Estuvo todo el día recostada en las hojas secas del bosque bebiendo hasta la última gota de alcohol que tenía en su botella que debería tener agua, pasaron las horas en las que miraba el pasar de las blancas nubes y cielo celeste. Obviamente comenzó a delirar, pues era una adolescente sin resistencia, aunque a veces su visión se distorsionaba y recordaba cosas solo se quedaría ahí. Hasta que alguien la buscara o hasta que estuviera demasiado oscuro y, como todo buen borracho, pensara que en la oscuridad fuera una buena idea comenzar a andar.
Aunque sus sentidos no estuvieran en el mejor momento se sentía observada por algo o por alguien, su sentido de supervivencia no le tomó mucha importancia, estar borracha en medio de un bosque de Mystic Falls no era un peligro. En este patético pueblo no había nada interesante, solo leyendas sin fundamento. Las hojas crujieron al ser pisadas, los pasos se dirigían hacia ella pero Erika no se inmuto, no le tenía miedo a quien fuera por ahí. Seguro pasaría de largo. Los pasos se silenciaron cuando estuvo a su lado una persona, no se concentró mucho en su figura pero si pudo distinguir unos brillantes ojos celestes como el cielo que solía admirar en sus delirios con el alcohol. Esos ojos eran preciosos, fácilmente podrían emborracharla con sus perfección.
— ¿Te perdiste Erika?— interrogó una voz masculina, su tono era suave pero llamativa, la voz de alguien vil pero tentadora.
Giro la cabeza para ver si lo conocía, podría ser Matt pero Matt no tiene esa gracia al hablar, siempre está al borde del ataque nervioso. Mas estando sobria, no hubiera distinguido quien era el dueño de esa voz y ojos de ensueño, con cara de confusión se levantó para quedar sentada en su puesto. El rostro no le quedaba del todo claro, frunció el ceño. RL chico de ojos azules al ver a la castaña observarlo sin decoro alguno se acercó al rostro de ella inspeccionándola también con una sonrisa burlesca. La castaña lo miro como una amenaza y pronunció:
—Eso no te importa sexy extraño—dijo empujando el rostro de el con la mano. El mayor un poco sorprendido con la actitud de la menor se apartó un poco.
—Pues una menor tomada, cerca de mi propiedad que me considera un sexy extraño debería preocuparme—soltó una pequeña risa cruzándose de brazo.
—Eres un sexy extraño para mí, pero al parecer tú me conoces ¿No es así sexy extraño?---menciono acomódense para después admirarlo nuevamente, ahora pudo distinguir mejor y no se había equivocado. Él era precioso. Su memoria no parecía reconocerlo, pero después de todo ella se encontraba borracha.
—Tu puedes decirme sexy extraño, pero mi nombre es Damon Salvatore—su sonrisa se extendió más.
—Eres sexy extraño que aparece aquí por casualidad, eres un hombre lobo o algo—rio sin tomar en cuenta lo que decía, para Erika todo era rosa y felicidad en medio de la embriaguez.
—Casi...soy un vampiro primor y estoy hambriento después de un largo viaje—murmuró antes de que sus ojos se volvieran rojos sacando sus colmillos.
Tal vez pudo haberse asustado si hubiera estado sobria, pero su estado la mantenía somnolienta y relajada. Al ver los ojos del vampiro lo único que hizo fue soltar una torpe risa, lo tomo de la mejilla y le susurro:
—Pues primor, aliméntate—
Y como si la menor le hubiera dado una orden, aparto los rizos castaños del cuello de Erika mientras bajaba su rostro hasta el cuello de la chica, mordiendo esa delicada piel blanca. Absorbió su sangre, el azabache se deleitaba con su sabor. Erika sintió un dolor que la hizo apretar los ojos y un intento fallido de apartarlo, empezó a debilitarse hasta que vio todo negro. Damon observo a la chica, no quería causar estragos todavía.
