Capítulo 10: La Vida de Dos

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Stefan había ido detrás de las chicas para explicarle a Elena que Erika no tenía la culpa de nada sino que era la culpa del irresponsable de su hermano. Katherine observaba el desastre que había causado y antes de irse se giró hacia Stefan para sonreírle amigable.

No dudo en arrogarse al agua para salvar a las chicas. Nadó lo más rápido que pudo teniendo un deja vú de cuando salvó a Elena. Stefan vio como Elena salía del auto por la ventana pero se le hizo raro ver que sus ojos estaban cerrados. De igual manera la tomó en sus brazos y notó como Erika empujaba a su hermana fuera del carro. Ella señaló a Elena nerviosa y después hacia arriba con una mirada suplicante, justo como su padre lo había hecho. Stefan lo hizo así, la reacción de Elena podía soportarla pero jamás se perdonaría que ella muriera. La amaba.

Erika sabía que el salvaría a su hermana, lo que haría que ella no sobreviviera. Su instinto de supervivencia la hizo tratar de salir de ahí, cuando sintió que el aire le faltaba pero como era de esperarse, no lo logró. Al menos ahora ella sentía que se encontraría con sus padres y finalmente sentirse en paz.

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El alboroto en el pueblo escaló rápido, llegó a oídos de todos. Hasta a Damon que después del incidente estaba en el Mystic Grill. Llegó lo más rápido que pudo al hospital, no sabía que pasaba porque todo eran rumores, lo asfixiaba el miedo de que algo le hubiera pasado a Erika. Entró al hospital buscando a los amigos de las Gilbert, quienes de seguro sabían que había pasado. Fue fácil identificar la cabellera rubia de Caroline. Matt y Bonnie lo miraron angustiados, Stefan estaba con una cara sería recostado en la pared y Caroline estaba al teléfono preocupada. Pasó la mirada por todos con un semblante de ira que ocultaba todo el miedo.

— ¿Donde esta?—le preguntó directamente a su hermano, la voz se le quebró aunque cuando intentó sonar serio.

—Dicen que Elena va a...—anunció Matt al ver el asunto apunto de explotar.

—No Elena...—volteó a ver a Stefan— ¿Donde esta Erika?—exigió casi suplicando a su hermano, sin apartarme la mirada.

Stefan tardó un rato en dar su respuesta, intentó alzar la cabeza hacia su hermano pero la culpa le recurría el cuerpo. Aún veía los ojos de la chica castaña. Damon sentía que cada segundo sin saber qué pasaba era una presión en su pecho, sentía que una terrible sensación en su cuerpo.

—Ella...ella no se salvó—titubeó.

Damon desvió la mirada a sus vez con sus ojos cristalizándose. Negó con la cabeza, mientras su rostro se deformaba y avanzó a buscar a la chica. No quería creerle, no iba a creerle. No podía ser cierto. Hace unas horas ella estaba durmiendo en su habitación, estaba dibujando. No estaba muerta.

Hipnotizó a todos los doctores hasta que encontró al que había atendido a las chicas Gilbert, quien le dijo donde se encontraba Erika y también le dijo que Elena había fallecido. No le importó en lo absoluto, solo quería encontrar a Erika, porque aún no le creía en esa cruel realidad.

Entró a la habitación temblando al no oír el palpitar de su corazón. Encontró un bulto cubierto por una manta blanca, él se acercó con la respiración entrecortada y posó su mano en la manta con horror. Apartó la manta y observó el cuerpo inerte de Erika. Cayó de rodillas junto a la camilla y sostuvo su mano entre las suyas agachando la cabeza dejando escapar ciertas lágrimas ocultándose, como si ella fuera a verlo. Su mano estaba sin pulso. Ella estaba fría, estaba muerta.

—No debí dejar que te llevara, fue mi culpa...Nunca pensé que un pequeño rayito de sol como tu me haría falta...No debí dejarte ir...—habla entre dientes enojado consigo mismo, entre amargas lágrimas.

La Pequeña Gilbert [ Damon Salvatore Y Tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora