Capítulo 22: Dejalos ser.

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Jiang Cheng

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Jiang Cheng

Su pecho sentía un extraño dolor, y se sintió por primera vez en toda su existencia un cobarde. Por escapar de la única persona en mundo que le importaba. No fue hasta que escucho un desgarrador grito que lo hizo entrar en razón.

Siguió los gritos hasta que estuvo lo suficientemente cerca de estos y pudo observar lo que sucedia. Era noche, casi no podía verse la escena pero sin duda pudo distinguir el cuerpo tembloriento de Wei Wuxian, aferrado asustado a un grueso tronco de un árbol, con los ojos cerrados y un perro casi mordiendo su pie.

Lan Wangji rápidamente se acercó, espantando al perro con unos fuertes ladridos. Una vez el animal estuvo lejos, Wei Wuxian percibió la presencia del perro blanco y sintió un poco de paz.

Tal vez porque se estaba acostumbrando a la presencia del animal, tanto que ya no resultaba totalmente aterrador. Wei Wuxian de poco bajo del árbol, y el blanco animal se alejó.

-¿¡Por qué me dejaste solo!? ¿¡quien te dijo que podías irte!? -, reclamó Wei Wuxian al peludo amigo -, ¡no tienes permitido irte hasta que encuentre a tu dueño!

Con un bufido comenzó a caminar para volver a la cueva, en la que seguía esperando obediente Wen Ning. Lan Wangji lo siguió en sus cuatro patas, admirando como Wei Wuxian seguía molesto y con un gracioso gesto en el rostro que lo hacía ver adorable.

  Lan Wangji lo siguió en sus cuatro patas, admirando como Wei Wuxian seguía molesto y con un gracioso gesto en el rostro que lo hacía ver adorable

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Flashback ..

Lan Xichen supo que algo andaba mal cuando Wangji regreso al hospedaje con una leve contracción en el rostro y mas callado de lo normal. Y lo confirmó cuando encontró a su hermano rompiendo todo a su paso, como la última vez.

No intentó detenerlo, porque sabia de que se trataba, conocía tan bien a su hermano que no hizo falta explicaciones.

-Puedes romper todo lo que quieras, pero no puedes cambiar las reglas Wangji -, el mencionado no respondió, porque sabia que esas duras palabras eran la verdad -, y tampoco puedes cambiar los sentimientos del joven amo Wei.

De sus ojos critarinos brotaron finas gotas casi imperceptibles, y una tenue atmósfera de tristeza parecía estar a su alrededor. Tal vez fue el dolor, quiza la impotencia, o una pizca de valentía, lo que impulsó al segundo jade a buscar a Wei Wuxian. Fueron las ganas de romper sus propios límites cuando encontró a Wei Wuxian jugando cerca del muelle, con las piernas hundidas en el agua y la espalda levante arqueada.

Suspiró profundamente antes de sentarse junto a él. Cuando Wei Wuxian percibió el aroma a sándalo del segundo jade sintió su interior remover, no sabía si era incomodidad o sus sentimientos siendo afectados por su presencia.

-Lan Wangji, el día de mi boda...

Wangji no esperó a que las palabras de Wei Wuxian siguieran; porque para el se estaba convirtiendo en una tortura escuchar de la boda. Siguiendo sus impulsos, tomó el rostro cálido con sus largos dedos y en un suspiro junto sus labios; fue ahí cuando Wei Wuxian pudo sentir las lágrimas resbalar de las mejillas del segundo jade, acercó sus temblorosas manos al pálido rostro para confirmar sus sospechas, y efectivamente, el segundo jade había estado derramando lágrimas.

En su momento no entendió porque las acciones de Lan Wangji paracían contradecirse; negándose a aceptar sus sentimientos y a su vez, besando sus labios intensamente.

Cuando Lan Wangji se alejó, dejando una pequeña mordida en los belfos contrarios; Wei Wuxian no permitió que se separara y con sus manos volvió a acercar ambos rostros, tratando de calmar las lagrimas que no paraban de brotar de los hermosos ojos dorados de Lan Wangji. Besó sus mejillas con tanto cariño, que quien los viera se impactaria con la escena.

Lan Wangji bajó la cabeza hasta esconderla en la curvatura del cuello de Wei Wuxian, evitando que este siguiera esparciendo besos en su rostro, evitando un viera sus lagrimas y con ellos su dolor. Al estar tan cerca y intimidante unidos, Lan Wangji pasó sus fornidos brazos alrededor de la angosta cintura del Wei Wuxian, como queriendo unirse más a él.

Wei Wuixian no pusó resistencia, le gustaba el aroma a Sandalo que desprendia el segundo jade. Estaban tan sumergidos en su propia atmósfera que no percibieron a Jiang Cheng, observando de lejos como su hermano acariciaba el cabello largo de un dios.

Jiang Cheng estaba a segundos de actuar, enfadado por la escena que estaba presenciando. Wei Wuxian había cruzado el limite y esta rompiendo incontables reglas. Escondido detrás de un árbol, y a un paso de correr a intervenir, sintió como grandes brazos lo detenían. Los brazos lo arrastraron hasta estar lo suficientemente lejos, y solo ahí puedo darse cuanta de quien era la persona que lo había llevado con él.

Esperada todo, cualquier otro cultivador o quien sea, pero sin duda no estaba preparado para enterarse que la persona que lo había llevado con él y evitado que se interpusiera entre las dramáticamente escena, era el primer jade; Lan Xichen.

-Por favor, dejelos ser -, fueron las palabras del dios de la paz, aún sujetando el cuerpo de Jiang Cheng.

-¿Usted sabia de esto? -, preguntó, ignorando el ardor en sus dedos al tener contacto con la piel del dios -, ¿¡cómo puede permitir que algo así suceda!?

Jiang Cheng siempre había tenido una personalidad explosiva, terca y testaruda. Le enfadaba pensar que su hermano estaba violando las reglas, y que al primer jade parecía no importarle.

 Le enfadaba pensar que su hermano estaba violando las reglas, y que al primer jade parecía no importarle

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El castigo de Lan Wangji| WangXian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora