[OBRA TERMINADA]
Una deidad atrapada en el cuerpo de un canino, se acerca con el propósito de liberar su alma a un ser demoníaco capaz de hacer que recupere su cuerpo. Pero para desgracia de Lan Wangji, ese cultivador demoníaco le teme con brutalida...
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Wei Wuixian
El dios de la serenidad regresó a la plaza sin su cinta de la frente y con la mirada baja, eso fue una verdadera ofensa para Lan Qiren, sin embargo no dijo nada.
Frente a los dioses, ya no quedaba rastro de lo que un día fue el poderoso dios Lan Wangji, no era más que un hombre con un agudo dolor en el corazón. Y entonces lo dioses lamentaron haberlo enviado al Reino Humano en primer lugar.
Los cielos se abrieron en un rápido resplandor cuando Lan Wangji descendió de entre las nubes; una vez pisó la tierra extrañamente sentía que algo no iba bien. Y poco después, al mirarse en un charco de agua, pudo percibir en su reflejo un lobo de blancura impresionante, conservando sus sobresalientes ojos cristalinos.
Habia cambiado, sin embargo, el dolor seguía ahí.
Y en otro lugar, un cuerpo deprimido fue escupido por los cielos; habían pasado unos cuantos meses desde su desenso del cielo, en el cementerio sin nombre, Luan Zang. A pesar de eso, estas noticias, como si llevaran alas, ya habian recorrido el mundo de los cultivadores; propagándose más rápido que la misma guerra. Inmediatamente, ya sea si es un aristócrata o un monje recluido, todos están hablando de cómo Wei Wuxian había regresado al Reino Humano sin recibir castigo por parte de los dioses. ¿¡Qué clase de ser estaba en su favor, para que lo dejaran con vida!? Nadie podía creerlo.
Cuando Wei Wuxian despertó, en los tumulos funerarios y al lado de una calida fogata, lo recibieron los ojos inocentes de un muchacho.
-A-Ning -, como lo llamó una mujer joven. Wei Wuxian los reconoció cuando estuvo completamente cuerdo, la mujer le entregó comida y agua, lo cuidó hasta que estuvo sanado. Wen Qing le dijo que habían pasado solo unos meses de su descenso de los cielos, también le contó las nuevas noticias; como que en esos tres meses que pasaron, el mundo de la cultivación había sufrido un gran golpe. Jiang Cheng se vio obligado a ascender rápidamente a la posición como Líder de la Secta Jiang, fue realmente increíble. El Líder de Secta más joven que existe. El que reconstruyó por su cuenta la secta Yunmeng Jiang desde cero.
Wei Wuixian se sintió feliz por eso. Su shidi era fuerte.
Por otro lado, todos estaban asombrados con lo poderoso que era Wei Wuxian; había regresado de los cielos con toda su energía espiritual, sin lesiones graves, pero extrañamente apagado.
Todos conocían a un Wei Wuxian atrevido y con una enorme sonrisa plasmada en el rostro; su shijie decía que había nacido con ella y con esa alegría inigualable. Sin embargo, el Wei Wuxian que regresó de los cielos se notaba al principio nostálgico, triste y con un semblante serio. Wen Ning, el joven muchacho que lo había rescatado en su regreso, se pegaba a él como una pulga siguiéndolo a todos lados y vio como Wei Wuxian, desató la ira que contenía y forjó una nueve flauta de bambú. Y estuvo presente cuando Wei Wuxian volvió al mundo de la cultivación demoníaca, que cabe resaltar, el mismo habia creado.
