Capítulo 17: Disculpas no escuchadas.

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Perdón

¿¡Estás jugando con mi mente, Lan Wangji!? ¿¡acaso no me crees capaz de olvidarte!? ¡he seguido mi vida sin ti, no me haces falta.

Apesar de que le parecía una ridicules la sugerencia de Wen Ning, de que Lan Wangji estaba en el cuerpo de ese animal, no podía dejar de sobre pensarlo. El perro los había seguido desde lejos hasta llegar a la cueva en la que por días habían estado durmiendo.

-¡Basta! ¿¡cuando piensas dejarme en paz!? -, exclamó Wei Wuxian desde la roca en que estab sentado, dirigiendo sus lasciva palabras al perro sentado en el suelo alrededor de la roca. Wei Wuxian no podía bajar, su miedo punzante se lo impedía. Wen Ning había salido a casar la cena, por lo que no tenía en quien refugiarse más que la piedra.

Wei Wuxian bufo, acomodando su cuerpo en la piedra ya cansado de esperar que el perro se fuera, decidió comenzar a practicar las melodías de su flauta de bambú. La acción de sacar la flauta alertó al animal.

-¡No voy a hacerte nada, es solo una flauta! -, gritó desde su altura. La posó sobre sus labios y dejó que la melodía fluyera, no estaba tirando de atraer a ningun espíritu, solo estaba tocando su flauta.

Al principio las notas sonaron agudas y rechinantes, hasta incomodas. Después se fue escuchando la suave música que ahora parecía un deleite auditivo. El animal se levantó del suelo, como reconociendo la melodía.

Wei Ying

Wei Wuxian detuvo la melodía, parecía ya un loco escuchando voces en su cabeza. Pero aún más loco relacionar esa voz con el perro frente a él, como si a él perteneciera.

-¿Por qué me miras así? -, preguntó -, ¿te gusta esta canción? No recuerdo el nombre, no se si tiene alguno. Un viejo amigo la tocó para mi una vez.

Al llegar a su mente ese recuerdo, detuvo sus palabras y volvió a tocar la flauta. El perro extrañamente parecía comprender sus palabras, voltenado la cabeza como su estuviera asintiendo, y doblando una oreja como si estuviera poniendo verdadera atención.

-No se porque te hablo, pero parece que me entiendes -, habló, guardando su flauta en su cinturón. El miedo seguía instalado en su ser, pero ahora encima de la roca y sin posibilidad de que el animal lo alcansara, estaba más tranquilo -, ¿por qué no simplemente te vas? Como ves, soy muy pobre y no tengo comida que ofrecerte.

El perro inclinó la cabeza.

-Ve a la ciudad, seguramente encontrarás un buen lugar donde dormir -, recomendó tratando de que perro se fuera -, tal vez tengas dueño, ¿por qué no vas con él?

Se sentía tonto hablando con un perro, pero era mejor que tenerle miedo a morir así que continuó su intento de soborno hasta que Wen Ning regreso a la cueva con un par de conejos colgando.

El perro se mantuvo alejado de ellos, como queriendo darle espacio y tranquilidad a Wei Wuxian y el agradeció eso, pues no podría comer con su peor miedo a un lado. Después de un rato, los conejos estuvieron asados y listos para ser comidos, Wei Wuxian por alguna razón tuvo el impulso de lanzar un trozo de carne al perro. Pero este aun con el conejos frente a sus patas, no se atrevió a comerlo, como cualquier perro haría. En su lugar pareció rechazarlo com disgusto.

-¿Es enserió? -, gesticuló Wei Wuxian -, te di ese trozo de carne para que no murieras de hambre, ¿enserió lo rechazas? ¿Acaso creciste en un palacio?

El perro renegó, negándose a comer el conejo. Wei Wuxian bufo de nuevo, a este paso no podría terminar de comer en paz

-Joven amo Wei, creí que le molestaba la presencia del perro, pero parece que ya no le teme tanto -, comentó Wen Ning, quien no comía, evidentemente no le hacía falta. Wei Wuxian hizo un mohin con los labios, pareciendo un niño pequeño.

La noche llegó, y era hora de que descansarán un poco después de días sin dormir. Wei Wuxian se mantenía alerta, acomodándose en la roca para evitar que el perro saltara por la noche sobre él. Wen Ning había decidió patrullar la zona, por si el dueño del perro o algún espiritu aparecía. Por lo que se encontrba solo con el impredecible animal.

Wei Wuxian miraba las estrellas, observando los pequeños detalles del cielo que siempre le había gustado apreciar, recordando las noches pasadas en El Embarcadero de Loto, junto a Jiang Cheng y Jiang Yanli, o incluso la única noche que disfruto en el lago con Lan Wangji, con las luces flotantes alrededor y promesas que no pudo cumplir. Este último recuerdo le saco un último suspiro y sin poder evitarlo, la calidez de la noche lo puso en brazos del morfeo.

Bajo la luna y en la tranquilidad de la noche, Lan Wangji observaba desde su lugar como poco a poco Wei Wuxian perdía contra el sueño, soltando pequeños suspiros y moviendo su cuerpo inconscientemente. Se levantó en cuatro patas y con ayuda de piedras y ramas gruesas cercanas a la roca en la que Wei Wuxian se refugiaba, logró llegar hasta allí.

Su corazón dio una vuelta al observar a Wei Wuxian dormir tranquilo, con una mano en su cabeza simulando una almohada. Le hubiera gustado observarlo por más tiempo, pero si no tenía cuidado podría despertarlo y eso seria un desastre.

No tenia conocimiento del miedo, o pavor, que Wei Wuxian sentía respecto a los caninos. Y para su desgracia, él habitaba uno de esos cuerpos. Durante el día había tratado de comunicarse con él a través de sus pensamientos, pero le era imposible hacerlo. Y hasta que no se diera a relucir su identidad, Wei Wuxian ni nadie podría ayudarlo a salir de ese cuerpo peludo.

Antes de bajar de la roca, acercó su nariz canina a la mejilla suave de Wei Wuxian, sintiendo la electricidad recorrer su cuerpo.

Wei Ying, por favor perdóname...

El castigo de Lan Wangji| WangXian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora