Capítulo 26: Castigo.

1.8K 297 74
                                    

Castigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Castigo

Wei Wuixian quería quedarse a su lado, estar seguro de que estaría bien. Pero quizá Lan Xichen tenía razón.

Cuando levantó se mirada nuevamente escuchó un aterrador grito al otro lado de la plaza. Jiang Fengmian y Madan Yu habian sido atravesados por la espada de un podrido cadaver andante, al mismo tiempo, tomándolos desprevenidos y acabando con sus vidas de manera brutal. El grito que había escuchado era originario de la desgarrada garganta de Jiang Cheng, que por todos los medios trataba de proteger a su hermana de los cadáveres.

-¡Wei Wuxian! ¡dijiste que todo iba a estar bien! -, soltó dejando que su cuerpo cayera al suelo junto a su hermana, ambos habían visto como sus padres eran atravesados por el filo de una espada, antes de eso; Mandan Yu se encargó de entregarle a su querido hijo el anillo que ahora lo reconocia como su dueño.

Wei Wuixian quiso correr a ellos, pero fue detenido por un dolor incesante en su pecho. Lan Xichen había clavado silenciosamente su espada en él.

No tuvo oportunidad de escapar.

Cuando perdió la conciencia y sin poder defenderse, Lan Qiren lo llevó junto a Lan Wangji a los cielos; una vez su sobrino recuperó su estabilidad espiritual.

Cuando los cielos se enteraron de que uno de los dioses que había sido enviado al reino humano para proteger a estos, había desafiado contra viento y marea las reglas establecidas y había dado su corazón a un humano. Ese día realmente los cielos y la tierra temblaron, y un suspiro escapó de ellos; las puertas de los cielos se abrieron después de permanecer cerradas por miles de años, dejando a los cultivadores viejos y nuevos con la boca abierta.

Lan Wangji no puso resistencia y ascendió al cielo entre nubes mágicas y relámpagos tenebrosos. Los cielos lo recibieron con una cadena alrededor de las muñecas y un baño de agua congelada específicamente para castigar a dioses rebeldes. No era la primera vez que un dios tenía el atrevimiento de amar y defender a toda costa un mortal, sin embargo, contra todo pronóstico; nadie esperaba que el próximo dios rebelde fuera el mismísimo Lan Wangji.

Un dios adorado entre los dos mundos, respetado en el cielo y alabado en la tierra. Un justo dios celestial que había bajado a la tierra a impartir justicia y que había regresado a los cielos con la cabeza baja y las manos encadenadas.

Una vez estuvo completamente dentro de los cielos, se cerraron las puertas impidiendo a cualquier ser que vagara por el lugar entrar. Y de nuevo, el suelo volvió a temblar y poco a poco los relámpagos se alejaron dejando el cielo en paz. Cuando Lan Wangji levantó la mirada volvió a ver después de tanto tiempo el hermoso palacio hecho de jade blanco, grandes pabellones y quioscos protegidos con nubes inmortales que se enroscaban alrededor, junto a aves blancas agitando sus alas. No diría que extrañaba el cielo, porque había encontrado una razón para querer quedarse en la tierra; y esa razón probablemente estaba en algún lugar de este mismo lugar siendo castigado.

El castigo de Lan Wangji| WangXian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora