Capitulo 21

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Desde siempre me había gustado dormir. Estar en la cama sobre el colchón blandito entre las sábanas era una de las mejores sensaciones del mundo. Y más cuando no tienes de hacer nada importante porque puedes seguir durmiendo plácidamente. También me gustaba dormir por tener sueños. Antes esto no era una razón porque tenía pesadillas, pero con Rubén abrazándome y guardando mi sueño era como si se metiera dentro de mi cabeza e hiciera directamente que mis malos sueños se convirtieran en grandes sueños bonitos y especiales. Pero bueno, cuando despertaba él seguía estando a mi lado. A veces estaba ya despierto, observándome cómo dormía. Otras veces, lo despertaba yo entre besos y risas. Y durante el día era igual de fantástico. Hacía de mi vida un sueño maravilloso del que nunca quise despertar.

Pero la mañana de mi cumpleaños, cuando me desperté y estiré mi brazo para abrazarle y darle un beso, me encontré con su lado vacío.

Me reincorporé perezosa ¿Dónde se habría metido? Miré el reloj. Las 11:30. Quizás estaba haciendo el desayuno, pero no olía a nada. Me levanté de la cama y comencé a buscar en todas las habitaciones llamándole, pero ni rastro de él. Fui al salón donde tenía mi móvil cargando. Lo cogí por si me había dejado un mensaje. Tampoco. Quizás le había surgido una urgencia pero seguramente me hubiera avisado de alguna manera. Me dí la vuelta para ir a la habitación, vestirme y hacer la cama mientras pensaba en algo, y al girarme me percaté de un pequeño detalle: la caja grande y alargada que me pidió que no viera había desaparecido. ¿Qué tendría dentro y por qué tanto misterio con aquella caja?

Pensé en llamar a alguno de sus amigos por si ellos sabían algo después de arreglarme. Pero cuando llegué a la puerta para entrar, me paré delante de ella. Había un sobre verde pegado en la puerta. ¿Por qué si quería decirme algo me lo había comunicado así? Lo despegué y saqué de él un folio. Lo leí:

 Vamos a jugar a un juego... Tranquila, que nadie te secuestrará ni aparecerás de repente en un sótano asqueroso como en las películas de SAW. Ya sabes que me gusta jugar bastante y en tu cumpleaños no iba a ser distinto. ¡Te traigo el juego definitivo! Me he pasado toda la noche planeandolo, así que no me hagas el feo de no jugar después de todo.

El juego es muy sencillo: consiste en buscarme. Y si te preguntas para qué si vivimos en la misma casa es porque llevo tu regalo, y si quieres a alguno de los dos o a ambos tendrás que seguir una serie de pistas hasta dar con nosotros. ¿Cuánto tardarás en encontrarnos? Seguro que no mucho, chica lista. Además, ¿no te gustaban a tí los libros de Sherlock Holmes? Esto te puede servir para que te sientas detective por un día ;)

Aquí te dejo la primera pista: "Si quieres encontrarme, no podrás hacerlo a pie. Estoy muuuuy lejos, así que tendrás que utilizar algún medio para desplazarte. ¿Quieres saber cuál? Mini pista: es el único medio que no puedo usar si voy solo".

¡Animo! Con cariño anal, Rubén.

Me sentí un poco enfadada porque me hubiera hecho preocuparme, aunque después aliviada al saber que todo iba bien. Me reí bastante cuando terminé de leerlo. ¿Qué era esto? ¿Cómo se le podía haber ocurrido esto en solo una noche? Como él decía en la carta, después de todo su esfuerzo tendría que jugar. Sería divertido.

Tenía que encontrar un medio de transporte que él no podía usar si iba solo. Descarté el barco y el avión porque eso sería muy surrealista, y el autobús tampoco podría ser porque había un millón de autobuses y es un medio que podía usar solo. Pensé en su skate, que estaba apoyado en una pared. Ese medio lo usaba y además lo usaba solo. Por si acaso, lo miré por si había algo y, como supuse, no tenía nada. ¿Una bicicleta? No, él no tenía bicicleta. ¿Y un taxi? Tampoco, era la misma situación que los autobuses, y además, ¿para qué si podía llevarlo en mi coche?

Caprichos del destino (ElRubius y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora