Capítulo 3: Los Salvatore

6.6K 498 32
                                    

Erika pensaba que su hermana trataba de torturarla por haberla obligado a que saliera que fueran al Mystic Grill sin dejarla beber una gota de alcohol. Aunque él no beber no la afecto tanto como pensaba. Algo la había cambiado ese primer día de clases, se había sentido diferente y eso es lo que ella quería. Algo diferente. Era extraño. Algo había pasado y seguía sin recordarlo.

Observó la bola azul en la mesa de billar, colocó en una pose pensativa haciendo sonreír a Tyler, el no veía donde podía introducirla. Tomó el taco de manera desinteresada, al encontrar una buena posición al encontrar el ángulo. Disparó hacia la bola blanca que chocó tres veces hasta encontrar la bola azul, introduciéndole.

— ¿Cómo lo haces niña?—cuestionó abatido al ver el tiro perfecto que Erika se había marcado, si bien era posible había que tener mucha técnica o mucha suerte. Erika se encogió de hombros y después sonrió.

—Es un don—se burló ella al ver que su pequeño plan funciono. Continúo buscando a la siguiente bola colorida que atacaría. No era diestra en el juego, era un tanto impulsiva, pero de vez en cuando parecía que no hacia las cosas adrede.

Caroline y Matt hablaban cálidamente, se habían vuelto más unido. Erika no sabía cómo ambos rubios habían llegado a juntarse. Erika pensaba que parecían Barbie y Ken juntos en una nueva aventura. La presencia de Elena llegando con el chico nuevo hizo que todos giraran sus cabezas hacia ellos. Erika fue la última en verlos, al notar como Tyler dejo de juzgarla con la mirada, miro directamente al castaño sin expresión. Al darse cuenta de que lo estaba acosando con la mirada, siguió su juego, se sintió rara. Aunque no parecía era una novedad que se sintiera así en estos últimos días. Caroline se olvidó de su plática con Matt. Se deslizó con velocidad donde Erika planeaba su próxima jugada maestra.

— ¿Qué hace tu hermana con él?—inquirió poniendo su mano en medio del taco y la bola.

—Pregúntale tú, yo no he visto ese tipo en mi vida—replicó, se volvió hacia la pelota naranja y sin ninguna concentración le atinó justo para que se adentrara al agujero.

Tyler maldijo a todos por lo bajo, quitando el malhumor que Caroline le había causado a la castaña. Elena se acercó al grupo de adolescentes y con mucha emoción presentando al chico llamado Stefan. El chico no estaba mal, su tímida sonrisa casi opacaba unos ojos que le parecieron perturbados a Erika. Conocía esa mirada, era la misma de Jeremy y de Elena.

—Ella es mi pequeña hermana Erika Gilbert, Erika él es Stefan Salvatore—Dijo Elena captando la atención de la menor.

Erika falló la siguiente bola al escuchar el apellido Salvatore, aunque fuera la más sencilla hasta ahora. No sabía porque pero ese apellido le causaba pesadez en su interior, sonando familiar en su cabeza, como un deja vu. Alzó la mirada y lo observó ahora más de cerca, pero no tenía nada reconocible para ella. No sabía que era pero no era el, al menos no del todo. Stefan disimuló que no noto la intensa mirada de Erika sobre él.

Termino saludando con la mano al Salvatore y volvió al juego. Perdió el juego contra Tyler a pesar de la buena racha que llevaba, era como si su don se hubiera extraviado con la presencia de Stefan cerca. No quería estar cerca de él, tampoco quería alejarse. Ambos se miraban pero ignoraban el hecho de que ambos lo hacían. Se preguntaba si era el con quien había estado soñando los últimos días. Con ese extraño sexy ser sin rostro.

Escapo del Grill cuando pudo para llegar a su casa, se negaba a estar un minuto más en un lugar con él. Nunca sintió que dejara de ser observada.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Stefan entró dichoso a su casa, había estado encantado en conocer más a Elena pero aun así se sentía culpable porque ella se viera como Katherine, claro no era su culpa pero no apartaría esos sentimientos. Admitía de que ella no se parecía nada a Katherine al menos no a simple vista, a ambas las rodeaba el aura de grandeza y belleza increíble. Llego a la sala encontrándose con su hermano, parado con una sonrisa malévola y no pudo evitar recordar a la hermana de Elena.

— Hola hermano ¿Por qué me miras así? No he tocado a tus animalitos del bosque—ladeó un poco la cabeza, la malicia de sus palabras y su toque sarcástico, una voz difícil de olvidar.

—Damon ¿Por qué sigues aquí?—preguntó Stefan, antes de querer adentrarse más en las verdaderas intenciones de su él azabache.

