Capítulo 14: Lo Que Realmente Está Pasando

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Cualquiera pensaría que Elena era tonta, una víctima o una persona indefensa. Tal vez no sea igual que Katherine, pero sabía aprovecharse de las oportunidades cuando las veía. Primero fueron las amenazas de Niklaus Mikaelson, ella también había sido perseguida por él. Todo finalizó después del accidente donde se tornó vampiro, ella no sabía por qué pero los ataques pararon hacia ella.

Elena se sintió un poco más segura, ya que ella estaba bien podía encargarse de su hermana menor. La primogénita Gilbert recordaba las palabras de su padre, "La familia es la unión, pero a veces hay que tomar duras decisiones para que persista". Elena le pidió a Bonnie un favor a escondidas, quería que hechizara a Damon para que hiciera lo que ella quería.

— ¿Por qué quieres un hechizo así? —preguntó Bonnie nerviosa al escuchar la petición de su amiga.

—Damon no va alejarse de ella, ya viste como la secuestra cada vez que le place, necesito obligarlo a estar lejos de ella—decía angustiada Elena, temía por la vida de su hermana.

—Entiendo tu consternación pero no creo que sea la solución, Damon ya casi no se comporta como un psicópata—mencionó Bonnie, Erika hasta ahora sonreía cada vez que estaba con Damon y no salía lastimada.

—Entonces sugieres que espere a que la lastime, Bonnie de entre todas las personas pensé que tú me comprenderías, que comprenderías lo peligroso y sádico que él es—destacó Elena mirando al suelo.

Bonnie casi había sido asesinada por Damon cuando destruyo el collar que sacaría a Katherine de la tumba. Claro que entendía lo peligroso que era Damon, pero después de verlo quebrándose en el hospital por Erika notó la humanidad en él, una pizca de esperanza. De todos modos eso no importó, ya que al reflexionar, cedió al pedido de la chica Gilbert. Después de todo Elena era su hermana mayor, sólo quería proteger a su hermana.

Cuando Damon casi le arrancara el corazón a Stefan el huyó avergonzado, se escondió durante días ahogado en todo el alcohol que pudo encontrar en el sótano de la mansión Salvatore, su hermano no lo notó pues estuvo cuidando a los hermanos Gilbert. Elena sabía exactamente donde estaba.

— ¿Erika...?—balbuceó Damon delirando.

Elena sonrió arrogante al ver como que el hombre no era más que un borracho inútil, le daba hasta un poco de lastima, aunque no podía evitar verse atractivo. A la chica se le ocurrió un mejor plan, se agachó a la altura del hombre y comenzó a besarlo en los labios con efusividad, Damon le correspondió con torpeza. Cuando la chica intento quitarle la camisa, con las pocas fuerzas que tenía la mando a volar contra la pared del cual sólo escuchó el impacto.

—Vete de aquí Elena, no quiero estar con nadie—habló el Salvatore molesto levantándose con dificultad.

— ¿Desde cuándo eres tan noble? —preguntó ella ofuscada por el golpe, la rabia la invadió.

Con el hechizo obligó a Damon para que se acostara con ella, subieron a la habitación de arriba y ahí Elena se aprovechó del hechizo. Damon entre el alcohol y el embrujo no daba crédito a lo que veía al día siguiente. Había tenido sexo con Elena y ella se encontraba ahí a su lado. Elena no se mostraba arrepentida para nada, no como él.

—Fue lo mejor para todos Damon—pronunció la chica acariciando con delicadeza el hombro desnudo de confuso vampiro.

— ¿Para quién Elena? ¿Para tu novio Stefan, para tu hermana Erika, para Bonnie tal vez? —inquirió alejándose de ella cambiándose asqueado.

—Era la única forma de que te alejes de ella, no va a perdonarte cuando le digas, si se lo dices. No te quedara otra más que huir. Es lo que siempre haces de todos modos. —explicó la chica satisfecha, claro que había beneficios—No puedes negar que no valió la pena.

— ¡Lárgate Elena! —Dijo entre dientes tomándola del cuello, sus ojos vampíricos salieron a relucir— Lárgate o te aseguro que te matare.

Elena se soltó del agarre del vampiro, lo miró por un instante. El chico semi desnudo irradiaba ira con una mirada de desprecio. Estaba hecho un desastre. Ella se retiró dramáticamente. Damon destruyó todo la habitación con furia. Rasgó las almohadas, rompió las sabanas, hizo trizas el ropero, quebró las lámparas, arrancó trozos de la cama y por último se miró en el espejo.

Había rastros de chupones y arañazos en su cuerpo que mostraban lo de la noche anterior entonces le lanzó un puñetazo a su reflejo. A la vez que se sentaba en el suelo, los vidrios brincaron y algunos e insertaron en su piel. Estuvo en esa posición por muchas horas, hasta que Katherine apareció y le rompió el cuello para secuestrarlo el resto de días que se encontró desparecido.

Por otro lado Elijah Mikaelson, se contactó con Elena ese mismo día. Le advirtió acerca de que su hermana era valiosa, su sangre podía valer más que la de un doppleganger como ella, pero que requería un ritual más complejo. Elena le suplicó una solución para salvar a su hermana, él dijo que no conocía la maldición de Erika, pero que una bruja era la clave. Elijah no veía bien que Nick se interesara en arruinarle la vida a una chica tan pequeña sin importar su estado, no podía oponerse tampoco pero lo iba a intentar. Las intenciones de Klaus eran inciertas para el también.

Elena se lo contó a Stefan y los demás acerca del hallazgo. Todos rastrearon el apellido Mikaelson para iniciar con algo, pero no dejaron de lado el buscar una maldición que se pareciera a la de Erika. No encontraron nada parecido al maleficio de la chica Gilbert, pero sí pudieron recopilar información de los Mikaelson tras atrapar a otros vampiros que buscaban llevarse a Erika. Ninguno aportó mucho pero se enteraron que Mikaelson era el apellido de los vampiros originales. Los que crearon a los demás vampiros, los que eran considerados los seres más poderosos.

Bonnie pensó que lo mejor es intentar una sesión en la que pudiera contactarse con el interior de Erika, antes de que la atacaran de nuevo. 

La Pequeña Gilbert [ Damon Salvatore Y Tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora