemos estado juntos en la cama, eso no quiere decir que la ame, puede ser que aún le tengo ganas pero nunca amor.
Muchas veces ella ha ignorado esto, ni siquiera lo ha sacado a relucir en ninguna conversación. Algunas veces solo pienso que a ella lo único que le importa es su estatus y casarse con alguien que tenga una buena posición social, soy el perfecto candidato para su teatro. El CEO de una empresa a corta edad y exitoso.
Después de dejarla, decido ir a casa de mis padres y dormir con mi hija me va a quitar todo este mal humor. Las únicas mujeres con las que confiaría mi vida son mi madre, mi hermana y mi hija.
He tenido tanta mala suerte en el amor, todas las mujeres que han pasado por mi vida me han mentido, como Lorena mi primera novia, me engañó con mi mejor amigo, no había querido tener una relación seria hasta que conocí a Alana, luego las mentiras que dejan un amargo sabor, los secretos que asfixian y las consecuencias que nos quiebran en pedazos.
Todas las cosas que me enteré por medio de Ava me hicieron abrir los ojos, las mujeres no son de confiar, todas son iguales, unas mentirosas desgraciadas.
Recuerdo ese día cuando Alana me contó de su embarazo, me tuve que enterar primero por mi hermana, si alguien puede ocultarte algo tan importante por 5 semanas; también puede engañarte en cualquier momento.
Caminé al cuarto de Hanna, la veo dormida como el ángel que es. No puedo dejar de sentir que ella es la luz que ilumina mis días. Hay personas que te salvan del abismo sin saberlo.
Pienso en Alana, estoy seguro que su novio es pasajero, no le voy a dar vueltas. Mi hija me tiene a mí y no tendrá a nadie más que quiera hacerse de figura paterna. Ella siempre será mi hija.
Al día siguiente en el desayuno, mi mamá se acerca.
—Hola Cariño, no sabia que regresaste a dormir aquí, pensé que te habías quedado con Cassie en tu departamento.
—Hola Madre, ayer dormí con Hanna, tuve un argumento con Cassie, lo peor es que estaba al frente de Alana y su novio.
—¿Alana? —En el momento que mi madre cuestiona, Ava sale de la nada.
—¿Y ahora que hizo la hipócrita de Alana? Para que termines peleando con tu prometida —Siempre hace estos comentarios ofensivos, alcé mi mirada y doy gracias que Hanna está con mi papá y no escucha estas cosas que su tía dice.
—Ava, No te metas en nuestra conversación, lo que estoy hablando con mi mamá no te concierne. —Me levanto y camino hacia el estudio.
Terminando de hacer una llamada, me toca la puerta mi madre.
—Llamó Alana, preguntando si vas a llevar a Hanna hoy. Si quieres contarme lo que pasó ayer para que tengas que llevar hoy a tu hija, a mitad del fin de semana —Mi madre me conoce tan bien.
Empiezo a contar lo que sucedió ayer, no es tan difícil entender que estoy molesto porque la mujer con quién me voy a casar no le gustan los niños y a cada momento hace comentarios de lo bueno que son los internados para niñas.
—Hijo, ¿qué te molestó más el comentario de Cassandra? —Duda un momento en continuar —O ¿Encontrarte con Alana y su novio? —Perdió la cordura mi madre.
—Es más no me respondas, son estas las situaciones que te enseñan lo que estás perdiendo o perdiste, yo siempre tuve la esperanza que algún día recapacitaras y vieras que sigues enamorado de Alana. Ahora que estás abriendo los ojos espero que no sea muy tarde.
—Mamá, tú no entiendes, Alana, ella no es la mujer que quiero, te aseguro que Cassie es lo que yo necesito.
—Si estás tan seguro, me puedes decir ¿qué pensaste ayer en el restaurante cuando te levantaste y te fuiste? —Obviamente no le puedo decir que lo que más me molesto es como estaba Alana al lado de otro hombre, que la sorprendí mientras gemía silenciosamente y cuando reconoció mi mirada se sonrojó.
Yo la conozco bien, y sé que su actitud de ayer fue porque estaba íntimamente relacionada con el tal Lucas. Pero eso no debe importarme, ella no me importa.
—Mamá, voy a llamar a Alana y llevar a Hanna después del almuerzo, gracias por la conversación, pero yo estoy bien.
La llamé un par de veces, las llamadas van directo al buzón de voz, dejé un mensaje diciendo que estaré en su casa dejando a nuestra hija a las 14:30hrs.
***
Cuando llegué no pude evitar sentirme nostálgico, ayer estuvimos en nuestro restaurante favorito. dejo de pensar en lo que fue y toque la puerta. No esperaba verle un semblante diferente, ella está feliz y no es por verme lo sé bien, como siempre su primera atención es a Hanna, lo más duro es que ni me toma en cuenta, ya no le importa ni saludarme.
Pienso en ella, yo le conozco cada rincón de su cuerpo, cuál es su comida favorita, lo que le emociona de las películas, sus libros favoritos, su amor por el chocolate, mierda, no puede ser que esté tan equivocado ¡ella es mía!
En que momento perdí su amor, soy un idiota, al ver que ella regresa; me mira inocentemente como si estuviera viviendo su propio cuento de hadas, ¡Maldición! está contenta y quiero preguntarle si él la hizo gemir como solo yo sé hacerlo, este sentimiento me está comiendo el hígado.
—Alana ,quería pedirte una disculpa, no fue la forma de irme, tú sabes como es mi carácter y Cassandra ayer tocó mis teclas.
—Entiendo, pero tú si estas enterado que lo del carácter es sólo una excusa —responde de forma sencilla.
—Dime Alana, ¿tu relación con el tal Lucas es seria? Como para que estén demostrando tanto afecto en público.
Al mirar sus ojos, veo emociones y sé cuales son, me da miedo pensar que ella está enamorada de otra persona. Yo nunca podría enamorarme de nadie más.
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DESPUÉS DE TI
RomanceAlana Davis, es una mujer con todas las respuestas para sus 24 años de edad, justo cuando su vida cambia por un embarazo inesperado. Lo más delicado es que el papá de su bebé no quiere tener hijos, y le pide que se haga un aborto. ¿Qué pasa cuando...