—Algo simple y sencillo hermano, venganza, una dulce venganza—articuló avanzando por la habitación con lentitud, mirando con superficialidad la habitación.

— ¿Contra quién?—lo miro Stefan, un poco aterrado por la respuesta que el fuera a dar.

—Contra todo el que se interponga en mi camino, podría ser tú, podría ser el pueblo entero, podría ser Elena—mencionó sin dejar de mirarlo.

—Podría ser contra... ¿Erika Gilbert?—siseo, si bien no la conocía, ella parecía ser importante para Elena. Aparte, como todos los de ahí, era inocente.

Damon extendió más su sonrisa al oír ese nombre, pero no respondió a la duda de su hermano. Le preocupo un poco que su hermano desviara su atención hacia la pequeña Gilbert, no sería divertido volver encontrar a esa desenfrenada adolescente si su hermano estaba rodeándola cual buitre.

—Digamos que he cambiado de gustos estos últimos años, veo que tú no puedes decir lo mismo—hablo evasivo.

—Más te vale estar lejos de ella Damon, o si no...—trato de amenazar el castaño a su hermano, Damon se acercó a velocidad vampírica quedando cara a cara, dejo de hablar al tenerlo tan cerca.

— ¿Qué harás? ¿Atacarme con un conejito? No me hagas reír hermano, te destrozaría en segundos y perderías a las dos chicas—se burló del vago intento de su hermano por disuadirlo de sus planes, camino hacia a la salida. No sin antes darle un último vistazo su pequeño hermano—Tengo todo donde yo lo quiero Stefan, no podrás evitar nada de lo que se venga.

Y era cierto, ni Stefan ni Damon tenían idea de lo que vendría detrás del pueblo o de ellos. Damon, aunque sabía las consecuencias de lo que conllevaba su venganza, estaba dispuesto nada podía retenerlo. Nadie tiene poder sobre él. Quería ver a la pequeña Gilbert, después de todo ella era lo único entretenido en ese pueblucho.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Decidió hacer la tormentosa tarea de ciencias al ver que Elena no la dejaría tranquila hasta que viera que estaba trabajando y que no saliera de su hogar sin supervisión. Desde que sus amigas se dieron cuenta de la situación, Elena no quiere que nadie vuelva a ver a alguno de sus hermanos en ese estado deplorable. Erika pensaba que era la influencia de Stefan y los deseos de su hermana de no decepcionarlo. Al menos eso pensaba ella, Stefan tenía algo raro y quería descubrirlo. Se preguntó muchas cosas sobre el ¿Salvatore es italiano? ¿Cuáles eran sus intenciones? ¿Será Gay? Pues era la más probable hasta ahora. En estos últimos días no le había parecido un mal tipo, aparte de que compartía con Elena.

Elena iba seguido al cementerio para visitar la tumba de sus padres, lo cual era triste. Erika no había ido al funeral, por lo que ni siquiera sabía dónde estaban enterrados. Jenna le desagrado eso, pero prefería mantenerse lejos de ese lugar. No podía imaginar a su amorosa madre y su hablador padre bajo tierra. Su pecho continuaba doliendo como el mismo día que le dieron la noticia.

Miro hacia atrás por si Elena o Jenna aparecían a espiarla, saco una hoja en blanco y decidió ponerse a dibujar. Los días en que ella y Jeremy dibujaban eran los mejores, perdieron la costumbre un poco antes de lo de sus padres. Quiso dibujar unos ojos, unos ojos azulados. Estaba falta de práctica, sin embargo, podía visualizar con detalles esos diamantes luminosos. Una mirada vil pero sensual. No conocía a una persona con esos ojos tan irreales. Tan únicos como ese bizarro día que no lograba recordar. Demian Daniel Diego Dave Dorian, se repetía nombres tratando de recordar algo, Darwin Denver Demon Damon.

—Damon, que lindo nombre—repitió en un susurro mientras seguía dibujando intercalando entre los colores azules y los detalles con un plumón negro. Giro su cabeza hacia atrás, sintiéndose observada de nuevo.

Nadie parecía estarla espiando, igualmente cerró la puerta y continúo su pedazo de arte. Mientras unos ojos azules la observaban desde afuera de su ventana. 

°°°°°°°°°°°°°°°°°

Olvidé mencionar, como dije la historia sigue el mismo curso pero he añadido escenas, he borrado unas cosas y ahora hay cosas que pasan antes. Me refiero a que algunos capítulo sucederán antes se lo que deberían

La Pequeña Gilbert [ Damon Salvatore Y Tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora