Rubius
Me sentí muy mal. Casi tan mal que mi dolor físico no era nada comparado con el que sentí en el fondo de mi alma. No recordaba nada. Ella estaba herida, como yo, y no podía evitar sentir que o era mi culpa o que, si no me hubiera emborrachado, anoche podría haber evitado que le hicieran daño.
Mery seguía tumbada sobre mí sin moverse. A veces el mechón de pelo que tenía delante de su cara se movía a causa de su respiración. Parecía tranquila. Dormía plácidamente. Normal; se habrá quedado despierta casi toda la noche y seguro que no hace mucho que duerme.
Acerqué mi mano para acariciarle el pelo con mucho cuidado para no despertarle. Mientras la acariciaba, la miraba pensativo. Me daba asco a mí mismo.
De repente, ella empezó a moverse y retiré rapidamente mi mano. Al hacerlo, me dolió mucho el brazo y protesté un poco fuerte, haciendo que Mery pegara un salto y se despertara del todo.
- ¿Que...? ¡Rubén! ¡¡Rubén!! - empezó a gritar nerviosa.
- Tranquila, estoy bien, estoy bien - le dije.
Mery me miraba con aspecto asustado. Se pensaba que me había puesto peor y se había preocupado por mi. ¿Tanto se preocupaba por alguien que solo conocía de hace tan solo dos días? Intenté sonreir lo mejor que pude para que viera que estaba bien, y pareció colar; ella dejó de estar tan tensa y se relajó con un suspiro.
- Me has dado un buen susto -dijo llevándose la mano al pecho. - ¿Cómo estás? - preguntó ahora más sonriente.
- Estoy mejor, aunque es como si me hubieran pegado una paliza.
Ella se me quedó mirando sin contestar. ¿Qué quería decir eso?
- ¿No recuerdas nada? - terminó diciendo.
Hice una mueca de disgusto.
- Lo último que recuerdo es que salimos del meeting y fuimos a una discoteca enorme a un palco de esos.
- So, you don't remember anything - dijo enfatizando ligeramente el "anything". Creo que lo decía algo molesta. Ups.
- Lo siento. Por más que lo intento no lo recuerdo. Y creeme, al no poder hacerlo me siento como un estúpido, pero... no es mi culpa no poder recordarlo.
- Bueno, quizás si hubieras decidido no emborracharte tanto ahora ni siquiera estarias aqui... - dijo tan tranquila que casi me daba hasta miedo.
Zas, en toda la boca. Tenía razón. La había cagado hasta el fondo.
Ella me miraba a los ojos con dureza, y yo no era capaz de mirarla. Estaba avergonzado. Mery cruzó los brazos y empezó a narrarme la historia.
- Bebiste muchísimo... Cuando decidimos volver al hotel, pediste que fueramos en un taxi tu y yo aparte. En el taxi... - hizo una remarcada pausa- En el taxi... estabas un poco inquieto y yo intenté tranquilizarte pero el taxista se cansó de nosotros y nos obligó a bajar, dejándonos en medio de una calle. No teníamos cómo volver. Pasó una persona y quise preguntarle por el camino de regreso, pero resultó ser un ladrón. Me golpeó. Después fue a por tí. Te dió una patada increible en la cabeza que te dejó incosciente. Sacó una navaja y pensé que... - se le quebró la voz - pensé que iba a matarte. Me abalancé sobre él y me hizo un corte el la frente - señaló el parche que había pegado bajo su flequillo - Cuando lo derribé, fui a por tí a intentar reanimarte. Estaba muy asustada, pensaba que estabas muy mal y no sabía como iba a ayudarte. Entonces, el hombre me pegó en la cara y me dejó en el suelo. Afortunadamente, la policía llegó con una ambulancia y nos trajo hasta aquí.
El episodio del ladrón lo contó con nerviosismo. Con las manos, se apretaba sus brazos cruzados y agachó el rostro hacia el suelo. Nos quedamos callados. Ella no quería recordar lo que pasó y yo me quedé sin palabras. ¿Había hecho todo eso? Dios, me había puesto como una cuba delante de ella y apostaría a que se dejaba en el tintero mucho otros detalles despectivos sobre mí, pero no quiso decirme nada. Era la primera vez que me avergonzaba de ser así. ¿Cómo podía ser? Normalmente, al día siguiente me contaban lo que había pasado y me reía un montón, pero ahora ya no. ¿Sería por ella? ¿Porque no quería que viera ese lado "malo" de mí? ¿Y por qué intentaba que no viera mis cosas malas? Ni que me estuviera enamorando de ella... Ella... ella solo estaba buenísima... y era encantadora.
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Caprichos del destino (ElRubius y tu)
FanfictionLuces, destellos y una multitud caminando a toda prisa. Sonidos y voces que ensordecen el centro de Tokio. Carteles luminosos que ciegan la oscuridad de la noche. Gente caminando hacia todas partes. Soldados con pasos firmes yendo de un lado a otro...