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Erika despertó sobresaltada, se sentó sobre sí misma, miro a su alrededor y pudo ver que se encontraba frente a su casa. Su cabeza dolía por el alcohol, su cuerpo se sentía cansado y estaba muy confundida. No comprendía como ella estaba ahí, el cómo había llegado hasta su casa. Normalmente se quedaba botada en mismo lugar donde cerraba sus ojos pero nunca volvía a su casa. Ella nunca le gustaba volver.
Toco su frente, recordando el bosque en el que estuvo bebiendo, también llorando por todos sus problemas e imaginando que las nubes eran lo más bello de la existencia. Unos ojos azules no la dejaban en paz pero mientras más pensaba en ellos su cabeza le da punzadas evitándole saber.
Vio su mochila tirada detrás de ella, eso también era extraño, se olvida cargar las cosas. No le dio importancia alzando los hombros, saco las llaves de la casa y se paró recogiendo su mochila para sacar las llaves de la casa y poder entrar a su casa. Fue directamente a la cocina para tomar un vaso de agua junto con una aspirina para que se le fuera el dolor de cabeza e intentar disimular que había estado bebiendo. Tomo la píldora junto con el agua, no era la primera vez que terminaba pero si la primera vez que tenía lagunas de memoria tan terribles.
Subió las escaleras con lentitud con miedo a caerse, llego a su habitación dejando sus cosas en el suelo y se recostó en su cama cayendo como desmayada. Los picotazos en su cabeza seguían, por lo que no planeaba levantarse ahí hasta que se durmiera o se muriera. Los sonidos se intensificaban, podía escuchar los pasos en el piso inferior. Caroline, Elena y Bonnie se les escuchaba cotillear en la parte de abajo. Ellas eran buenas amigas, incluso le daba celosos en ciertas ocasiones.
Ella tenía cierta afinidad con Bonnie, pues la mencionada siempre era caritativa con todos y no le sorprendía pero aun así le gustaba estar con ella. Elena subió y la encontró, rodó los ojos cuando la vio ahí. Reviso la mochila de Erika buscando pruebas de lo que Jeremy le había dicho en su pelea previa. Bonnie y Caroline observaban desde la puerta
—Te regañare después, ahora solo quiero que mejores tu estado antes de que Jenna regrese—pronuncio Elena rendida, cuando encontró la botella dentro de su mochila.
Elena salió de la habitación seguida de la rubia dejando atrás a Bonnie, ella miraba con tristeza a Erika, la había visto desde pequeña y verla en ese estado la hacía sentir fatal. Sabía que Elena tenía razón, Erika estaba siendo inmadura al enfrentar sus problemas así, pero Erika estaba sola. Levanto la cabeza cuando vio a Bonnie acerarse y sonreírle, no quería que sintieran lastima de ella pero el apoyo de Bonnie nunca estaba demás.
— ¿Estas bien?—pregunto acariciándolo la cabeza.
—Pues no tan mal—respondió girando para quedar boca arriba. Bonnie hacía de todo para no mostrar sus ojos llenos de lastima.
—Sabes...justo le decía a tu hermana hoy que yo podría ser un psíquica—soltó para apaciguar el ambiente y animar a la menor.
— ¿Enserio? Elena no suele creer ese tipo de cosas. En cambio yo soy más fácil de convencer—sonrió mientras continuaba hablando—Oh gran Bonnie, muéstrame los secretos, predice mi futuro—hizo una voz rara alzando las manos hacia arriba y ambos se rieron.
Bonnie cerro sus ojos, haciendo extrañas expresiones hasta volver a abrirlos y mirarla sin expresión, como si algo se adueñase de ella. Erika trataba de deducir si era una broma o si lo hacía enserio. No cuestiono cualquiera de las dos opciones.
—Pasaras por un mal momento pero todo cambiara cuando algo...alguien venga y te proteja haciéndote poderosa, eres alguien especial y pronto lo veras.
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La Pequeña Gilbert [ Damon Salvatore Y Tu ]
FanfictionJeremy tiene una hermana gemela, ella es la pequeña Gilbert, ella es Erika Gilbert. Erika nunca ha sido una chica racional o radiante como su hermana mayor, después de la muerte de sus padres pierde el control. Ella está apunto de adentrarse a un m...